jueves, 29 de mayo de 2014

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Las listas de espera no mejorarán con más recursos ni con la opción privada y sí con mejor información y un Plan Estratégico



Madrid (29/05/2014) - Redacción

La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública destaca que, aunque hay "indicadores más poderosos que las listas de espera para saber cómo funciona y cuáles son los resultados de los sistemas de salud", las esperas han aumentado un 24 por ciento en el conjunto del SNS

La importancia de las listas de espera en un sistema sanitario está "sobrevalorada" y "hay indicadores más poderosos que las listas de espera para saber cómo funciona y cuáles son los resultados de los sistemas de salud", son complejas e intervienen muchos factores y haría falta un Plan Estratégico para abordarlas "si se quieren mejorar a largo plazo; los planes de choque no son suficientes", destaca la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) en su informe 'Reflexiones sobre las listas de espera en el Sistema Nacional de Salud y propuestas para su mejora', en el que incide en que las esperas no mejoran con un incremento presupuestario ni de recursos, ni tampoco con la opción de prestación privada, y sí es necesaria más y mejor información sobre ellas.
Para la FADSP, los datos disponibles por igual para todas las CCAA son escasos, "faltan datos desagregados por CCAA para listas de espera quirúrgica y para pruebas diagnósticas. Sí que se dispone de la información referente al porcentaje de ciudadanos que recibió la cita con el especialista en 15 días o menos; el porcentaje de ciudadanos que señala que recibe la cita de Atención Primaria en 24 horas y el porcentaje de ciudadanos que piensa que mejoraron las listas de espera".
Aunque la FADSP destaca que según los datos que maneja "la situación de las listas de espera ha empeorado. Los últimos datos para el conjunto del país señalan que habían aumentado en un 24 por ciento los pacientes en lista de espera por cada mil habitantes, y que éstos esperaban seis días más de promedio (los pacientes con más de seis meses de espera pasaban del 9,4 al 16,5 por ciento)".
La Federación deja claras ideas como que "no existe evidencia que relacione un incremento presupuestario para reducir las listas de espera con una reducción a largo plazo en las mismas, que "las relaciones causa-efecto, en lo tocante a los servicios sanitarios, no son lineales, por lo que las intervenciones aisladas sobre pacientes, médicos y gestores están condenadas a disiparse en la estructura", que "cuando en un sistema público se añade la posibilidad de prestación privada para resolver las listas de espera, las listas no desaparecen ni se reduce el tiempo de espera" o que "en la actualidad, tanto la organización y gestión de las listas de espera, como una comprensión real de sus causas y posibles alternativas, es muy pobre".
Y añade un problema importante: la falta de sistematización existente en cuanto a los sistemas de información; existen diferentes criterios para determinar cuándo se comienza a estar en lista de espera (desde la visita al médico de AP, desde la visita al especialista, desde que se indica el procedimiento), diferentes formas de medir el tiempo (transversales, retrospectivas, prospectivas), diferentes indicadores (tiempo medio, tiempo mediano, proporción de pacientes que esperan un determinado tiempo), y diferentes formas de gestionar y evaluar las listas de espera (entre médicos, instituciones, regiones).
Acceso universal y equidad
"El principio fundamental de los sistemas de financiación pública sería garantizar acceso universal y en equidad. Es decir, cuando la intervención sanitaria proporciona un beneficio, los primeros que deberían recibirla serían aquellos con mayor necesidad. Además, los pacientes no deberían permanecer en lista de espera si su salud se estuviese deteriorando, ni deberían incluirse en lista de espera pacientes que no van a beneficiarse del procedimiento", señala la FADSP.
Y añade que las listas de espera "podrían interpretarse como un atributo de la calidad percibida de la prestación sanitaria. De hecho, cuando se reducen los tiempos de espera, se reduce significativamente la probabilidad de tener seguro privado complementario. Sin embargo, cuando en un sistema público se añade la posibilidad de prestación privada para resolver las listas de espera (Canadá), las listas no desaparecen ni se reduce el tiempo de espera".
