Dejar de invertir contra el tabaco impide ahorrar

En ocasiones no gastar sale más caro que hacerlo. En Estados Unidos se ha reducido la inversión en programas anti-tabaco y un estudio sugiere que esto impide ahorrar hasta 20 veces lo que costaría implantarlos.

José A. Plaza | Rosalía Sierra | 05/12/2011 00:00

La lucha contra el hábito tabáquico no se ha librado de los recortes económicos provocados por la crisis. En Estados Unidos la inversión en programas para controlar el consumo de tabaco ha disminuido desde 2002 pero, según un estudio que se publica en el último número de Contemporary Economic Policy, esta reducción no se va a traducir en ahorros a largo plazo.

Los resultados del trabajo, que ha estado coordinado por Sudip Chattopadhyay, profesor de economía en la Universidad Estatal de San Francisco, muestran que si Estados Unidos siguiera las recomendaciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, situados en Atlanta) y aumentaran su inversión en iniciativas antitabaco sería posible ahorrar entre 14 y 20 veces el coste que supone implantar este tipo de programas.

Fondos redistribuidos
El año pasado, el gasto destinado a reducir el consumo de cigarrillos fue un 17 por ciento inferior al que habían recomendado los especialistas del CDC. Teniendo en cuenta estos datos, los investigadores concluyen que al ahorro vendría de la reducción de los pagos, los gastos médicos y la menor pérdida de productividad de los trabajadores.

Según apunta el CNPT en España, cada euro invertido en políticas de control genera muchos euros de ahorro en costes sanitarios

El estudio se ha basado en datos recogidos desde 1991 hasta 2007, periodo en el que los programas para controlar el tabaco se financiaban con impuestos y fondos recaudados gracias a un acuerdo entre 46 estados y las cuatro mayores compañías tabaqueras de Estados Unidos. Chattopadhyay y su equipo explican en su análisis que durante estos años de crisis económica muchos estados han redistribuido los fondos destinados a ese fin hacia otro tipo de proyectos.

Impuestos y consumo
Por otro lado, inciden en otra de las consecuencias de la crisis: algunos estados han subido los impuestos sobre los cigarrillos para aumentar los ingresos. En el estudio se apunta que la diferencia interestatal en las tasas sobre el tabaco es una variable que puede afectar directamente al consumo.

En el fondo, más allá de los programas de prevención y deshabituación, mucho depende de la fuerza de voluntad de los fumadores. Y aquéllos que viven en zonas con impuestos elevados podrían sufrir una mayor tentación de comprar tabaco si comparten frontera con otro estado en el que las tasas son inferiores; este valor puede oscilar desde menos de 20 centavos por paquete (casi 1,5 euros) hasta casi 5 dólares (más de 3,5 euros).

Esta situación es difícilmente extrapolable a Europa y España. El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), preguntado por DM, ha señalado que "en España no hay estudios publicados de este tipo". Pero sí se sabe que "por cada euro que se ingresa España por impuestos del tabaco hay dos euros de coste sanitario y social". Según el CNPT, todas las medidas de control del tabaco son coste-efectivas y "es posible que cada euro invertido en políticas de control genere muchos euros de ahorro en costes de salud, económicos y sociales".

TAMBIÉN EN ESPAÑA, AUNQUE NO CON TABACO

A veces es demasiado tarde para hacer prevención y toca poner en marcha sistemas de deshabituación y, en el caso de sustancias más agresivas que el tabaco, recursos de reducción del daño que, si se ven afectados por los recortes económicos, también generarán más gasto: "La crisis no puede cebarse en los sectores más vulnerables de la sociedad; hay quien interpreta que son los más fáciles de recortar porque se quejan poco, pero lo único que se conseguirá con esos recortes será multiplicar el problema y sus costes", ha afirmado Nuria Espí, delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, en referencia a las primeras quejas llegadas desde organizaciones responsables de gestionar estos recursos -como pisos de acogida y otros sistemas de apoyo a toxicómanos-. "Algunas autonomías, como Madrid, Cataluña, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana, ya han empezado a reducir subvenciones. Hay que tener cuidado con eso, porque puede tener el efecto contrario; aún tenemos demasiado cerca el problema que hubo en los 80 con la heroína. Si de mí dependiera, se trataría de un objetivo prioritario".

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