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Diferencias en la supervivencia frente al cáncer en Europa
27 Marzo 2009 · Redacción. LondresEspaña se sitúa a la mitad de la tabla, junto a Alemania, Austria, Países Bajos y Bélgica. Los mejores datos los presentan Finlandia, Suecia, Noruega e Islandia
La necesidad más urgente es intervenir mediante programas de detección precoz para disminuir la incidencia del cáncer y que la distribución por estadios sea más favorable.
Dra. B. Fervers.
Bengt Jönsson.
Existen importantes diferencias en la supervivencia frente al cáncer entre los estados miembros de la Unión Europea (UE) para muchos tipos de tumores, según el EUROCARE- 4 (European Cancer Registry Study of Survival and Care of Cancer Patients), cuyos últimos datos referidos a los pacientes diagnosticados en 1995-1999 se han publicado en un número especial del European Journal of Cancer (DOI:10.1016/j. ejca.2008.11.029). La supervivencia a la mayoría de los cánceres sólidos sigue siendo elevada en Finlandia, Suecia, Noruega e Islandia, seguidas de cerca por Francia, Suiza e Italia. Reino Unido y Dinamarca van a la cola de Europa occidental, correspondiendo los porcentajes de supervivencia más bajos a la República Checa, Polonia y Eslovenia. España, Alemania, Austria, Países Bajos y Bélgica presentan una supervivencia intermedia.
Países del Este
“Aunque las diferencias en los datos de supervivencia procedentes de varios estudios previos del EUROCARE tienden a acortarse con el tiempo, sigue habiendo una gran desigualdad entre las distintas regiones europeas y entre unos tipos de cáncer y otros”, comenta la Dra. Béatrice Fervers, del Centro Léon Bérard de Lyon (Francia), que recuerda que el EUROCARE-4 no incluye a muchos de los países centrales y del Este que se integraron en la UE después de que se recogieran los datos.
La Dra. Roberta De Angelis, del Centro Nacional de Epidemiología, Vigilancia y Promoción de la Salud del Instituto Superior de Sanidad de Roma (Italia), coautora del informe EUROCARE más reciente, está de acuerdo: “Las diferencias entre los países del Este y los occidentales se mantienen en gran parte por la menor cuantía de los recursos destinados a los servicios sanitarios, por la reciente turbulencia de sus sistemas y por los perdurables efectos de su aislamiento cultural durante casi 6 décadas”.
Programas de cribado
Las diferencias de supervivencia a cánceres tratables poco frecuentes, como el cáncer testicular, la enfermedad de Hodgkin y los cánceres con muy mal pronóstico, tienden a ser menos marcadas que las que se observan para los tumores de mama, cervical y colorrectal. “En estos cánceres, la capacidad diagnóstica influye significativamente en la supervivencia”, comenta la Dra. Fervers, destacando que el riesgo de morir por un cáncer cervical es casi 5 veces mayor en Lituania que en Italia. Las muertes por cáncer cervical hasta 2005 también aumentaron en Rumanía, Lituania, Letonia y Bulgaria, destaca la Dra. De Angelis.
El informe Cancer Screening in the European Union, publicado por la Comisión Europea en enero, ofrece algunas explicaciones al respecto y describe la ausencia total de programas nacionales de cribado de cáncer de mama, cervical y colorrectal en algunos países de la Europa del Este. Otros tienen programas localmente limitados, estudios preliminares o proyectos de programas, pero pocos han desarrollado los programas nacionales de cribado que son habituales en Europa occidental.
“En los países del Este, un buen punto de partida sería adherirse a los programas de cribado de eficacia demostrada y eliminar la mortalidad evitable afrontando el tabaquismo, el abuso del alcohol y los hábitos dietéticos poco saludables”, señala De Angelis. Henrike Karim-Kos, del Dpto. de Salud Pública del Erasmus MC (Países Bajos) es de la misma opinión y comenta que “la necesidad más urgente en los países con tasas de mortalidad elevadas es actuar sobre la prevención e intervenir mediante programas de detección precoz para disminuir su incidencia y que la distribución por estadios sea más favorable”.
Los resultados del primer EUROCARE, que indicaron una supervivencia menor en el Reino Unido y en Dinamarca, fueron un estímulo para elaborar un plan nacional del cáncer en ambos países. Mientras el plan danés se centró en organizar la cirugía, en los indicadores de control del cáncer, en mejorar la interacción entre la atención primaria y la especializada, en la formación de los profesionales y en mejorar la capacidad diagnóstica y la radioterapia, el Reino Unido acentuó la importancia de la equidad, de acortar el retraso en el diagnóstico, acelerar el acceso al tratamiento, destacando la importancia del cribado y de los equipos multidisciplinares en los centros oncológicos.
El caso británico
Sarah Hiom, directora de Información Sanitaria en el Cancer Research UK (Reino Unido), considera “importante recordar que los porcentajes de supervivencia que se han publicado recientemente se refieren a cánceres diagnosticados antes de que se introdujera el plan nacional del cáncer en 2000. Esta institución espera que en estos años el país haya acortado mucho las diferencias con otras naciones.
El Dr. Michel Coleman, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido) está de acuerdo, pero considera que “no deberíamos esperar una mella importante en las cifras hasta que no se publique el EUROCARE-5 dentro de un par de años”. Actualmente se están analizando los datos del EUROCARE-5 sobre los pacientes con cáncer diagnosticados hasta finales de 2006, e incluirá datos de supervivencia hasta finales de 2007.
