lunes, 20 de enero de 2014

Mucha facultad, poco profesor - DiarioMedico.com

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ENCUESTA A LOS DECANOS DE MEDICINA

Mucha facultad, poco profesor

20 de los 40 decanos de Medicina han respondido a un cuestionario de DM sobre la adaptación del grado a Bolonia y la docencia médica. El excesivo número de centros y la falta de profesorado clínico, los problemas más señalados.
Francisco Goiri. Madrid | fjgoiri@diariomedico.com   |  20/01/2014 00:00

Los decanos de las facultades españolas de Medicina han respondido a un cuestionario de DM sobre la adaptación del grado de Medicina al Plan Bolonia y sobre los principales problemas de la docencia. Cuando todas las facultades tienen al menos un año de experiencia en la adaptación de sus planes a Bolonia, el 70 por ciento de los decanos coinciden en que el número de facultades (40) es excesivo, y un 20 por ciento consideran que es suficiente. Aprueban con un 6,5 (sobre 10) el proceso de adaptación a Bolonia, y la mayoría cree que ha servido para actualizar los planes de estudio y potenciar la docencia práctica. No creen, en cambio, que se haya conseguido la convergencia educativa que se perseguía. El recorte presupuestario, la falta de profesorado clínico, y la desconexión universidad/Administración sanitaria son los principales problemas que detectan.
1. Valore del 1 al 10 la adaptación del grado de Medicina al proceso de Bolonia. 
2. Ventajas e inconvenientes de esa adaptación. 
3. ¿Es suficiente o insuficiente el número de facultades? 
4. Principales problemas de la docencia médica.
Agustín Martínez Ibargüen
Universidad del País Vasco
1.
 Un 6
2. La adaptación ha servido para modificar los planes de estudio, pero es muy complicado aplicar las nuevas exigencias a una titulación con tan elevado número de alumnos. Además, uno de los objetivos de Bolonia es el reconocimiento mutuo de las titulaciones y el fomento de la movilidad estudiantil, y eso aún no se ha conseguido.
3. Es una salvajada. Hay una diferencia abismal entre las necesidades reales de médicos y la percepción que la sociedad tiene de esas necesidades. Cuando esta fiesta acabe, las facultades abiertas no van a cerrar y la factura hay que pagarla.
4. La nota de selectividad es el único criterio para acceder a la carrera, a diferencia de titulaciones como Bellas Artes o Traducción, y el resultado es una gran saturación de alumnos. La docencia práctica en los hospitales está totalmente supeditada a la asistencia.
Francesc Cardellach
Universidad de Barcelona
1.
 Un 6, gracias a que los estudios de Medicina eran de los más adaptados a las exigencias de Bolonia.
2. Se adapta mejor al esfuerzo del alumno, incide en la necesidad de grupos pequeños y pone el énfasis en las prácticas clínicas. Aun así, falta adaptarse a los sistemas modernos de evaluación continua, por la falta de tiempo y profesorado expresamente preparado.
3. Absolutamente suficiente, porque el sistema de formación está garantizado y las nuevas tienen dificultades para encontrar profesorado de calidad y hospitales universitarios.
4. Falta más dedicación a la práctica clínica por parte de los profesores, el examen MIR es cognitivo y condiciona mucho al alumno, y falta un continuum con el posgrado. Además, Salud participa poco en el diseño de los planes de estudio.
Alicia López Castellano
CEU Cardenal Herrera (Valencia)
1. 
8
2. Entre las ventajas, permite introducir y/o potenciar nuevas actividades formativas (seminarios, talleres, tutorías individuales y grupales...) y metodologías docentes. Se potencia la evaluación continua y la evaluación objetiva de las competencias. Además, el crédito ECTS favorece la movilidad europea. Por contra, hay una excesiva carga de la docencia presencial impuesta por la Aneca (el 60 por ciento del crédito ECTS) que dificulta la correcta asimilación de las enseñanzas.
3. Suficiente. Debe existir un equilibrio razonable entre plazas de grado y plazas MIR, y debería restringirse significativamente el cupo de plazas MIR para los extracomunitarios.
4. Falta de incentivos al profesorado y pocos mecanismos de control de la calidad docente. Los baremos para la acreditación de profesores clínicos no se adecuan a la realidad asistencial.
Francisco J. García Criado
Universidad de Salamanca
1.
 Siendo generosos, 5.
2. Sobre el papel, el planteamiento de Bolonia es correcto, pero la falta de profesores y la insuficiencia de instalaciones adecuadas en los centros docentes y los hospitales universitarios hacen imposible su desarrollo en la medida exigida.
3. Si a lo anterior añadimos que tenemos más de 7.000 graduados al año y que las previsiones son que cerca de 2.500 se queden sin una plaza MIR y, por tanto, sin competencias profesionales, creo que la pregunta sobre el número de facultades queda contestada. A todo eso, hay que sumar el creciente paro y el coste de formar a un médico.
