Estructuras organizacionales para gestionar desde los valores
Diciembre de 2011 - Martín G. Blanco García, gerente de la Escuela Andaluza de Salud Pública
Partiendo del conocimiento de las expectativas de la ciudadanía, he definido en más de un lugar lo que he dado en llamar el Trinomio de la Sostenibilidad en el ámbito sanitario: el equilibrio que debe de existir, para conseguir que el sistema sanitario, tal como hoy lo concebimos, sea sostenible en el tiempo, entre las expectativas (de la ciudadanía y de los profesionales), con los recursos utilizados y los resultados obtenidos
El Trinomio de la Sostenibilidad y los valores
Cuando hablo de sostenible o sostenibilidad, lo refiero al concepto que surge por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), que fue el resultado de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, y que se define "como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades". Estamos sacando lo sostenible del marco meramente económico, y lo ampliamos, abarcando lo social y a lo ambiental.
Al analizar la evolución en el tiempo de los sistemas sanitarios, observamos que este equilibrio rara vez se alcanza. Así, hay épocas donde se hace hincapié en cubrir las expectativas de la ciudadanía o de los profesionales, suelen ser épocas expansivas en las que no se persigue la modulación de las expectativas, sino que se busca el cubrirlas ya sea mediante políticas salariales agresivas si de profesionales se trata, o mediante la ampliación de las carteras de servicios si hablamos de ciudadanía. Cuando el entorno económico es restrictivo, en las políticas predomina la restricción de los recursos aplicados a salud. En momentos, en los que se trata de poner en valor los logros de las políticas, se fortalecen aquellas encaminadas a poner de relieve la eficacia de la acción asistencial, es decir, en los resultados obtenidos.
La búsqueda del equilibrio entre los tres aspectos que influyen en la gestión y el diseño sanitario puede enfocarse desde la perspectiva de los valores que informan el sistema sanitario, ya que la búsqueda de su cumplimiento debe realizarse de manera que se mantenga el equilibrio del sistema y se garantice su perdurabilidad. Los valores característicos del SSP español podemos concretarlos en: Universalidad (proporcionar atención sin exclusiones, la salud y la atención sanitaria es un derecho de la ciudadanía), Equidad (la prestación de los servicios de salud es igualitaria), Participación (tanto de la ciudadanía como de los profesionales en los procesos de toma de decisiones) y Servicio Público.
La búsqueda del desarrollo y aplicabilidad de estos principios no implica en sí misma que se camine en la senda de la sostenibilidad ya que se puede producir, según el momento histórico concreto, el predominio de acciones que potencien unos u otros valores, potenciación que busca superar, precisamente, situaciones de desequilibrio. Hemos asistido, también, a momentos en los que las políticas aplicadas atentan claramente con los valores que sustentan el modelo.
Características generales de las estructuras organizacionales
Expectativas
Las estructuras diseñadas para gestionar desde los valores deben de tener en cuenta a los actores principales: ciudadanía, profesionales y administración. La consideración de los actores principales debe encaminarse a la participación activa.
Deben ser facilitadoras de la corresponsabilidad de los agentes principales -ciudadanía y profesionales- para que puedan ser moduladas las expectativas en función de los distintos valores, y hacer de su participación un entrono constructivo.
Recursos
Debe facilitar una utilización eficiente de los recursos, limitando las duplicidades y definiendo su utilización en base a criterios apoyados en la evidencia científica. Garantizarán la accesibilidad tanto a recursos como a prestaciones de manera efectiva y equitativa.
Si debe haber corresponsabilidad, las estructuras que se definan deberán garantizar la motivación de los profesionales y favorecer el reconocimiento de los mismos.
Deberán generarse entornos de transparencia y confianza, tanto desde la perspectiva de los recursos como de los resultados, y aplicada a ciudadanía y los profesionales.
Resultados
Igualmente, deben de ser flexibles y adaptables a las distintas necesidades, transcendiendo la estructura tradicional de centro para facilitar la incorporación de las innovaciones de la manera más ágil y eficiente; y permitiendo la gestión descentralizada que acerque tanto a ciudadanía como a profesionales el proceso de toma de decisiones.
La descentralización de la toma de decisiones, en el marco de la Universalidad y Equidad, debe de sustentarse en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades de la ciudadanía, persiguiendo la personalización de la asistencia, basando las decisiones clínicas en la evidencia científica y en la búsqueda de la calidad asistencial.
Finalmente, las estructuras organizacionales que se creen, en el ámbito de la salud, deberán tener en cuenta los aspectos preventivos y de promoción, facilitando su imbricación con la asistencia.
El sistema sanitario público andaluz (SSPA)
En el momento actual de desarrollo del SSPA, se está diseñando y aplicando una nueva estructura organizacional que busca potenciar la gestión basada en los valores que informan el sistema. A continuación mencionamos dos que son un claro exponente del camino en que se encuentra el SSPA.