Fármacos innovadores
Nils Wilking, del Instituto Karolinska de Suecia, coautor del Informe comparativo sobre el acceso de los pacientes a los antineoplásicos en Europa, recuerda que “el gasto per cápita en fármacos es significativamente menor en el Reino Unido que en Francia y en casi todos los países europeos occidentales”. Bengt Jönsson, de la Facultad de Económicas de Estocolmo (Suecia) y coautor del Informe con Wilking, resalta que “este uso limitado no tiene relación, aparentemente, con la evaluación negativa del NICE (National Institute for Clinical Excellence)”.
Jönsson menciona el ejemplo de trastuzumab, al que el NICE evaluó positivamente en 2002. Sin embargo, durante muchos años, su uso ha sido significativamente menor que en el resto de los países de Europa occidental. Wilking destaca que una diferencia importante entre los sistemas de Reino Unido y de Francia es que Francia ha destinado fondos especiales para fármacos innovadores contra el cáncer. “Aunque el gasto en medicamentos contra el cáncer sea muy importante en Francia, todavía es inferior al 1% del gasto sanitario, pero los pacientes tienen un excelente acceso a los nuevos fármacos”, explica.
Mike Ellis, de la Biotherapy Development Association (Reino Unido), afirma que su país se está quedando atrás en esta lucha: “Las personas con poder de decisión parecen conocer el coste de todo pero no conocen el valor de nada”. Ellis cree que la falta de acceso a los nuevos antineoplásicos es un factor importante que ayuda a mantener la desigualdad entre el Reino Unido y otros países como Francia. “Muchos están dispuestos a culpar simplemente a la industria de un panorama que no es el óptimo, pero muy pocos sugieren soluciones prácticas al problema, siendo necesarias algunas ideas radicales”, subraya.
El acceso a los antineoplásicos en Europa podría mejorarse estableciendo una evaluación más uniforme que permitiera una visión paneuropea de las ventajas de cada medicamento. “Podría ser una ampliación de la evaluación administrativa sobre el valor añadido de un nuevo fármaco con respecto a los fármacos disponibles”, sugiere Jönsson. “El proceso de evaluación, con la transparencia que lo practica el NICE y el Scottish Medicines Consortium, aunque no tanto el IQWiG alemán, tiene que armonizarse, pero teniendo en cuenta las condiciones locales”, añade.
Los precios de los fármacos
Además, considera que hay que revisar la política de precios de los nuevos fármacos; diferencias de precios podrían ser una forma de lograr un acceso igualitario en toda Europa. “Si eso no es posible, tiene que haber alguna transferencia de fondos. Hay algunas iniciativas en marcha para ayudar a los países con rentas y gastos sanitarios más bajos, por ejemplo, para fármacos huérfanos, pero es necesaria una acción más concertada”, dice Jönsson.
Aunque el acceso a los medicamentos es un asunto importante, el Dr. Coleman advierte de que no hay todavía una demostración directa de que las desigualdades europeas en el acceso a estos afecten a la supervivencia. “Algunos aspectos más difíciles de medir de los servicios oncológicos, como el gasto global, la organización, los recursos humanos, la formación, así como los efectos más fácilmente medibles del diagnóstico precoz (estadio) y las desigualdades socioeconómicas influyen más en los resultados”, recuerda. Esto está reconocido, sin lugar a dudas, por las iniciativas existentes en toda Europa para fomentar mejoras en la asistencia oncológica en todos los estados miembros de la UE.
El papel de la Comisión Europea
El Consejo Europeo de Lisboa recomendó en 2007 que todos los estados miembros de la UE continuaran o establecieran programas de cribado de cáncer de mama, colorrectal y cervical según las directrices de la Comisión Europea. “También es vital fomentar el registro de cáncer en todos los países como base del control del cáncer y favorecer el desarrollo de planes nacionales del cáncer”, dice la Dra. Roberta De Angelis, del Centro Nacional de Epidemiología, Vigilancia y Promoción de la Salud italiano.
La Dra. Béatrice Fervers señala que la Comisión está dirigiendo varios proyectos de la iniciativa ERA-NET como parte del 7º Programa Marco Europeo, como la ERA-NET sobre investigación traslacional en cáncer, un proyecto para mejorar y estandarizar los registros biológicos (EUROCOURSE), y las iniciativas financiadas por la Dirección General de Sanidad y Consumo de Europa (DG Sanco), como la EUROCHIP, orientada a reducir las desigualdades en la asistencia oncológica. Además, explica la Dra. Fervers, “la coordinación de las guías de práctica clínica de oncología está fomentando la cooperación transnacional para responder a las actuales duplicaciones de esfuerzos en diferentes países europeos en el desarrollo de guías basadas en la evidencia”.
Todas estas iniciativas van encaminadas al establecimiento de una plataforma oncológica de la UE dentro del programa de Trabajo de la DG Sanco 2009, tal como han solicitado el Parlamento y el Consejo Europeo. Estos organismos comparten el objetivo común de respaldar a los estados miembros de la UE en su lucha contra el cáncer, proporcionando un marco para identificar y compartir información, capacidad y experiencia en la prevención y tratamiento. “Al comprometer a los responsables de toda Europa en una lucha colectiva, tenemos muchas más posibilidades de reducir las desigualdades y eliminar las diferencias”, resalta la Dra. Fervers.
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