4. Masificación y baja tasa de reposición docente.
Alfonso J. López Muñiz
Universidad de Oviedo
1. 
Notable. Un 7
2. Entre las ventajas, se fomenta una mayor participación del alumnado en el proceso de enseñanza y ha permitido una modernización de los contenidos y técnicas de estudio. Además, el aumento de actividades presenciales se traducido en un incremento de la motivación del profesorado. La falta de medios, por coincidir con el contexto de crisis, es el principal inconveniente.
3. Es excesivo. Formamos más médicos de grado que plazas MIR que se ofertan.
4. La docencia práctica requiere un número muy limitado de alumnos para que sea verdaderamente eficaz y se mantenga la calidad.
Felipe Rodríguez de Castro
Universidad de Las Palmas 
1.
 Un 4. El objetivo del Plan Bolonia era armonizar los estudios universitarios, facilitar la libre circulación y mejorar el sistema docente. Este proceso, costoso en esfuerzo personal y recursos, no sólo no ha contado con éstos, sino que se ha tenido que adaptar a la contundente reducción de presupuestos universitarios.
2. Lo más positivo de Bolonia es que supone un cambio que pone a prueba nuestras facultades, que deben enfocar la educación en el que aprende, pero estamos lejos de alcanzar la pretendida armonización que se perseguía, porque no se han predefinido claramente las competencias o resultados a conseguir en cada etapa.
3. Es totalmente desproporcionado. Además de formar profesionales, la universidad tiene la misión de creación, desarrollo, trasmisión y crítica de la ciencia, y no creo que la mayor parte de las nuevas facultades cumplan con estas premisas.
4. Faltan profesores clínicos acreditados y no hay suficiente integración de las enseñanzas básico-clínicas. La docencia práctica se imparte con estrategias poco claras y sin instrumentos de evaluación adecuados. Además, la rígida estructura departamental dificulta la integración vertical de las enseñanzasy no hay continuidad entre grado y posgrado.
José Pablo Lara
Universidad de Málaga
1. 
Un 7, entendiendo que un 5 significaría que no ha supuesto cambios con respecto a la situación previa. Las tasas de éxito y rendimiento han mejorado de forma significativa en el estudiante de grado con respecto a la licenciatura, algo que también se debe a la profesionalidad de los docentes.
2. El proceso de elaboración de la memoria de verificación para el grado ha sido laborioso y complejo, ha implicado a todos, y ha sido positivo para la docencia. El sistema común de créditos y el proceso de evaluación continua son muy positivos. Ahora bien, la adaptación no sólo se está haciendo a coste cero, sino con una reducción de los presupuestos de los centros y de los sueldos de entre un 10 y un 15 por ciento. Además, la supuesta convergencia educativa no ha sido tal, porque los planes de estudio resultantes del proceso han sido muy diferentes dependiendo de la metodología docente, sistemas de evaluación, personal e infraestructura de los departamentos...
3. Excesivo. En Medicina hay dos numerus clausus, uno para acceder al grado y otro al MIR, y ya se está produciendo un desequilibrio muy preocupante. Además, la escasez en la oferta de trabajo está obligando a la reespecialización.
4. Preocupante envejecimiento del profesorado, que ya genera situaciones críticas en algunos departamentos. Además, los criterios de acreditación para titulares y catedráticos valoran poco la actividad asistencial y docente no universitaria y dan más peso a la actividad investigadora que en otros campos.
Juan Ramón Lacalle
Universidad de Sevilla
1.
 Un 6.
2. Bolonia fomenta la movilidad de los estudiantes, la adquisición de competencias lingüísticas y la armonización de los planes de estudio en las distintas universidades. Más que inconvenientes, veo fallos o defectos en esa adaptación: no se ha logrado la integración docente entre disciplinas básicas y clínicas; en la mayoría de las facultades el alumno sigue teniendo un papel pasivo, y la reforma no se ha visto acompañada de estímulos a la innovación docente, como pueden ser los grupos más pequeños.
3. ¿Con respecto a qué? Esta pregunta olvida un dato, el del número de estudiantes. Podemos tener muchas facultades con pocos estudiantes o pocos centros con mucho alumnado. El primer formato parece más eficaz, pero, bajo esa apariencia, nos podemos encontrar con facultades insuficientemente dotadas. Además, se está dando una situación preocupante: nuevas facultades que carecen de recursos para la formación clínica están intentando desplazar de los hospitales a centros que han venido impartiendo allí su docencia.
4. La falta de integración de las enseñanzas, con una artificial parcelación de los conocimientos en las diferentes disciplinas.
Joaquín Gea
Universidad Pompeu Fabra
1. 