Área de gestión y servicios
En este área se está produciendo progresivamente una reordenación de recursos desde lo público y en lo público que, junto a las estructuras tradicionales de áreas sanitarias, hospitales y distritos de Atención Primaria, generan estructuras organizativas transversales que buscan la gestión eficiente de los recursos, aplicando economías de escala, posibilitando la visión global del sistema, transcendiendo la estructura tradicional de centro, estableciendo sistemas de gestión basados en modelos de calidad orientados a la satisfacción de los clientes.
Son un claro exponente de esta reorientación organizativa la gestión logística y la gestión del proceso industrial de lavanderías. Son los primeros ejemplos de organización en un camino en el que se pretende la implantación de unidades modernas de gestión transversales ordenadas en función a los procesos que realizan, donde se potencia la profesionalización de los actores, la orientación al cliente y la gestión eficiente de los recursos.
Área asistencial
Las Unidades de Gestión Clínica son, en el ámbito asistencial, el sistema organizacional que se está implantando para gestionar desde los valores. Ámbitos de gestión que pretenden trasladar el protagonismo de la gestión a los profesionales y encontrar un ámbito de relación de estos con la ciudadanía en el que ésta sea corresponsable de la asistencia.
El modelo que se aplica en el SSPA busca:
• Establecer un escenario compartido entre la ciudadanía, los profesionales y los administradores sanitarios.
• Otorgar niveles adecuados de autonomía y responsabilidad en la toma de las decisiones clínicas a los profesionales.
• Mediante instrumentos de gestión por objetivos pretende el comprometer a todos los integrantes de las unidades.
• Se pone el énfasis en la calidad de los resultados de salud.
• Se persigue la participación de la ciudadanía.
• Facilita la agregación eficiente de los recursos al posibilitar la creación de unidades inter-centros.
• La configuración de Unidades de Gestión Clínica participan de un proceso de consenso profesional y directivo abierto y transparente.
• Se establecen indicadores de resultados
• Se facilita la gestión autónoma de los recursos potenciando la corresponsabilidad de los intervinientes.
• Incluyen mecanismos de potenciación de la investigación.
Los valores del SSPA
En el SSPA, los valores antes indicados se amplían con los de la tabla 1.
Como se ve, los valores básicos generales que apuntábamos al principio se amplían en 12 más que son, bien mirados, un desarrollo de los primeros.
Las nuevas estructuras organizacionales que se están diseñando y que antes apuntábamos, tratan de incorporar mecanismos que permitan la gestión basada en estos valores, estableciendo no sólo estructuras novedosas, sino también elementos de gestión facilitadores como pueden ser las herramientas que aporta la Responsabilidad Social Corporativa.
Si las estructuras organizacionales se desarrollan y aplican de manera correcta, estaremos más cerca de alcanzar el equilibrio entre expectativas, recursos y resultados, y, por lo tanto, la sostenibilidad del sistema sanitario con los valores que lo caracterizan en la actualidad.
Cuando hablo de sostenible o sostenibilidad, lo refiero al concepto que surge por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), que fue el resultado de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, y que se define "como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades". Estamos sacando lo sostenible del marco meramente económico, y lo ampliamos, abarcando lo social y a lo ambiental.
Al analizar la evolución en el tiempo de los sistemas sanitarios, observamos que este equilibrio rara vez se alcanza. Así, hay épocas donde se hace hincapié en cubrir las expectativas de la ciudadanía o de los profesionales, suelen ser épocas expansivas en las que no se persigue la modulación de las expectativas, sino que se busca el cubrirlas ya sea mediante políticas salariales agresivas si de profesionales se trata, o mediante la ampliación de las carteras de servicios si hablamos de ciudadanía. Cuando el entorno económico es restrictivo, en las políticas predomina la restricción de los recursos aplicados a salud. En momentos, en los que se trata de poner en valor los logros de las políticas, se fortalecen aquellas encaminadas a poner de relieve la eficacia de la acción asistencial, es decir, en los resultados obtenidos.
La búsqueda del equilibrio entre los tres aspectos que influyen en la gestión y el diseño sanitario puede enfocarse desde la perspectiva de los valores que informan el sistema sanitario, ya que la búsqueda de su cumplimiento debe realizarse de manera que se mantenga el equilibrio del sistema y se garantice su perdurabilidad. Los valores característicos del SSP español podemos concretarlos en: Universalidad (proporcionar atención sin exclusiones, la salud y la atención sanitaria es un derecho de la ciudadanía), Equidad (la prestación de los servicios de salud es igualitaria), Participación (tanto de la ciudadanía como de los profesionales en los procesos de toma de decisiones) y Servicio Público.
La búsqueda del desarrollo y aplicabilidad de estos principios no implica en sí misma que se camine en la senda de la sostenibilidad ya que se puede producir, según el momento histórico concreto, el predominio de acciones que potencien unos u otros valores, potenciación que busca superar, precisamente, situaciones de desequilibrio. Hemos asistido, también, a momentos en los que las políticas aplicadas atentan claramente con los valores que sustentan el modelo.
