"Nos enfrentamos a la amenaza muy real de una pandemia fulminante": la advertencia de la OMS sobre el riesgo de una emergencia sanitaria
RedacciónBBC News MundoUn comunicado de ProMED-mail
<http://www.promedmail.org>
ProMED-mail es un programa de la
Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas
<http://www.isid.org>
Fecha: 25 de Septiembre del 2019
Fuente: BBC, RU
<https://www.bbc.com/mundo/not icias-49745206>
[Editado por Jaime Torres y Jorge González]
Un reciente informe comisionado por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) y el Banco Mundial advierte en tono sombrío que "el
espectro de una emergencia sanitaria mundial se vislumbra
peligrosamente en el horizonte".
El documento señala que el mundo se enfrenta a un creciente brote de
enfermedades infecciosas: entre 2011 y 2018, la OMS registró 1483
brotes epidémicos en 172 países.
"Enfermedades propensas a epidemias como la influenza, el Síndrome
Respiratorio Agudo Severo (SARS), el Síndrome Respiratorio de Oriente
Medio (MERS), el ébola, el zika, la peste, la fiebre amarilla y
otros, son precursores de una nueva era de brotes de alto impacto y
propagación rápida que se detectan con mayor frecuencia y son cada
vez más difíciles de manejar".
El análisis se hizo con base en el estudio de pandemias que han
ocurrido en el pasado y la forma en que se atendieron esas crisis.
"Si es cierto el dicho de que 'el pasado es el prólogo del futuro',
nos enfrentamos a una amenaza muy real de una pandemia fulminante,
sumamente mortífera", apunta.
Como ejemplo del riesgo, el documento menciona la pandemia mundial de
influenza de 1918 (también conocida como la gripe española), que
enfermó a un tercio de la población mundial y mató a unos 50
millones de personas.
Si en la actualidad hubiera un brote similar, podría matar a entre 50
y 80 millones de personas y liquidaría "casi el 5% de la economía
mundial", indica el reporte.
Esta catástrofe se vería facilitada en medio de una población que
hoy es cuatro veces mayor a la de hace 100 años y que puede viajar a
cualquier parte del mundo en menos de 36 horas.
Si esto llega a ocurrir, es fácil imaginarse las consecuencias: "Una
pandemia mundial de esa escala sería una catástrofe y
desencadenaría caos, inestabilidad e inseguridad generalizadas", dice
el documento.
Y no da tregua en su pronóstico: "El mundo no está preparado".
¿De dónde surge este oscuro panorama y cómo un panel designado por
la OMS llegó a esta conclusión?
Pánico y abandono
El informe fue redactado por la Junta de Vigilancia Mundial de la
Preparación, un panel de expertos, políticos, jefes de organismos y
líderes de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, convocado por la OMS y
el Banco Mundial.
En este documento, la misión de la junta fue evaluar la capacidad del
mundo para protegerse de las emergencias sanitarias, detectar los
puntos débiles para atender estas emergencias y proponer estrategias
de preparación.
Para su análisis, el grupo revisó lo ocurrido durante la pandemia de
gripe H1N1 de 2009, en la que a nivel mundial murieron entre 150,000 y
570,000 personas durante el primer año que circuló el virus, según
el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU.
También revisaron el brote de ébola de 2014-2016 en África, que a
enero de 2016 había causado 11,315 muertes.
Su conclusión fue que muchos de los aprendizajes y recomendaciones
que surgieron de esas crisis "se aplicaron de forma deficiente o no se
aplicaron en absoluto".
El panel afirma que no haber implementado esas recomendaciones ha
llevado a "un ciclo de pánico y abandono".
"Prodigamos esfuerzos cuando surge una amenaza grave y nos olvidamos
rápidamente cuando la amenaza remite".
En el caso de una pandemia, colapsarían muchos sistemas nacionales de
salud, particularmente en países menos desarrollados, advierten.
"La pobreza y la fragilidad exacerban los brotes de enfermedades
infecciosas y ayudan a crear las condiciones para las pandemias",
afirmó Axel van Trotsenburg, director ejecutivo interino del Banco
Mundial y miembro del panel, según recoge la agencia Reuters.
La investigación sostiene que otros factores que podrían empeorar la
situación son la falta de confianza en las instituciones que se ve en
muchos países y la circulación de información errónea que puede
dificultar una comunicación efectiva para controlar la enfermedad.
El estudio también menciona que, si bien los desarrollos científicos
y tecnológicos brindan nuevas herramientas que promueven la salud
pública, también permiten que los microorganismos causantes de
enfermedades sean diseñados o recreados en laboratorios.
