miércoles, 16 de enero de 2019

Queremos captar y retener talento y el nuevo edificio nos va a ser de gran ayuda para este objetivo

Queremos captar y retener talento y el nuevo edificio nos va a ser de gran ayuda para este objetivo

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"Queremos captar y retener talento y el nuevo edificio nos va a ser de gran ayuda para este objetivo"

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En 2017, el Instituto de Investigación del Hospital Sant Pau, que acaba de estrenar nueva sede, realizó 1.167 publicaciones, 515 ensayos con casi 6.000 pacientes y tuvo un presupuesto de 16 millones de euros, en su mayoría procedente de fondos competitivos y privados.
Las cifras del Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau son apabullantes. En 2017, se realizaron 1.167 publicaciones, 515 ensayos clínicos con casi 6.000 pacientes y el presupuesto anual ascendió a 16 millones de euros, de los que solo 700.000 euros provenían de ayudas estructurales de la Generalitat a través del programa CERCA. "Todo lo demás lo salimos a buscar de manera competitiva", explica Jaime Kulisevskydirector científico de este centro puntero en investigación sanitaria que, en noviembre, estrenaba un nuevo edificio que permitirá aglutinar, mantener e incrementar la ingente, creciente y sobresaliente actividad llevada a cabo por 300 investigadores y médicos.
Los indicadores que miden el output de la ciencia así lo demuestran. Por un lado, esos 16 millones de euros de presupuesto anual provienen en más de un 80% de fondos competitivos y fondos privados. "Ahora hemos ingresado un millón y medio más al presupuesto porque hemos absorbido el Instituto de Ciencias Cardiovasculares que ya estaba en el campus Sant Pau", explica Kulisevsky, que, en cuanto a las publicaciones, destaca que hace cinco años se realizaban la mitad. "Hemos ido creciendo, pero no solo en número de publicaciones, sino también en factor de impacto", indica. En 2017, este indicador de la excelencia de la producción científica otorgaba 5.170 puntos al Instituto de Investigación del Sant Pau. "Lo que es también más importante es que la mayoría de las publicaciones que hacemos, 576, están en el primer cuartil, es decir, han aparecido en revistas que son tipo de cada una de las áreas en las que los investigadores publican. Y un tercer indicador es la media del factor de impacto, que también es superior a cinco", destaca Kulisevsky.
Fase 1
En el campo de los ensayos clínicos, el instituto no solo es uno de los centros estatales que más participa en esta actividad, sino que además es puntero históricamente en España por el desarrollo en fase 1. "En 2017 teníamos activos 515 ensayos clínicos y es importante señalar que no todos se realizan en colaboración con la industria farmacéutica. Tenemos 74 estudios que son independientes, que han sido promocionados por el propio instituto y por los grupos de investigación dentro del instituto", indica Kulisevsky.
También explica que, para destacar en los ensayos de fase 1, "hay que tener una infraestructura que es muy complejo, que en el instituto teníamos desde hace muchos años, y que ahora con el nuevo edificio no solo mantendremos sino que además podremos ampliar para llevar a cabo estudios fase 1 en oncohematología, así como fase 2, para lo que se requiere un pabellón con medidas de aislamiento". Toda esta actividad ha tenido su reflejo en los pacientes y, así, en los ensayos que se han realizado con la industria farmacéutica han participado 3.516 pacientes y, en los estudios independientes promovidos por el instituto, 1.824. A ellos se suman otros 366 voluntarios sanos en fase 1. "Son números para los que tienes que tener una infraestructura compleja para poder alcanzarlos", remarca Kulisevsky, que explica que la mayoría de los ensayos clínicos pertenecen al área de oncohematología (206 ensayos activos en la actualidad), seguida de hematología (100) y neurología (67). "El resto pertenecen a medicina interna, neumología, infecciones, dermatología, cardio, patología digestiva o endocrinología, pero las áreas más potentes son la oncohematología y la neurología".
Siete áreas
En este sentido, la labor investigadora que se desarrolla en el instituto se divide en cinco áreas verticales y otras dos transversales, en las que se integran más de medio centenar de grupos de investigación que, a su vez, se dividen en titulares (que han sido reconocidos por su potencial por un comité científico externo y tienen que tener un mínimo de publicaciones, impacto y proyectos) y asociados, formados por investigadores clínicos que no se dedican al 100% a la investigación, pero que sí la desarrollan en el contexto del hospital y del instituto.
Así, en el área de enfermedades cardiovasculares, se ubican grupos que desarrollan investigación en cardiología traslacional, trombosis y hemostasia, bioquímica cardiovascular, angiología y otras áreas como el estudio de lípidos y la patología cardiovascular. En una segunda área, de enfermedades genéticas, metabólicas e inflamatorias, se encuentran los grupos que se ocupan de enfermedades digestivas y endocrinas como la diabetes.
Neurociencias
"La parte más potente de esta área es la genética", dice Kulisevsky, que explica que en la tercera área de investigación, la de las enfermedades hematológicas y oncológicas, se aglutinan tanto los grupos que trabajan en oncología clínica como los que estudian encogénesis y fármacos antitumorales en fases previas, así como, en la parte de hematología, los nuevos tratamientos para leucemias y linfomas con un área de terapia celular puntera.
En el cuarto área, de enfermedades neurológicas y mentales, existen grupos dedicados a la investigación de enfermedades psiquiátricas, como por ejemplo conductas adictivas o nuevos tratamientos para la depresión con estimulación cerebral profunda. Kulisevsky también destaca, en este área, la labor desarrollada en torno a la neurobiología de las demencias, con grupos centrados sobre todo al Alzheimer y a descubrir nuevos marcadores para esta enfermedad, "con un área muy interesante y potente que es la patología de Alzheimer dentro del síndrome de Down".
También existen grupos que investigan nuevos tratamientos de la enfermedad de Parkinson y otras enfermedades raras relacionadas con el movimiento, "con grupos muy punteros a nivel internacional", explica Kulisevsky, mencionando que por ejemplo se lidera un estudio sobre la enfermedad de Huntington. "Otro grupo destacado es el de las enfermedades neuromusculares, que tiene tres grupos CIBER reconocidos por el Instituto de Salud Carlos III, y que investigan enfermedades como la ELA, la miastenia y, en general, las inmunológicas relacionadas con la patología del músculo". Una quinta área es la de uronefrología y cirugía experimental, en donde está integrada la Fundación Puigvert y grupos que realizan sobre todo investigación interdisciplinaria en enfermedades relacionadas con la urología, la nefrología y la cirugía experimental para estudiar nuevos procedimientos mínimamente invasivos que mejoren las técnicas quirúrgicas buscando el menor daño para el paciente y la mayor eficiencia en las intervenciones.
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por  Publimas Digital s.l.

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