CONSUMO | Productos intervenidos y retirados
¡Alerta: juguetes peligrosos!
- Cientos de miles de productos salen del mercado tras la alerta del consumidor
- Las redes de alerta recogen los juguetes denunciados en inspecciones oficiales
- Los juguetes con piezas pequeñas y plastificantes tóxicos, los más peligrosos
- También se retiran los que no tienen instrucciones en español o son confusas
En uno de los monólogos de Woody Allen, el cineasta recordaba cómo de pequeño había deseado tener un perro, pero sus padres eran pobres y acabaron regalándole una hormiga. Hasta la entrenó para que mordiera al grito de "¡mata!" (las hay con muy mala leche). Está claro que no es lo mismo un perro que una hormiga, pero... Algo parecido ocurre con los juguetes de "las tiendas multiprecio" (si se dice los chinos de toda la vida se entiende mejor), según el presidente de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (AVACU), Fernando Móner.
Este nuevo hábito de consumo ha propiciado que los jóvenes de hoy y quienes regalan "se preocupen más de la cantidad de regalos que reciben que de la calidad. Por eso, muchos se quedarán en lo alto de un armario" sin salir del envoltorio, explica Móner.
Muchos de los productos que se venden a bajo precio presentan numerosas deficiencias (piezas que se desprenden con facilidad, etiquetaje en idiomas extranjeros o en un español ininteligible...). Para evitar accidentes, las autoridades realizan controles periódicos para retirarlos del mercado. Solo en la campaña de Navidad, en la Comunidad Valenciana se han decomisado cerca de 100.000 que incumplían, en algún aspecto, la normativa.
Algunos de los ejemplos que ELMUNDO.es ha podido grabar en las oficinas de AVACU eran una máscara de Spiderman sin orificios para respirar por la nariz ni por la boca, un móvil al que se le podía quitar la tapa de las pilas y que estaba desprovisto de un tornillo para asegurar el cierre, o un sonajero que desde la organización de consumidores no entendían que su uso estuviese recomendado solo para niños mayores de tres años (a no ser que estuviera dirigido como fetiche de adultos que regresan a su perdida inocencia con paquete y pipo).
Para evitar este tipo de 'sorpresas', desde AVACU consideran que sería muy opotuno realizar la inspección desde la entrada en España de los contenedores, bien por los aeropuertos o por vía marítima. Aun así, sería recomendable homogeneizar los protocolos de supervisión, diferentes en toda Europa. "Hay ciertas lagunas en las inspecciones de Aduanas. Estamos hablando de 27 países, de miles de lugares por donde pueden entrar los productos desde diferentes partes del mundo, y no en todos se realiza un control exhaustivo. Por eso siempre nos tenemos que dirigir al punto de venta", detalla el portavoz de AVACU.
A nivel nacional son cientos de miles los productos retirados del mercado, unidades que responden a los centenares de referencias en las que se ha detectado algún tipo de peligro y que aparecen periódicamente en las distintas redes de alerta.
La directiva 2009/48/CE engloba todas las medidas de control de productos, entre ellos los juguetes. Algunas son generales y otras específicas, como el requerimiento de no contener estalatos, sustancias plastificantes de uso restringido que suelen utilizarse para dar color a los artículos.
Todos los juguetes están sometidos al test de propiedades mecánicas y físicas, al ensayo de inflamabilidad y a la migración de elementos físicos (desprendimientos), según recoge la norma EN 71 en sus tres puntos fundamentales. A partir de ahí, normas para juguetes eléctricos, para radiocontrol y también para juegos químicos, sin olvidar los ensayos microbiológicos a juguetes con agua, que "se testean durante un mes para comprobar si crecen bacterias en su interior", explica Paula Naranjo, técnico en Calidad.
La gestación de un producto seguro comienza con el envío del prototipo definitivo a un laboratorio -los hay europeos, aunque muchas empresas realizan estos ensayos en China porque allí fabrican sus juguetes-, donde se emitirá un informe favorable si los ensayos son satisfactorios. La juguetera hará finalmente una declaración de conformidad como fabricante antes de poner en el mercado "un producto cien por cien seguro".