Características generales de las estructuras organizacionales
Expectativas
Las estructuras diseñadas para gestionar desde los valores deben de tener en cuenta a los actores principales: ciudadanía, profesionales y administración. La consideración de los actores principales debe encaminarse a la participación activa.
Deben ser facilitadoras de la corresponsabilidad de los agentes principales -ciudadanía y profesionales- para que puedan ser moduladas las expectativas en función de los distintos valores, y hacer de su participación un entrono constructivo.
Recursos
Debe facilitar una utilización eficiente de los recursos, limitando las duplicidades y definiendo su utilización en base a criterios apoyados en la evidencia científica. Garantizarán la accesibilidad tanto a recursos como a prestaciones de manera efectiva y equitativa.
Si debe haber corresponsabilidad, las estructuras que se definan deberán garantizar la motivación de los profesionales y favorecer el reconocimiento de los mismos.
Deberán generarse entornos de transparencia y confianza, tanto desde la perspectiva de los recursos como de los resultados, y aplicada a ciudadanía y los profesionales.
Resultados
Igualmente, deben de ser flexibles y adaptables a las distintas necesidades, transcendiendo la estructura tradicional de centro para facilitar la incorporación de las innovaciones de la manera más ágil y eficiente; y permitiendo la gestión descentralizada que acerque tanto a ciudadanía como a profesionales el proceso de toma de decisiones.
La descentralización de la toma de decisiones, en el marco de la Universalidad y Equidad, debe de sustentarse en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades de la ciudadanía, persiguiendo la personalización de la asistencia, basando las decisiones clínicas en la evidencia científica y en la búsqueda de la calidad asistencial.
Finalmente, las estructuras organizacionales que se creen, en el ámbito de la salud, deberán tener en cuenta los aspectos preventivos y de promoción, facilitando su imbricación con la asistencia.
El sistema sanitario público andaluz (SSPA)
En el momento actual de desarrollo del SSPA, se está diseñando y aplicando una nueva estructura organizacional que busca potenciar la gestión basada en los valores que informan el sistema. A continuación mencionamos dos que son un claro exponente del camino en que se encuentra el SSPA.
Área de gestión y servicios
En este área se está produciendo progresivamente una reordenación de recursos desde lo público y en lo público que, junto a las estructuras tradicionales de áreas sanitarias, hospitales y distritos de Atención Primaria, generan estructuras organizativas transversales que buscan la gestión eficiente de los recursos, aplicando economías de escala, posibilitando la visión global del sistema, transcendiendo la estructura tradicional de centro, estableciendo sistemas de gestión basados en modelos de calidad orientados a la satisfacción de los clientes.
Son un claro exponente de esta reorientación organizativa la gestión logística y la gestión del proceso industrial de lavanderías. Son los primeros ejemplos de organización en un camino en el que se pretende la implantación de unidades modernas de gestión transversales ordenadas en función a los procesos que realizan, donde se potencia la profesionalización de los actores, la orientación al cliente y la gestión eficiente de los recursos.
Área asistencial
Las Unidades de Gestión Clínica son, en el ámbito asistencial, el sistema organizacional que se está implantando para gestionar desde los valores. Ámbitos de gestión que pretenden trasladar el protagonismo de la gestión a los profesionales y encontrar un ámbito de relación de estos con la ciudadanía en el que ésta sea corresponsable de la asistencia.
El modelo que se aplica en el SSPA busca:
• Establecer un escenario compartido entre la ciudadanía, los profesionales y los administradores sanitarios.
• Otorgar niveles adecuados de autonomía y responsabilidad en la toma de las decisiones clínicas a los profesionales.
• Mediante instrumentos de gestión por objetivos pretende el comprometer a todos los integrantes de las unidades.
• Se pone el énfasis en la calidad de los resultados de salud.
• Se persigue la participación de la ciudadanía.
• Facilita la agregación eficiente de los recursos al posibilitar la creación de unidades inter-centros.
• La configuración de Unidades de Gestión Clínica participan de un proceso de consenso profesional y directivo abierto y transparente.
• Se establecen indicadores de resultados
• Se facilita la gestión autónoma de los recursos potenciando la corresponsabilidad de los intervinientes.
• Incluyen mecanismos de potenciación de la investigación.
Los valores del SSPA
En el SSPA, los valores antes indicados se amplían con los de la tabla 1.
Como se ve, los valores básicos generales que apuntábamos al principio se amplían en 12 más que son, bien mirados, un desarrollo de los primeros.
Las nuevas estructuras organizacionales que se están diseñando y que antes apuntábamos, tratan de incorporar mecanismos que permitan la gestión basada en estos valores, estableciendo no sólo estructuras novedosas, sino también elementos de gestión facilitadores como pueden ser las herramientas que aporta la Responsabilidad Social Corporativa.
Si las estructuras organizacionales se desarrollan y aplican de manera correcta, estaremos más cerca de alcanzar el equilibrio entre expectativas, recursos y resultados, y, por lo tanto, la sostenibilidad del sistema sanitario con los valores que lo caracterizan en la actualidad.
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