domingo, 22 de septiembre de 2019

Parece posible restablecer gran parte de la funcionalidad del cerebro horas después del fallecimiento | Observatorio de Bioética, UCV

Parece posible restablecer gran parte de la funcionalidad del cerebro horas después del fallecimiento | Observatorio de Bioética, UCV

Observatorio de Bioética, UCV

Parece posible restablecer gran parte de la funcionalidad del cerebro horas después del fallecimiento


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Parece posible restablecer gran parte de la funcionalidad del cerebro horas después del fallecimiento
18 septiembre
10:252019

Investigación y Cienciaen el número de junio de 2019, publica un interesante artículo en el que se comentan las experiencias publicadas en Nature en cuanto a la funcionalidad de las células cerebrales realizadas en cerdos por el grupo de Nenad Sestan, de la Escuela de Medicina de Yale. Estos resultados alteran nuestra noción de muerte cerebral.

Los investigadores concluyen que “es posible preservar o restablecer gran parte de la funcionalidad (de las células cerebrales), incluso horas después del fallecimiento” del animal, al comprobar que se podían “reactivar algunas funciones del cerebro entero de cerdos que habían sido sacrificados horas antes.
El equipo de Sestan ideó un sistema para mantener las células funcionales en una placa de Petri, por lo que los autores se preguntaron que, dado que es posible mantenerlos funcionantes en un sistema de laboratorio, quizá también sería posible en un cerebro intacto”.
En su trabajo, los investigadores comparan los cerebros conectados a su sistema con un grupo control, comprobando que “el sistema redujo la muerte cerebral, conservó la integridad autóctona y restituyó las funciones circulatorias y metabólicas, además de algunas funciones celulares”.
Estos resultados sugieren que “las células cerebrales son mucho más resistentes de lo que se pensaba a la falta de riego sanguíneo, sin el cual el aporte de oxígeno cesa (isquemia)”. Como los autores siguen comentando “ninguna hipótesis nos permitía imaginar que conseguirían restaurar las células hasta ese nivel”. “Nos sorprendió muchísimo”.
Sin duda, estas experiencias constituyen “un verdadero adelanto para la investigación neurológica, una herramienta nueva que acerca la neurociencia básica a la investigación clínica, comenta Andrea Beckel-Mitchener, directora de proyectos de la iniciativa BRAIN, del Instituto Nacional de Salud Mental, de Estados Unidos, pues estos resultados alteran nuestra noción de muerte cerebral.
También pueden afectar objetivamente a todo el sistema de donación de órganos, pues seguramente habría que “ampliar el tiempo que debe transcurrir antes de certificar la muerte cerebral”, lo que podría ralentizar las donaciones”.
Estas experiencias también podrían aportar luz para comprender mejor las lesiones isquémicas, para estudiar la conectividad cerebral, la función de los circuitos encefálicos y los procesos patológicos cerebrales.
Desde un punto de vista bioético, además de los problemas referidos a la donación de órganos, cabe preguntarse si los cerebros reanimados presentarían algún tipo de consciencia, pregunta que por el momento no se puede responder.

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