Entre los múltiples ensayos, destaca el del cilindro que simula la garganta de un niño pequeño. La cavidad tiene el mismo diámetro que la garganta de un menor de tres años para comprobar si caben las piezas pequeñas del juguete en cuestión. Si es así no hay vía libre para el artículo, y menos aún si esas piezas pueden desprenderse fácilmente al ser manipuladas.
En medio de ese proceso están las pruebas químicas reguladas por el 'Reach', donde se analizan las sustancias utilizadas y el cierre de botes, el estudio de la compatibilidad electromagnética, asegurando que el alcance de onda del juguete no interfiera en electrodomésticos, el cumplimiento de la directiva de Radiotelecomunicaciones, la ausencia de determinados plastificantes y el citado control microbiológico, entre otros puntos de supervisión.
Entre los productos retirados de la venta, destacan sobre todo los que tienen partes o piezas pequeñas que además se desarman sin resistencia, así como los juguetes, en este caso, con plastificantes tóxicos. La etiqueta CE confirma que un producto cumple la directiva europea y, por tanto, es seguro, si bien "hay juguetes que llevan este etiquetado de calidad y acaban siendo retirados" como consecuencia de alguna inspección de organismos o administraciones.
En este sentido, Paula Naranjo, técnico en calidad de la empresa valenciana Giro Toys, alerta de la "competencia desleal" y del papel que debe jugar el comprador del juguete a la hora de comprobar si el producto tiene la calidad suficiente y la seguridad que exigen las autoridades europeas.
Habla en nombre de todas las jugueteras con presencia en España que sí cumplen con los requisitos de
calidad, y que son la práctica totalidad de firmas autorizadas. "Nosotros estamos tranquilos y aceptamos toda la responsabilidad en el proceso de fabricación. Si surge algún problema con los productos, se para y se decide si seguir adelante", explica.
El juguete de calidad, sea cual sea su precio, llega al laboratorio previamente testeado por el fabricante y, tras los ensayos pertinentes en el organismo notificado, vuelve a pasar el filtro empresarial antes de etiquetarse y distribuirse por las estanterías de los comercios. Por suerte, son mayoría.
Este nuevo hábito de consumo ha propiciado que los jóvenes de hoy y quienes regalan "se preocupen más de la cantidad de regalos que reciben que de la calidad. Por eso, muchos se quedarán en lo alto de un armario" sin salir del envoltorio, explica Móner.
Muchos de los productos que se venden a bajo precio presentan numerosas deficiencias (piezas que se desprenden con facilidad, etiquetaje en idiomas extranjeros o en un español ininteligible...). Para evitar accidentes, las autoridades realizan controles periódicos para retirarlos del mercado. Solo en la campaña de Navidad, en la Comunidad Valenciana se han decomisado cerca de 100.000 que incumplían, en algún aspecto, la normativa.
Algunos de los ejemplos que ELMUNDO.es ha podido grabar en las oficinas de AVACU eran una máscara de Spiderman sin orificios para respirar por la nariz ni por la boca, un móvil al que se le podía quitar la tapa de las pilas y que estaba desprovisto de un tornillo para asegurar el cierre, o un sonajero que desde la organización de consumidores no entendían que su uso estuviese recomendado solo para niños mayores de tres años (a no ser que estuviera dirigido como fetiche de adultos que regresan a su perdida inocencia con paquete y pipo).
Para evitar este tipo de 'sorpresas', desde AVACU consideran que sería muy opotuno realizar la inspección desde la entrada en España de los contenedores, bien por los aeropuertos o por vía marítima. Aun así, sería recomendable homogeneizar los protocolos de supervisión, diferentes en toda Europa. "Hay ciertas lagunas en las inspecciones de Aduanas. Estamos hablando de 27 países, de miles de lugares por donde pueden entrar los productos desde diferentes partes del mundo, y no en todos se realiza un control exhaustivo. Por eso siempre nos tenemos que dirigir al punto de venta", detalla el portavoz de AVACU.
A nivel nacional son cientos de miles los productos retirados del mercado, unidades que responden a los centenares de referencias en las que se ha detectado algún tipo de peligro y que aparecen periódicamente en las distintas redes de alerta.