Es una mejora notable en el abordaje de la educación de los futuros médicos, pero las facultades, a día de hoy, no tienen medios para una correcta implementación de esa metodología.
2. El contenido práctico y el aprendizaje de habilidades, específicas y transversales, cobra mucha más importancia. Por contra, eso exige una dedicación mayor del profesorado, lo que no se ha tenido en cuenta para reestructurar las plantillas. La reducción de horas de clase tradicional puede conllevar, además, un cierto déficit en la adquisición de los conocimientos.
3. Es adecuado, salvo en algunos casos concretos. El problema no es tanto el número de facultades como el de alumnos, que deriva del arcaico sistema de financiación de las universidades.
4. La falta de un organigrama claro de relación entre la universidad y las instituciones sanitarias (confluencia de cargos académicos y de gestión, nivel de representación recíproca en los órganos decisorios...) similar al de los países avanzados.
Joaquín García-Estañ
Universidad de Murcia
1. 
Un 7
2. Bolonia ha permitido una reducción de la docencia teórica en beneficio de las enseñanzas prácticas y ha obligado a implantar, al menos en teoría, políticas de control de la calidad.
3. Excesivo, y los responsables no entienden de razones, por muchas que se den.
4. La docencia práctica debe mejorar y la coordinación con los hospitales universitarios no se soluciona. Aunque no es mala, podría mejorar mucho.
José L. Álvarez-Sala
Universidad Complutense
1.
 Un 7. 
2. El problema de la adaptación a Bolonia ha sido diferente de una facultad a otra, y es posible que en algunas haya aportado ventajas claras. En nuestro caso, ha supuesto una oportunidad para mejorar el plan de estudios, sobre todo en aspectos de enseñanza clínica. Ahora bien, se ha hecho a coste cero o incluso negativo en muchos casos y hay una absoluta falta de uniformidad entre los planes de estudios, tanto en España como en Europa, lo que dificulta la movilidad de alumnos y profesores.
3. Absolutamente excesivo. Hay 40 y varias en listas de espera (en distintas fases administrativas). La apertura de estas nuevas facultades y de algunas previas se ha hecho sin suficientes garantías de calidad (con una mera declaración de intenciones). El criterio ha sido político y no académico.
4. Enorme desconexión entre la universidad y las instituciones sanitarias, fruto de una legislación ajena a las necesidades actuales. A los alumnos les falta formación clínica y la facultad y el hospital universitario se desconocen mutuamente.
Indalecio Sánchez
Universidad de Granada
1. 
Un 5.
2. Hay mayor sensibilidad a la importancia de las prácticas y es importante la evaluación de competencias y habilidades. Entre los inconvenientes, falta dotación o memoria económica, sobre todo en lo referente al porcentaje profesor/alumno. El fomento de la movilidad no se ha logrado por la disparidad de los programas y, por tanto, sigue habiendo problemas para la convalidación de estudios. Además, se ha pasado de "enseñar" a "aprender" sin la necesaria adaptación a las circunstancias para docentes y discentes.
3. Más que suficiente. Hay mucha disparidad en las cifras de partida sobre el número de estudiantes, de plazas MIR, de facultades y de número de homologaciones de títulos, y urge un consenso en esas cifras para establecer el mejor plan estratégico de futuro.
4. La falta de profesorado clínico. Quien enseña en una facultad debe ser docente e investigador, pero, sobre todo, tener dedicación clínica. Por eso, hay que ajustar el baremo para el acceso a los puestos docentes.
Germán Cerdá
Católica de Valencia
1.
 Sobresaliente. Progresa adecuadamente, pero superando las lógicas dificultades de un proceso cuya aplicación aún no es completa.
2. Responsabiliza al alumno de su aprendizaje al incorporar aspectos como las competencias prácticas, la ética y la metodología de los casos, y los capacita mucho más para el ejercicio como médicos generales. Además, se incluye formación en metodología de la investigación y se pone a disposición del profesor más, y más novedosa, metodología docente. No obstante, es un modelo que no tiene antecedentes en la enseñanza preuniversitaria y requiere cierta madurez del alumno. Al profesor no sólo le exige conocimiento, sino manejar diferentes metodologías docentes y nuevas tecnologías.
3. La cuestión no es el número de facultades, sino su calidad docente. Ése debe ser el límite al plantear nuevos proyectos educativos.
4. Hay que adaptar las estructuras a un nuevo paradigma de formación en el que el centro es el alumno y su aprendizaje.
José Martínez Pérez
Facultad de Albacete
1. 
8,5.
2. La adaptación en nuestra facultad no ha sido complicada, porque desde su creación, en 1998, pusimos en práctica buena parte de la nueva metodología. Aun así, falta entrenamiento en los nuevos procedimientos pedagógicos, lo que dificulta la adaptación del alumno.