"Una diseminación intencional (de los microorganismos) complicaría
la respuesta al brote. Además de la necesidad de decidir cómo
afrontar el patógeno, deberían entrar en juego medidas de seguridad
lo que limitaría la divulgación de información y fomentaría las
divisiones sociales", subraya.
La decisiones de cómo atacar la infección implicaría discusiones
relacionadas con la seguridad y el intercambio de información, algo
que según los expertos fomentaría las divisiones sociales.
¿Hay salida?
El reporte señala que el riesgo de propagación de infecciones crece
debido a factores como la falta de acceso a servicios básicos de las
comunidades de escasos recursos, el aumento de la población, el
cambio climático y las migraciones.
Para mitigar esos riesgos, el panel recomendó una serie de "medidas
urgentes" que deben tomarse a nivel global.
Muchos de estas estrategias tienen que ver con que los gobiernos
fortalezcan sus sistemas de respuestas y "estén preparados para lo
peor" de manera coordinada.
Esto incluye la creación de incentivos y aumentar la inversión para
la preparación ante emergencias.
Entre las medidas, el panel menciona:
- que los gobiernos inviertan recursos en la preparación ante la
posible llegada de estos brotes;
el desarrollo de simulacros;
- la creación de vacunas y tratamientos innovadores;
- redoblar los esfuerzos para la preparación de evaluaciones de
riesgo económico ante una pandemia;
- y fortalecer los mecanismos de colaboración y coordinación
internacional.
"Ha llegado el momento de actuar", insta el panel.
Comunicado por: Jaime R. Torres <torresj@email.com>
-- ProMED-ESP
-----
.................jt, jg
[Sin un ánimo apocalíptico (para creyentes y no creyentes), el afán
cortoplacista de muchos gobiernos y empresas, el cambio climático y
el calentamiento global (temas de los cuales mucho se habla y
escribe), la facilidad de desplazamiento de personas y vectores, son
solo algunos de los factores que contribuyen con esta situación que
puede dejar de ser potencial para convertirse en una amenaza real. Se
conoce la teoría, se observan algunos de sus efectos, se saben sus
consecuencias, pero es muy poca la acción que se toma al respecto. No
deberá esperarse a que ocurran tragedias de proporciones para allí
recién intentar decidir que se debe hacer. No hay derecho a que
nuestros descendientes reciban un planeta plagado de enfermedades
prevenibles; o, lo peor, al borde de su destrucción por nuestras
propias manos. Jorge González
<http://www.promedmail.org>
ProMED-mail es un programa de la
Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas
<http://www.isid.org>
Fecha: 25 de Septiembre del 2019
Fuente: BBC, RU
<https://www.bbc.com/mundo/not
[Editado por Jaime Torres y Jorge González]
Un reciente informe comisionado por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) y el Banco Mundial advierte en tono sombrío que "el
espectro de una emergencia sanitaria mundial se vislumbra
peligrosamente en el horizonte".
El documento señala que el mundo se enfrenta a un creciente brote de
enfermedades infecciosas: entre 2011 y 2018, la OMS registró 1483
brotes epidémicos en 172 países.
"Enfermedades propensas a epidemias como la influenza, el Síndrome
Respiratorio Agudo Severo (SARS), el Síndrome Respiratorio de Oriente
Medio (MERS), el ébola, el zika, la peste, la fiebre amarilla y
otros, son precursores de una nueva era de brotes de alto impacto y
propagación rápida que se detectan con mayor frecuencia y son cada
vez más difíciles de manejar".
El análisis se hizo con base en el estudio de pandemias que han
ocurrido en el pasado y la forma en que se atendieron esas crisis.
"Si es cierto el dicho de que 'el pasado es el prólogo del futuro',
nos enfrentamos a una amenaza muy real de una pandemia fulminante,
sumamente mortífera", apunta.
Como ejemplo del riesgo, el documento menciona la pandemia mundial de
influenza de 1918 (también conocida como la gripe española), que
enfermó a un tercio de la población mundial y mató a unos 50
millones de personas.
Si en la actualidad hubiera un brote similar, podría matar a entre 50
y 80 millones de personas y liquidaría "casi el 5% de la economía
mundial", indica el reporte.
Esta catástrofe se vería facilitada en medio de una población que
hoy es cuatro veces mayor a la de hace 100 años y que puede viajar a
cualquier parte del mundo en menos de 36 horas.
Si esto llega a ocurrir, es fácil imaginarse las consecuencias: "Una
pandemia mundial de esa escala sería una catástrofe y
desencadenaría caos, inestabilidad e inseguridad generalizadas", dice
el documento.
Y no da tregua en su pronóstico: "El mundo no está preparado".
