martes, 27 de diciembre de 2011

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INFECCIONES, RIESGO EN VIAJES AÉREOS


Un comunicado de ProMED-mail
ProMED-mail es un programa de la
http://www.isid.org/


Fecha: 27 de diciembre, 2011
Fuente: The Wall Street Journal Americas

Una queja muy común después de un viaje en avión es que alguien nos contagió de gripe durante el vuelo.
Algunas investigaciones han mostrado que los viajeros aéreos sufren de tasas más altas de infecciones. Un estudio sugirió que el riesgo de contagiarse de un resfrío aumenta en 20% y la temporada de fin de año,
en particular, es propicia para la transferencia de gérmenes, ante el aumento del volumen de pasajeros.

Con frecuencia se apunta al aire que recircula dentro de la cabina como el responsable. Pero diversos estudios han demostrado que los filtros de aire de alta eficiencia (HEPA, por sus siglas en inglés) instalados en la mayoría de las aeronaves actuales pueden capturar hasta 99,97% de las partículas bacterianas y virales. De todos modos, cuando se apaga la circulación del aire, lo que algunas veces pasa durante largas esperas en tierra o por períodos cortos cuando los pasajeros están abordando o saliendo del avión, las infecciones se pueden propagar de manera descontrolada.

Un famoso estudio de 1979 encontró que un 72% de los 54 pasajeros de un avión que permaneció parado con sus motores apagados y sin circular aire durante tres horas se enfermaron al cabo de dos días. La variedad de la gripe que sufrieron los viajeros fue rastreada hasta identificar a un pasajero como el caso índice. Por esa razón, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) emitió una advertencia en 2003 a las aerolíneas diciendo que los pasajeros deberían ser sacados de un avión en un lapso de 30 minutos si el aire no está circulando. El problema es que el cumplimiento de esta advertencia no es obligatorio.


Zonas de contagio

Buena parte del riesgo se genera en las bocas, narices y manos de los pasajeros que están sentados cerca. La zona de peligro de contagio se expande en un radio de dos sillas a su costado, espalda o frente, de acuerdo con un estudio presentado en Julio de este año por la revista Emerging Infectious Diseases, una publicación de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) Algunos factores aumentan las probabilidades de aterrizar con una tos o una gripe de recuerdo. El ambiente a 10,000 metros de altura facilita el contagio de enfermedades. Para empezar, el aire en los aviones es extremadamente seco y los virus suelen prosperar en condiciones de baja humedad. Cuando las membranas mucosas se secan, son mucho menos efectivas en el bloqueo de infecciones. Cuando está a
una mayor altitud, el cuerpo se cansa y la fatiga aumenta la susceptibilidad a un resfriado.

Igualmente, los virus y las bacterias pueden sobrevivir por horas sobre algunas superficies. Se ha encontrado que algunas partículas virales son activas incluso después de un día. Las bandejas de comida y los bolsillos en los espaldares de los asientos (que muchas veces son el depósito de pañuelos usados, servilletas y basura) pueden ser particularmente contaminantes. También es difícil saber qué clase de gérmenes merodean en las almohadas y cobijas de las aerolíneas.

Aunque investigaciones han mostrado la facilidad con la que una enfermedad puede propagarse (la gripe H1N1 en 2009 y el síndrome respiratorio agudo severo, SRAS, en 2003, son los mejores ejemplos),
otros estudios han concluido que el riesgo percibido para los viajeros es mayor que el riesgo real. Además, la mayoría de la gente que se sienta junto a alguien enfermo, probablemente no se contagiará. De todos modos, existen algunas precauciones básicas que los pasajeros pueden tomar para mantener a raya los virus.

  • Hidratación: beber suficiente agua y mantener los pasajes nasales húmedos con un aerosol con solución salina puede reducir los riesgos de infección.
  • Manos limpias: aplique gel desinfectante con alcohol con frecuencia. A menudo nos autoinfectamos al tocar con las manos bocas, narices u ojos que han estado en contacto con otras superficies.
  • Paños desinfectantes: use uno para limpiar la bandeja de comer antes de usarla
  • Bolsillos del espaldar: simplemente evítelos.
  • Ventilación: abra la rejilla de ventilación y ubíquela de modo que el aire pase en frente de su cara. El aire filtrado del avión puede desviar partículas contaminadas lejos de usted.
  • Asientos: si quedó sentado cerca a alguien que tose, estornuda o parece que tiene fiebre, cámbiese de asiento. Esto puede no ser posible en vuelos llenos, pero vale la pena intentarlo. Un estornudo puede producir hasta 30.000 gotas que pueden ser propulsadas hasta dos metros de distancia.
  • Circulación: quéjese con la tripulación si la circulación de aire es suspendida por un período extendido de tiempo.
  • Almohadas y cobijas: evítelas, si es que se las dan.

"Si toma las precauciones apropiadas, no debería tener problema", dijo el doctor Mark Gendreau, del Centro Médico Lahey, de Boston. "En la mayoría de los casos, nuestro sistema inmunológico hace lo que está diseñado a hacer: protegernos de las infecciones".
 

Peligros escondidos
 
¿Cree que el avión es malo? Los puntos de seguridad albergan un montón de peligro también, dicen investigadores.
 
La gente es apilada en filas, donde abundan los tosidos y los estornudos. Los zapatos y otras pertenencias deben ser puestos en recipientes de plástico que usualmente no son limpiados después de cada uso.
 
Un panel de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. lleva seis meses de un estudio planeado a dos años que toma muestras de áreas de aeropuertos para intentar determinar dónde están las oportunidades de
infección.
 
Los aeropuertos y las aerolíneas, que sufren por estos días de recursos limitados, han pedido a los investigadores que ayuden a hallar la mejor forma de focalizar la prevención, dijo el doctor Gendreau, que forma parte del panel. Los quioscos de facturación y las áreas de equipaje son los sospechosos principales, además de las filas de seguridad, dijo el médico.

Comunicado por: Jaime R. Torres torresjaime@cantv.net
-- ProMED-ESP


[Comentario: Millones de pasajeros se desplazan a muchos lugares del mundo en cuestión de unas horas, llevando no solamente sus ilusiones de viaje, sino también sus gérmenes. El transporte de la más diversa variedad de mercancías y productos también permite la diseminación de vectores, de manera tal que casos de malaria en Europa en inmediaciones de aeropuertos han dejado de ser una rareza. Tener los aviones lo
suficientemente limpios en todo momento es obligación para las compañías aéreas, lo cual se cumple la mayoría de las veces. Sin embargo, existen escenarios en los cuales pueden añadirse más problemas. Ocasionalmente, los vuelos se atrasan; y el avión tiene que salir con premura sin haber sido adecuadamente higienizado; o, por otro lado, a veces hay retrasos de vuelos y los pasajeros tienen que pasar largo rato en la cabina sin una adecuada circulación de aire, esperando el despegue. También, aparte de las  recomendaciones de seguridad, deberá instruirse a los pasajeros para que los bolsillos de la parte posterior de los asientos no sean utilizados como basureros. En más de una ocasión nos hemos encontrado alguna sorpresa desagradable. El reporte aquí presentado es una buena revisión de un tema que cobra cada vez mayor importancia. Moderador Jorge González]
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