Objetivo: impulsar la ciencia abierta
Expertos reunidos en el marco de B·Debate coinciden en que es necesario revisar el sistema de evaluación de los investigadores, definir acciones para fomentar la reproducibilidad de los experimentos o incluir a la ciudadanía en la investigación para lograr este fin.
Expertos internacionales, convocados por B·Debate, una iniciativa de Biocat y la Obra Social "la Caixa", coincidieron en señalar que la revisión del sistema de evaluación de los investigadores es imprescindible para impulsar la ciencia abierta, un movimiento que promueve una ciencia más accesible para todo el mundo, que sea eficaz, reproducible y transparente.
Actualmente, muchas veces la evaluación de la carrera profesional de un investigador sigue centrándose en el número de publicaciones y el factor de impacto de las revistas científicas donde aparecen sus artículos. Distintos movimientos internacionales ya han subrayado la importancia de revisar este sistema para mejorar la forma en que se evalúa la calidad de los resultados y el impacto de la investigación, como la "Declaración de San Francisco de Evaluación de la Investigación". Aparte de la cantidad, la evaluación de la investigación también debe tener en cuenta la calidad.
El ideólogo del concepto RRI, siglas anglosajonas que hacen referencia a la investigación e innovación responsables, René Von Schomberg, comentó en Barcelona que el sistema de evaluación actual genera eficacia a nivel individual, pero ineficacia a nivel sistémico. Esto hace que, por ejemplo, el nivel de publicaciones en Europa sea muy alto, pero no se traduzca en niveles parecidos de innovación. Por eso, la Comisión Europea (CE) se plantea invertir en coaliciones multiactor que trabajen de manera cooperativa para buscar mejores soluciones a problemas persistentes y complejos.
Este experto de la CE y otros miembros de universidades y centros de investigación, así como editores y financiadores, se reunieron los pasados 4 y 5 de octubre en CosmoCaixa Barcelona para reflexionar sobre el proceso de investigación, la evaluación y aspectos éticos, legales y sociales, así como discutir sobre los retos y las oportunidades que supone la transición hacia un modelo de ciencia abierta y hacer propuestas para poder impulsarla en Cataluña, España y en Europa.
Los participantes admitieron que aún queda un camino largo y duro por recorrer, que debe empezar por un modelo de evaluación diferente al actual. Los expertos propusieron un nuevo modelo de evaluación que debería ser más flexible, tener en cuenta la variedad de áreas de investigación, el contenido de los artículos científicos y no solo sus métricas, y el impacto de los resultados en su contexto. Estas y otras preocupaciones de la comunidad científica se incluirán en un documento, en proceso de elaboración durante las próximas semanas, para redactar una serie de recomendaciones para las instituciones locales, regionales, de ámbito estatal y europeo que les ayuden a impulsar la ciencia abierta.
Recientemente, tanto el Gobierno de España como la Generalitat de Cataluña han expresado su voluntad de implementar la ciencia abierta con planes nacionales. A nivel europeo, la CE junto con 12 organismos nacionales, todos ellos financiadores de I+D, impulsaron el mes pasado el Plan S, una iniciativa en la que se comprometían a exigir a los investigadores financiados con sus fondos que publicasen los resultados de los proyectos en acceso abierto e inmediato a partir de 2020. Este B·Debate quiere aprovechar este momento político único para ofrecer sus propias sugerencias y cambios estructurales y estrategias de desarrollo para impulsar la ciencia abierta.
Por ejemplo, una de las propuestas que se incluyó fue la necesidad de crear incentivos para mejorar la reproducibilidad de los experimentos. Otras ideas pusieron en valor los laboratorios ciudadanos y otras iniciativas participativas para incluir a diferentes actores en la investigación. A nivel más general, los expertos convinieron la necesidad de promover una cultura más colaborativa en la que se compartan los resultados, así como los datos y los procesos para llegar a ellos.
Aparte de la política, este cambio de paradigma incumbe a numerosos actores que participan de la investigación como las agencias de investigación, los investigadores, los editores, los centros de investigación y las bibliotecas, entre otros. A finales de mes, hay distintas acciones que inciden en aumentar la concienciación social sobre la importancia de la ciencia abierta. Del 22 al 28 de octubre se celebra en todo el mundo la Semana Internacional de Acceso Abierto. El 24 de octubre, los Cinemes Girona de Barcelona proyectarán el documental Paywally un debate posterior sobre esta cuestión.
En esta ocasión, B·Debate estuvo coorganizado por 5 instituciones con experiencia en esta cuestión e involucradas en proyectos europeos de investigación e innovación responsables (RRI, por sus siglas en inglés) y ciencia abierta: el Centro de Regulación Genómica (CRG), la Universidad de Barcelona (UB), la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
por IM Médico Publimas Digital s.l.
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