¿De dónde surge este oscuro panorama y cómo un panel designado por
la OMS llegó a esta conclusión?
Pánico y abandono
El informe fue redactado por la Junta de Vigilancia Mundial de la
Preparación, un panel de expertos, políticos, jefes de organismos y
líderes de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, convocado por la OMS y
el Banco Mundial.
En este documento, la misión de la junta fue evaluar la capacidad del
mundo para protegerse de las emergencias sanitarias, detectar los
puntos débiles para atender estas emergencias y proponer estrategias
de preparación.
Para su análisis, el grupo revisó lo ocurrido durante la pandemia de
gripe H1N1 de 2009, en la que a nivel mundial murieron entre 150,000 y
570,000 personas durante el primer año que circuló el virus, según
el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU.
También revisaron el brote de ébola de 2014-2016 en África, que a
enero de 2016 había causado 11,315 muertes.
Su conclusión fue que muchos de los aprendizajes y recomendaciones
que surgieron de esas crisis "se aplicaron de forma deficiente o no se
aplicaron en absoluto".
El panel afirma que no haber implementado esas recomendaciones ha
llevado a "un ciclo de pánico y abandono".
"Prodigamos esfuerzos cuando surge una amenaza grave y nos olvidamos
rápidamente cuando la amenaza remite".
En el caso de una pandemia, colapsarían muchos sistemas nacionales de
salud, particularmente en países menos desarrollados, advierten.
"La pobreza y la fragilidad exacerban los brotes de enfermedades
infecciosas y ayudan a crear las condiciones para las pandemias",
afirmó Axel van Trotsenburg, director ejecutivo interino del Banco
Mundial y miembro del panel, según recoge la agencia Reuters.
La investigación sostiene que otros factores que podrían empeorar la
situación son la falta de confianza en las instituciones que se ve en
muchos países y la circulación de información errónea que puede
dificultar una comunicación efectiva para controlar la enfermedad.
El estudio también menciona que, si bien los desarrollos científicos
y tecnológicos brindan nuevas herramientas que promueven la salud
pública, también permiten que los microorganismos causantes de
enfermedades sean diseñados o recreados en laboratorios.
"Una diseminación intencional (de los microorganismos) complicaría
la respuesta al brote. Además de la necesidad de decidir cómo
afrontar el patógeno, deberían entrar en juego medidas de seguridad
lo que limitaría la divulgación de información y fomentaría las
divisiones sociales", subraya.
La decisiones de cómo atacar la infección implicaría discusiones
relacionadas con la seguridad y el intercambio de información, algo
que según los expertos fomentaría las divisiones sociales.
¿Hay salida?
El reporte señala que el riesgo de propagación de infecciones crece
debido a factores como la falta de acceso a servicios básicos de las
comunidades de escasos recursos, el aumento de la población, el
cambio climático y las migraciones.
Para mitigar esos riesgos, el panel recomendó una serie de "medidas
urgentes" que deben tomarse a nivel global.
Muchos de estas estrategias tienen que ver con que los gobiernos
fortalezcan sus sistemas de respuestas y "estén preparados para lo
peor" de manera coordinada.
Esto incluye la creación de incentivos y aumentar la inversión para
la preparación ante emergencias.
Entre las medidas, el panel menciona:
- que los gobiernos inviertan recursos en la preparación ante la
posible llegada de estos brotes;
el desarrollo de simulacros;
- la creación de vacunas y tratamientos innovadores;
- redoblar los esfuerzos para la preparación de evaluaciones de
riesgo económico ante una pandemia;
- y fortalecer los mecanismos de colaboración y coordinación
internacional.
"Ha llegado el momento de actuar", insta el panel.
Comunicado por: Jaime R. Torres <torresj@email.com>
-- ProMED-ESP
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.................jt, jg
[Sin un ánimo apocalíptico (para creyentes y no creyentes), el afán
cortoplacista de muchos gobiernos y empresas, el cambio climático y
el calentamiento global (temas de los cuales mucho se habla y
escribe), la facilidad de desplazamiento de personas y vectores, son
solo algunos de los factores que contribuyen con esta situación que
puede dejar de ser potencial para convertirse en una amenaza real. Se
conoce la teoría, se observan algunos de sus efectos, se saben sus
consecuencias, pero es muy poca la acción que se toma al respecto. No
deberá esperarse a que ocurran tragedias de proporciones para allí
recién intentar decidir que se debe hacer. No hay derecho a que
nuestros descendientes reciban un planeta plagado de enfermedades
prevenibles; o, lo peor, al borde de su destrucción por nuestras
propias manos. Jorge González
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