lunes, 19 de octubre de 2009
Uno de cada cuatro ciudadanos no consulta el prospecto al volver a usar un medicamento que guardaba en el botiquín
EL MEDICO INTERACTIVO
MEDYNET / ESPAÑA
Uno de cada cuatro ciudadanos no consulta el prospecto al volver a usar un medicamento que guardaba en el botiquín
Según un estudio realizado por SIGRE Medicamento y Medio Ambiente para analizar los hábitos sanitarios de los españoles, el 73 por ciento de los ciudadanos considera que automedicarse con restos de medicamentos guardados en el botiquín puede entrañar algún riesgo para su salud.
Madrid (7-10-09).- Según el estudio realizado por SIGRE Medicamento y Medio Ambiente a nivel nacional para analizar los hábitos sanitarios y medioambientales de la sociedad española sobre el uso, conservación y forma de eliminación de los medicamentos en los domicilios particulares, uno de cada cuatro ciudadanos no consulta el prospecto cuando vuelve a usar un medicamento que le había sido recetado con anterioridad, después de que haya estado algún tiempo guardado en el botiquín doméstico.
El estudio también apunta que el 20% de los ciudadanos no comprueba la fecha de caducidad cuando vuelve a tomar un medicamento que tiene guardado en el botiquín.
SIGRE señala, a través de este estudio, que si al finalizar un tratamiento sobran algunas dosis del medicamento que nos han recetado, se mantiene la tendencia de guardarlos en el botiquín doméstico, como ocurre en el 54% de los hogares. A pesar de ello, el 73% de los ciudadanos creen que utilizar posteriormente estos medicamentos para automedicarse puede entrañar algún riesgo para su salud.
Según se desprende del estudio, el botiquín medio de un hogar tiene entre 11 y 12 medicamentos, de los cuales la mitad de ellos son utilizados habitualmente por los miembros de la familia.
Todas estas circunstancias indican la necesidad de sensibilizar al ciudadano para que realice un uso más responsable del medicamento y para que no almacene en el botiquín doméstico aquellos restos de medicamentos que le puedan sobrar al finalizar un tratamiento.
El hábito de guardar estos restos, unido a la no verificación de su fecha de caducidad y que no se consulte el prospecto en todas las ocasiones puede derivar en un accidente por el mal uso de un medicamento, ya que no se comprueba si éste es el adecuado para la dolencia que se padece, si las dosis y la frecuencia para tomarlas son correctas o, lo que también es muy importante, si tiene alguna contraindicación con otro medicamento o producto que estemos tomando en ese momento.
La revisión del botiquín doméstico: un hábito necesario que se consolida
Los riesgos derivados del mal uso de un medicamento guardado en el botiquín doméstico pueden originarse por múltiples razones, ya que si se analiza qué tipo de medicamentos se retiran de él cuando se revisa y en qué condiciones se encuentran, se observan importantes deficiencias en la gestión del mismo.
De esta manera, en el 57% de las ocasiones en que se revisa el botiquín se retira algún medicamento que se encuentra caducado, en el 48% de los casos se saca algún medicamento que se había guardado sin su caja o prospecto -lo que significa que no se dispone de la información mínima y necesaria para un correcto uso posterior del mismo-, y una de cada tres veces se retira algún medicamento que hace mucho tiempo que no se usa.
En el estudio se destaca que la revisión del botiquín doméstico se consolida como una práctica habitual en los hogares españoles y que en el 85% de los domicilios se ha revisado al menos una vez en el último año.
En cuanto a su ubicación, es importante recordar que debe estar en un sitio fresco, seco y preservado de la luz, por lo que se desaconseja que esté en cocinas o cuartos de baño. Asimismo, debe estar fuera del alcance de los niños, aunque no cerrado con llave para facilitar su apertura cuando se necesite.
Para Juan Carlos Mampaso, Director General de SIGRE: “el botiquín doméstico no debe ser, bajo ningún concepto, un almacén en el que se guarden todo tipo de restos de medicamentos. La composición del botiquín debe incluir aquellos materiales de cura y accesorios necesarios para atender pequeños accidentes, los medicamentos necesarios para atender afecciones leves; además, de los prescritos para las enfermedades crónicas que tengan los miembros de esa familia”.
En todo caso, el ciudadano puede acudir a su farmacéutico o a su médico de atención primaria o enfermera para asesorarse sobre el contenido básico del botiquín doméstico y su adecuada ubicación en el hogar.
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