Las normas de la UE y los juguetes seguros
Poner a la venta un juguete de calidad, seguro, supone haber superado previamente un complejo proceso de control en organismos notificados que se saltan los productos retirados del mercado. Todos suelen coincidir en el origen asiático de la fabricación, aunque algunos eluden un proceso que puede prolongarse semanas, incluso meses, hasta recibir el sello de calidad de la UE.La directiva 2009/48/CE engloba todas las medidas de control de productos, entre ellos los juguetes. Algunas son generales y otras específicas, como el requerimiento de no contener estalatos, sustancias plastificantes de uso restringido que suelen utilizarse para dar color a los artículos.
Todos los juguetes están sometidos al test de propiedades mecánicas y físicas, al ensayo de inflamabilidad y a la migración de elementos físicos (desprendimientos), según recoge la norma EN 71 en sus tres puntos fundamentales. A partir de ahí, normas para juguetes eléctricos, para radiocontrol y también para juegos químicos, sin olvidar los ensayos microbiológicos a juguetes con agua, que "se testean durante un mes para comprobar si crecen bacterias en su interior", explica Paula Naranjo, técnico en Calidad.
La gestación de un producto seguro comienza con el envío del prototipo definitivo a un laboratorio -los hay europeos, aunque muchas empresas realizan estos ensayos en China porque allí fabrican sus juguetes-, donde se emitirá un informe favorable si los ensayos son satisfactorios. La juguetera hará finalmente una declaración de conformidad como fabricante antes de poner en el mercado "un producto cien por cien seguro".
Entre los múltiples ensayos, destaca el del cilindro que simula la garganta de un niño pequeño. La cavidad tiene el mismo diámetro que la garganta de un menor de tres años para comprobar si caben las piezas pequeñas del juguete en cuestión. Si es así no hay vía libre para el artículo, y menos aún si esas piezas pueden desprenderse fácilmente al ser manipuladas.
En medio de ese proceso están las pruebas químicas reguladas por el 'Reach', donde se analizan las sustancias utilizadas y el cierre de botes, el estudio de la compatibilidad electromagnética, asegurando que el alcance de onda del juguete no interfiera en electrodomésticos, el cumplimiento de la directiva de Radiotelecomunicaciones, la ausencia de determinados plastificantes y el citado control microbiológico, entre otros puntos de supervisión.
Alertas, problemas y competencia desleal
A nivel europeo, el Rapex es la principal red de alerta entre los consumidores. En ella se controla todo tipo de productos, entre ellos los juguetes. Si en una inspección de consumo se detecta la peligrosidad de un producto, éste aparecerá en la red de alerta que precederá su salida del mercado, y en la que "juegan un papel fundamental los propios consumidores".Entre los productos retirados de la venta, destacan sobre todo los que tienen partes o piezas pequeñas que además se desarman sin resistencia, así como los juguetes, en este caso, con plastificantes tóxicos. La etiqueta CE confirma que un producto cumple la directiva europea y, por tanto, es seguro, si bien "hay juguetes que llevan este etiquetado de calidad y acaban siendo retirados" como consecuencia de alguna inspección de organismos o administraciones.
En este sentido, Paula Naranjo, técnico en calidad de la empresa valenciana Giro Toys, alerta de la "competencia desleal" y del papel que debe jugar el comprador del juguete a la hora de comprobar si el producto tiene la calidad suficiente y la seguridad que exigen las autoridades europeas.
Habla en nombre de todas las jugueteras con presencia en España que sí cumplen con los requisitos de
calidad, y que son la práctica totalidad de firmas autorizadas. "Nosotros estamos tranquilos y aceptamos toda la responsabilidad en el proceso de fabricación. Si surge algún problema con los productos, se para y se decide si seguir adelante", explica.
El juguete de calidad, sea cual sea su precio, llega al laboratorio previamente testeado por el fabricante y, tras los ensayos pertinentes en el organismo notificado, vuelve a pasar el filtro empresarial antes de etiquetarse y distribuirse por las estanterías de los comercios. Por suerte, son mayoría.
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