Obama apoya el acceso limitado a la píldora del día después
El Departamento de Justicia apelará la sentencia de un juez federal que requería su venta sin receta y sin restricciones
Carolina García Washington 3 MAY 2013 - 20:04 CET
Tan solo un día después de que la Agencia del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos anunciara que rebajaba la edad para poder comprar la píldora del día después –exactamente de Plan B One Step- sin receta de 17 a 15 años y autorizara su venta en los mostradores y estanterías de los establecimientos, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que iba a apelar la sentencia del juez Edward Korman que “requería” que el fármaco fuera accesible para todas las mujeres sin prescripción médica.Korman había dado un plazo de 30 días a la FDA para "terminar con las restricciones existentes, tanto para la píldora Plan B One Step, como para sus variantes genéricas". El Departamento de Justicia solicitó al juez que no cumpla este plazo, que finaliza el 5 de mayo, hasta que termine el proceso de apelación, según explicó la portavoz del Departamento de Justicia, Allison Price.
Obama ha respaldado la postura de su Gobierno de apelar la resolución de este juez y, además, ha afirmado sentirse "satisfecho con la decisión la FDA". "Estoy de acuerdo con la iniciativa que ha tomado la Agencia basándose en pruebas sólidas que concluyen que el medicamento es seguro para las mujeres a partir de 15 años", explicó el mandatario este jueves durante la rueda de prensa que sostuvo junto al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en Ciudad de México.
El presidente de EE UU también intentó buscar un punto intermedio entre satisfacer a las mujeres y a los grupos más reacios a este medida. Obama trasladó la responsabilidad de la decisión a la FDA y a su Secretaria de Salud, Kathleen Sebelius. "No soy yo el que debe tomar la decisión de restringir o no el acceso a este fármaco. La primera vez que se habló del acceso universal sin receta a la píldora del día después, Kathleen Sebelius expresó sus preocupaciones y yo apoyé a mi Secretaria de Salud".
Aunque la FDA no tomó esta acción con la intención de cumplir con la orden del pasado del 5 de abril, los funcionarios de justicia explicaron en un comunicado que “la aprobación asegura que todos los demandantes del caso expuesto entonces (incluyendo la más joven) tengan acceso a la píldora del día después sin receta y sin restricciones de venta en por lo menos uno de los anticonceptivos de emergencia que existen en EE UU”. “Ningún demandante será perjudicado por aplazamiento alguno”, añadió el miércoles Korman.
En su resolución, el magistrado crítico además duramente la postura de la FDA, que en 2010 indicó que la píldora del día después era segura para todas las edades y luego cambió de opinión, y fulminó las restricciones impuestas por orden de Sebelius, que obligaba a las menores de 17 años a tener una prescripción médica para poder obtener el medicamento en las farmacias del país. Sebelius tomó la decisión a pesar de que la FDA aseguró que el medicamento era seguro. El magistrado consideró también que la decisión de la Secretaria de Salud revocaba una decisión que el Congreso de EE UU tiene por ley encomendada a la FDA. Era la primera vez que un Gobierno anulaba públicamente una decisión de la Agencia del Medicamento.
Paralelamente a la petición de Korman, La FDA anunció el pasado martes que rebajaba en dos años la medida aprobada por Sebelius y daba acceso a la pastilla del día después Plan B One-Step a todas las mujeres a partir de los 15 años. Con vigencia inmediata, las consumidoras encontrarán el producto en los pasillos y estanterías de los establecimientos autorizados sin importar los horarios de sus farmacias, cuando generalmente se obtiene en centros de planificación familiar y sanitarios exclusivos para mujeres. “Aunque todas las mujeres tendrán que enseñar una identificación que demuestre su edad, sino no podrán adquirir el producto”, puntualizó la FDA. La decisión final del Departamento de Justicia no afectará a esta resolución.
El debate social sobre la píldora del día después en EE UU se ha extendido más allá de decidir si este fármaco es seguro y se ha convertido en un problema emocional y complejo entre padres e hijos y cuándo estos últimos deberían empezar a mantener relaciones sexuales.
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