miércoles, 11 de mayo de 2011

El estudio “Desarrollo de indicadores poblaciones en Salud Pública” pone de manifiesto la dispersión y la falta de armonización de los mismos :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

El estudio “Desarrollo de indicadores poblaciones en Salud Pública” pone de manifiesto la dispersión y la falta de armonización de los mismos

Silvia C. Carpallo

Hacer un análisis sobre la situación actual de la Salud Pública y las posibilidades de los indicadores de salud, así como conseguir armonizar estos indicadores en listas más reducidas que estén coordinadas con Europa y con los proyectos de la OMS, son los grandes objetivos de este estudio, que ve la luz a la par con la Ley de Salud Pública
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Madrid (11-5-11)-. “Hay muchísimos indicadores que conviene coordinar y dar prioridad para que sean útiles, todo es importante, pero no todo es igual de importante a la hora de elaborar políticas en Salud Pública”, ese es el objetivo del estudio “Desarrollo de indicadores poblacionales en Salud Pública”, tal y como explicaba en la presentación del mismo Julio Sánchez Fierro, patrono de la Fundación AstraZeneca, promotora, junto con la Universidad Europea de Madrid, de la elaboración de esta publicación.

Coincidiendo con el proceso de tramitación de la Ley de Salud Pública, en la que los autores de este estudio observan carencias en el proyecto de la norma, sobre todo a lo referente a los indicadores de salud, se pone a disposición tanto de la comunidad científica, así como de los poderes públicos, este documento. En palabras de Maravillas Izquierdo, responsable de la cátedra de Salud Pública y Gestión Sanitaria en la Universidad Europea de Madrid, han observado que “si bien los indicadores están estandarizados, lo que no están es armonizados, puesto que no todos medimos los mismo”. Acorde con esta opinión se manifestaba Julio Sánchez, que matizaba que “la gestión de las acciones en materia de Salud pública se desarrollan de modo desigual según las CC.AA.”. El coordinador del estudio incidía en que “las medidas que la Ley de Salud Pública pueda establecer con carácter obligatorio no vale que estén en el BOE, que remos que estén en la realidad, y para eso hacen falta buenos indicadores”.

El objetivo pasa no sólo por una normalización a nivel regional y estatal, sobre todo con vistas a una armonización con la Ley de Salud Pública, sino también una estandarización acorde con los proyectos que actualmente se están desarrollando dentro del entorno europeo y de la Organización Mundial de la Salud. Así lo hacia saber Agustín Rivero, coordinador también del proyecto y representante de la cátedra de Salud Pública y Gestión Sanitaria en la Universidad Europea de Madrid, “a nivel europeo hay diferentes proyectos con el objetivo de decirnos de manera clara que está sucediendo en nuestro modelo de asistencia, para hablar de años de vida ajustados por calidad”, es decir, una evolución hacia “más indicadores cualitativos y de temas de discapacidad”.

Un orden más exiguo

Maravillas Izquierdo hacía hincapié en que es imposible compararnos a nivel mundial si disponemos de hasta 300 indicadores por área de salud, así, “necesitamos un orden más exiguo, subgrupos básicos”. Este orden está resumido en cuatro áreas principales que contienen subgrupos de indicadores. Así, la clasificación que los autores proponen se divide en resultados de salud, que agruparía a la esperanza de vida al nacer, la mortalidad infantil, la esperanza de vida a los 65 años, la mortalidad por lesiones o los días perdidos por problemas de salud físicos y mentales. Le seguiría el grupo de comportamientos relacionados con la salud, donde entraría el porcentaje de personas con hábitos de riesgo como los fumadores, los que no realizan actividad física, los consumidores de alcohol, o las personas con hábitos sexuales de riesgo. Por último se encuadrarían los sistemas de salud, en donde formarían parte indicadores como el gasto per cápita en cuidados sanitarios, el porcentaje de adultos sin cobertura médica, el porcentaje de ingresos o de niños vacunados.

Otra idea importante es la de la implicación de los profesionales dentro de la prevención y la promoción de la salud, donde los autores del estudio destacan el papel primordial de la enfermería, que tiene mucho futuro dentro de este ámbito, o incluso, el papel de las propias oficinas de Farmacia. Pero sin duda, recalcaban el papel del pediatra, ya que la educación en salud y la prevención de la enfermedad ha de iniciarse en las primeras etapas de la vida.


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