jueves, 25 de junio de 2009

Tribuna: Trinidad Jiménez, ministra de Sanidad y Política Social - ESPAÑA


EL MÉDICO INTERACTIVO
ESPAÑA
Tribuna: Trinidad Jiménez, ministra de Sanidad y Política Social

Grandes retos, grandes estímulos

Agradezco a EL MÉDICO el espacio que me brinda para exponer algunos de los grandes retos que la Sanidad española tiene por delante en los próximos años. Nos encontramos en un momento trascendente, en el que el contexto de crisis económica global pone de manifiesto con más necesidad que nunca la conveniencia de disponer de espacios regulados con el firme objetivo de proteger los derechos de la ciudadanía.

Sin lugar a dudas, la Sanidad pública es uno de esos derechos indispensables que conforman el Estado de Bienestar y que deben ser salvaguardados en beneficio de todos. España puede sentirse orgullosa de contar con uno de los sistemas nacionales de salud más eficientes y prestigiosos del mundo, lo cual no nos exime de continuar mejorándolo. A ello dedicaré todo mi esfuerzo.

Precisamente uno de esos aspectos es el de aunar la política sanitaria con la política social, para conformar un grande y único espacio sociosanitario que proporcione la máxima cobertura posible a nuestros ciudadanos. Éste es uno de los retos principales del Ministerio de Sanidad y Política Social, que ahora me corresponde dirigir con el máximo entusiasmo, y que tiene en el cumplimiento de, la popularmente conocida como Ley de Dependencia, uno de sus principales objetivos.

De hecho, en esta materia el Gobierno ha incrementado este año la financiación un 79 por ciento. Estoy convencida de que la convergencia de lo sanitario y lo social nos permitirá ofrecer al conjunto de la ciudadanía una mayor amplitud de servicios, mejor planificados y, por lo tanto, con una inversión más óptima.

Todo ello debemos hacerlo sobre la base de unos pilares sólidos como son la equidad en el acceso a esos servicios, la sostenibilidad económica, la calidad, la seguridad y la innovación de las prestaciones. Por último, pero no menos importante, con la participación y el diálogo constante con los profesionales y las distintas administraciones públicas.

La aparición del nuevo virus de la gripe A/H1N1 ha puesto de manifiesto, una vez más, el elevado valor no sólo de nuestro Sistema Nacional de Salud y de sus excelentes profesionales, sino también la importancia de trabajar de forma coordinada, tanto a nivel nacional como internacional. Por ello, insisto en que una de las señas de identidad de mi tarea como ministra será la de trabajar desde el entendimiento como fórmula idónea para resolver con éxito los numerosos desafíos futuros que tenemos por delante. Sólo de este modo lo conseguiremos, con el convencimiento de que cualquier reto que haya que cumplir, por difícil que resulte, debe suponer siempre un estímulo que nos convierta en mejores.

Con este espíritu hace un año mi antecesor en el cargo, Bernat Soria, propuso un Pacto por la Sanidad que sirviera para que el Sistema Nacional de Salud mantenga las virtudes que le han convertido en uno de los mejores sistemas nacionales de salud del mundo; se refuerce y pueda perdurar para garantizar la mejor asistencia sanitaria posible a las generaciones venideras.

Como responsable ahora de este departamento asumo el compromiso de llevar adelante este pacto como una prioridad política para culminarlo en los próximos meses. En estos momentos, los seis comités institucionales que están trabajando en las distintas materias (recursos humanos, cartera de servicios, racionalización del gasto sanitario, salud pública, calidad e innovación y prevención del consumo de drogas) están finalizando sus actuaciones y confío en que próximamente podamos presentar las conclusiones que, de acuerdo con las comunidades autónomas y el resto de agentes que intervienen decisivamente en la Sanidad española, nos lleven a garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario en los próximos años.

Pero al margen de este gran reto, me gustaría hacer hincapié en otros de los proyectos que quiero abordar como ministra y que, entiendo, deben dar respuesta a otras de las grandes cuestiones que tiene que resolver la Sanidad española. Uno de ellos es la promoción de la salud y la instauración de políticas preventivas en materia de salud pública, mediante el desarrollo de una nueva ley. Sus contenidos esenciales podrán conocerse próximamente, pero tendrá un objetivo esencial: que la salud pública se convierta en un elemento indispensable en todas las políticas y a todos los niveles, pues sin una buena salud no puede haber sociedades desarrolladas.

En esta línea de mejora de la salud y del bienestar, quiero señalar también el compromiso para seguir avanzando en el desarrollo de estrategias en las patologías más prevalentes de la mano de las comunidades autónomas y las sociedades científicas. Las EPOC y las enfermedades raras son las dos últimas realizadas, pero no quiero dejar de mencionar la futura Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva, así como la de Equidad, Género y Salud.

En el contexto de promoción de la salud, se enmarcará también el Plan Nacional de Promoción del Envejecimiento activo y saludable, que se llevará a cabo a partir de un Libro Blanco del Mayor en el que ya se está trabajando y que servirá para potenciar la autonomía física y mental de nuestros mayores y aumentar su bienestar. Este plan será un nuevo ejemplo de las sinergias entre las acciones sanitarias y sociales.

Otro desafío que tenemos por delante es el de reforzar la seguridad alimentaria y la nutrición, y por ello llevaremos adelante un proyecto de ley que incorpore a nuestro ordenamiento jurídico todos los avances normativos que se han producido en esta materia a nivel europeo. Para ello, estableceremos una Red Nacional de laboratorios de seguridad alimentaria y se elaborará un nuevo Plan Nacional de control de la cadena alimentaria, en colaboración con las comunidades autónomas y otros ministerios.

Precisamente, esta confluencia con los avances normativos procedentes de Europa, nos lleva también a destacar lo que para España será uno de sus más grandes empeños en 2010: la presidencia de la Unión Europea en el primer semestre del próximo año. En ese momento, España tendrá que hacer valer su experiencia y capacidad innovadora en muchos aspectos, entre ellos su apuesta decidida por las terapias avanzadas y por una política equitativa en las donaciones y trasplantes de órganos; materia ésta en la que nuestro país lidera los trabajos para llevar a cabo una directiva europea con el reconocido modelo español (el mejor del mundo) como referencia.

En otro orden de cosas, y aunque la mejora de la planificación de los recursos humanos de nuestro Sistema Nacional de Salud está prevista en los trabajos del Pacto por la Sanidad, no quiero dejar de mencionar este aspecto como otro de los elementos fundamentales en las políticas del Ministerio de Sanidad y Política Social. Sin duda alguna, el reconocimiento de nuestros profesionales sanitarios y la mejora de sus condiciones de trabajo son dos elementos de atención constante y así lo haremos.

A modo de ejemplo del interés en este campo, hace unos meses el Ministerio presentó un estudio sobre las necesidades de especialistas médicos, pero no queremos quedarnos ahí y ya estamos trabajando en ampliar este tipo de análisis a otros colectivos sanitarios. Durante este año, llevaremos a cabo un estudio similar sobre las necesidades de enfermería en el SNS, así como una reflexión amplia sobre los nuevos papeles que deben asumir estos profesionales en un contexto socio-sanitario cambiante como el actual.

En definitiva, son muchos y variados los desafíos que tenemos por delante y que habrá que abordar, con ilusión y sin temor e, insisto, desde la colaboración y el entendimiento con todos los actores que participan en la Sanidad española para que ésta siga siendo de las mejores del mundo. Como ministra de Sanidad y Política Social estoy convencida de que lo lograremos.

NOTA: Artículo publicado en el Anuario de la Sanidad y el Medicamento, editado por la Revista EL MEDICO.

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