Y tampoco "existe evidencia que relacione un incremento presupuestario para reducir las listas de espera con una reducción a largo plazo en las mismas".
Más y mejor información
Para la FADSP, sin más y mejor información es imposible conocer por qué se producen las listas de espera, ofrecer soluciones y evaluar su impacto. "Disponer de medidas consistentes, sistematizadas, válidas y fiables de listas y tiempos permitirá a clínicos, gestores, autoridades sanitarias y población, supervisar y monitorizar la situación de sus pacientes en relación con los de otros centros, áreas o regiones, para determinar si es necesario reasignar recursos".
"Es necesario desarrollar criterios poderosos, estables y consensuados para predeterminar cuándo una lista de espera 'requiere atención': es decir, los pacientes están apropiadamente en la lista, están priorizados, pero los tiempos de espera superan el umbral de tiempo que la clínica, la evidencia y la investigación y evaluación de resultados establecen que el riesgo de malos resultados es suficientemente probable.  Solamente con sistemas de clasificación, priorización, monitorización, supervisión,  auditoría y evaluación adecuados, el incremento presupuestario se traducirá realmente en mejoras allí donde realmente deben obtenerse: en términos de salud de la población", destaca.
La Federación incide en que "los incrementos de recursos no garantizan la reducción de las listas de espera a medio y largo plazo. De hecho, se constata que generan incrementos en las propias listas. Si las estrategias simplemente incrementan la oferta, pueden crear incentivos perversos, como gratificar a los hospitales con listas de espera largas ofreciéndoles recursos adicionales".
Sin embargo, para la FADSP "la inadecuada respuesta de los responsables políticos provoca en la ciudadanía y pacientes que las sufren una creciente desconfianza en el sistema sanitario, con importantes consecuencias económicas y sociales, retrasos diagnósticos, inequidad en el acceso, bajas prolongadas... la realidad es tozuda y el continuo descontrol de las listas es un síntoma importante del deterioro consentido de nuestro sistema sanitario público. Las listas reflejan una desadecuación entre la demanda de atención sanitaria y la oferta de servicios. Gestionarlas adecuadamente es la base de un sistema público de calidad", resume.
Respuestas inadecuadas, soluciones
El informe destaca que en España "la respuesta tradicional para las listas de espera ha sido la de aumentar los recursos, incrementar el número de consultas, intervenciones quirúrgicas... mediante la contratación de más personal en algunos casos, pero sobre todo mediante jornadas extraordinarias (peonadas) o derivación de pacientes a centros privados (...) estas medidas, además de discrecionales, costosas y poco eficientes, no resuelven el problema pues el aumento aislado de los recursos, los planes de choque, no son la solución".
Para la FADSP, "como consecuencia de los recortes presupuestarios que afectan a la Sanidad Pública, no se realizan jornadas extraordinarias o se han reducido de manera muy importante, pero sí se sigue derivando a los centros privados, sin criterio y sin valorar la alternativa de realizarlo en el sistema público" y "también es posible que en los últimos años se esté relajando la vigilancia sobre la dedicación exclusiva del personal y se esté produciendo una disminución constante de la actividad, sin que esto esté justificado por motivo de reducción de personal".
"Para mejorar las Listas de Espera debe haber un cambio del modelo de gestión, incorporar medidas globales que mejoren el funcionamiento del sistema sanitario, hacer un riguroso análisis de la demanda y crear mecanismos abiertos para facilitar la participación en distintos niveles de decisión de profesionales sanitarios, gestores y las administraciones sanitaria. Concretamente, habría que exigir a nuestros responsables políticos y gestores sanitarios que desarrollaran un plan estratégico que garantizara la equidad y la racionalidad en las listas de espera", afirma la Federación.
Y entre las medidas que debería incluir ese Plan Estratégico, la FADSP incluye entre otras las de incrementar la capacidad resolutiva de la Atención Primaria: facilitar el acceso a recursos diagnósticos y la de implicar a los profesionales en la mejora dándoles participación activa en la gestión e incentivos en función del logro de objetivos consensuados.

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