ESTADO DE LA BIOTECNOLOGÍA ESPAÑOLA
En busca, todavía, de una explosión definitiva
La biotecnología española puede verse desde varias perspectivas. Empezando por la optimista, si se mira el vaso completo, el sector aún es capaz de mover la economía; si sólo se ve medio lleno, no deja de crecer. Pero también se puede ser pesimista. Para quien vea el vaso medio vacío, no se crece lo suficiente; y, finalmente, el que no ve contenido alguno en el vaso puede hablar de males endémicos por falta de patentes y capital riesgo.
José A. Plaza | 27/12/2011 00:00
No pierde fuelle, aunque no explota. ¿Un globo? No. Se trata del sector biotecnológico español, que sigue aprovechando que viene de muy abajo para seguir creciendo. Hay motivos para un optimismo moderado, pero también los hay para un pesimismo que, según qué datos se consulten, tiene dimensiones preocupantes. La presentación del informe Relevancia de la biotecnología en España en 2011, llevado a cabo por Genoma España, ofrece un panorama con muchos matices que facilita un debate a campo abierto. A ello se pusieron cinco protagonistas del sector, moderados por el director general de Genoma España, Rafael Camacho.
Carmen Vela, presidenta de la Sociedad Española de Biotecnología (Sebiot) y CEO de Ingenasa, habla alto y claro: "Disponemos de la base, de un buen futuro para los investigadores en biotecnología y de una masa crítica establecida. Pero para que este sector gane fuerza hay que conseguir más recursos y dejar de lado datos lastimeros, como los relativos a patentes, que son lamentables y avergüenzan a los que estamos en este sector". Un listón muy alto para el resto de participantes en la mesa.
Crecer, pero ¿y explotar?
Luzma García, jefa de Área de proyectos y OTRI del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), ha incidido en las patentes, que son "la pared contra la que chocamos en la transferencia tecnológica". Ve una situación "mala que mejora lentamente con cambios culturales y profesionales", aunque echa en falta el salto definitivo y, "en definitiva, explotar".
La crisis amenaza y es posible que, en vez de avanzar, se retroceda. Frente a esta opción, García sugiere "crear una mejor interrelación entre los agentes del sistema biotecnológico, un lastre que llevamos décadas sufriendo".
A su juicio, las empresas suspenden en financiación: "Los agentes públicos deben contar más con los privados, que vivimos el día a día del sector; no es para estar satisfechos con la forma de ejecutar la biotecnología". El MAB, una herramienta muy interesante en biotecnología para lograr financiación, "necesita más apoyo institucional". De ser así, "dentro de un par de años se superará el bache y saldrán más compañías al MAB".
Más público-privado
Un clásico del sector, Regina Revilla (presidenta de la Asociación Española de Bioempresas y directora de Relaciones Externas de MSD), señala que "en 30 años hemos hecho mucho, pero tendríamos que haber hecho más y con mejores resultados". El camino recorrido aún da para ser optimistas, "aunque es preocupante que el sector público aporte un 80 por ciento y el privado sólo un 20". Las carencias industriales pueden paliarse con más alianzas público- privadas, aunque faltan instrumentos: "Se crean herramientas con buena intención, pero hay que adaptarlas mejor a la realidad".
Finalmente, José Jerónimo Navas, director del Instituto de Salud Carlos III, no duda de que la biotecnología "está muy presente en el SNS y colabora a que sea considerado el sexto mejor sistema sanitario del mundo". ¿Cómo mejorar? Adoptando, pero también generando: "Importamos mucho más que exportamos y no creamos nuestra propia innovación". Además, falta transferencia e incidencia en la investigación clínica.
En busca, todavía, de una explosión definitiva - DiarioMedico.com
Carmen Vela, presidenta de la Sociedad Española de Biotecnología (Sebiot) y CEO de Ingenasa, habla alto y claro: "Disponemos de la base, de un buen futuro para los investigadores en biotecnología y de una masa crítica establecida. Pero para que este sector gane fuerza hay que conseguir más recursos y dejar de lado datos lastimeros, como los relativos a patentes, que son lamentables y avergüenzan a los que estamos en este sector". Un listón muy alto para el resto de participantes en la mesa.
Crecer, pero ¿y explotar?
Luzma García, jefa de Área de proyectos y OTRI del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), ha incidido en las patentes, que son "la pared contra la que chocamos en la transferencia tecnológica". Ve una situación "mala que mejora lentamente con cambios culturales y profesionales", aunque echa en falta el salto definitivo y, "en definitiva, explotar".
La crisis amenaza y es posible que, en vez de avanzar, se retroceda. Frente a esta opción, García sugiere "crear una mejor interrelación entre los agentes del sistema biotecnológico, un lastre que llevamos décadas sufriendo".
- La implicación del sector privado sólo alcanza un 20 por ciento; lo normal en otros sectores es que, al menos, alcance el 40 por ciento
A su juicio, las empresas suspenden en financiación: "Los agentes públicos deben contar más con los privados, que vivimos el día a día del sector; no es para estar satisfechos con la forma de ejecutar la biotecnología". El MAB, una herramienta muy interesante en biotecnología para lograr financiación, "necesita más apoyo institucional". De ser así, "dentro de un par de años se superará el bache y saldrán más compañías al MAB".
Más público-privado
Un clásico del sector, Regina Revilla (presidenta de la Asociación Española de Bioempresas y directora de Relaciones Externas de MSD), señala que "en 30 años hemos hecho mucho, pero tendríamos que haber hecho más y con mejores resultados". El camino recorrido aún da para ser optimistas, "aunque es preocupante que el sector público aporte un 80 por ciento y el privado sólo un 20". Las carencias industriales pueden paliarse con más alianzas público- privadas, aunque faltan instrumentos: "Se crean herramientas con buena intención, pero hay que adaptarlas mejor a la realidad".
Finalmente, José Jerónimo Navas, director del Instituto de Salud Carlos III, no duda de que la biotecnología "está muy presente en el SNS y colabora a que sea considerado el sexto mejor sistema sanitario del mundo". ¿Cómo mejorar? Adoptando, pero también generando: "Importamos mucho más que exportamos y no creamos nuestra propia innovación". Además, falta transferencia e incidencia en la investigación clínica.
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