3. Está por encima de las necesidades. El aumento de facultades se ha hecho sin un adecuado trabajo sobre las necesidades reales de facultativos y sin la necesaria coordinación con las plazas de posgrado.
4. La creciente presión asistencial impide que los clínicos, claves en la enseñanza, se dediquen a docencia e investigación. Con más recursos financieros mejoraría la ratio profesor/alumno y la dedicación de los clínicos a la enseñanza.
Jorge Iriarte
Universidad de Navarra
1.
 Un 7.
2. Hacía falta motivar un cambio y una mejora en la docencia. Bolonia ha introducido nuevas metodologías y ha sido un estímulo para el profesorado. En el lado negativo está el coste del proceso, el esfuerzo de esos mismos profesores y la difícil adaptación de aulas y material a las exigencias.
3. Sobran facultades y estudiantes.
4. Las clases magistrales que no son magistrales, el poco acompañamiento al alumno, las prácticas clínicas..., pero, en general, el estudiante de Medicina sale bien formado.
Juan Antonio Vargas
Universidad Autónoma de Madrid
1.
 Un 6.
2. Bolonia sienta las bases para lograr una mayor movilidad de los estudiantes, fomenta el aprendizaje de idiomas, da un mayor sentido práctico a la formación, facilita la evaluación continua y proporciona títulos homogéneos con los del resto de la UE. Ahora bien, la adecuada implantación de Bolonia y las restricciones presupuestarias actuales son corrientes incompatibles, poniendo en grave riesgo la realización del plan.
3. Más que suficiente. Lo más razonable sería disminuir el número de alumnos y no crear más facultades.
4. La pérdida del profesorado clínico debido a las jubilaciones y a la tasa de reposición del 10 por ciento. Esto precariza al profesorado, penalizando desproporcionadamente a los departamentos clínicos.
Juan Jesús Gestal
Santiago de Compostela
1. 
Es precipitado dar una puntuación, pues aún no ha terminado ninguna promoción en nuestra facultad.
2. Ha mejorado la interactividad y la docencia práctica, al orientarse los planes de estudio a la adquisición de competencias, pero no se han cumplido los objetivos clave de Bolonia: facilitar la movilidad y uniformizar la docencia dentro del EEES. Además, ha disminuido la docencia teórica, una de las fortalezas de la licenciatura, y se han incorporado métodos docentes más propios de la enseñanza primaria que de la superior.
3. Es excesivo, y temo que el número de facultades no disminuirá ahora que se ha visto que no son necesarias.
4. Falta profesorado para las asignaturas clínicas y preclínicas. Hay que modificar los criterios de acreditación y permitir que el MIR se inicie en la docencia durante su formación.
Federico Pallardó
Universidad de Valencia
1. 
Un 4.
2. Aumenta la práctica clínica, lo que es positivo, pero se sobrecarga de trabajo al alumno. Falta presupuesto para aumentar el número de profesores asociados y falta coordinación entre las universidades para hacer planes homogéneos. Además, ha subido el precio de los créditos docentes.
3. Excesivo. La falta de coordinación de administraciones públicas locales y estatales en este punto es una irresponsabilidad.
4. La falta de una regulación seria para las universidades privadas, ya que muchas usan hospitales y centros de salud de la Administración pública para sus prácticas clínicas. Si quieren una facultad de Medicina privada, que construyan sus propios hospitales, porque lo contrario es un uso privado de recursos públicos. Luego dirán que las facultades privadas no cuestan dinero al Estado y que las públicas son una carga.
Emilio Sanz
Universidad de La Laguna
1.
 Un 8.
2. Ha sido una ocasión para repensar el plan de estudios y adaptarlo a la enseñanza práctica, pero se ha perdido uniformidad en los planes de estudio y se ha dado cabida a parcelas de poder locales más que a intereses globales de la docencia.
3. Superior a las necesidades. Se han creado facultades por interés político y económico. Habría que cerrar la mitad de los centros y potenciar los que han demostrado excelencia.
4. Hay dos: falta de recursos -y aquí se incluyen los convenios entre universidades y servicios de salud, que no ven la docencia como parte esencial del hospital universitario- y falta de profesores cualificados, por falta de incentivos y por un sistema de acreditación inadecuado.

Una alarmante proliferación.

La proliferación de facultades de Medicina en España no tiene parangón con ningún país del entorno. Desde 2003 se han abierto 12 nuevos centros (5 públicos y 7 privados), y se ha pasado de 4.350 alumnos de nuevo ingreso en 2005 a más de 7.000 en la actualidad. Por autonomías, Madrid (8 facultades), Cataluña (7), Andalucía (5) y Valencia (5) encabezan la lista, pero una región como Murcia ya tiene 2. Sólo Baleares y La Rioja carecen de una facultad propia. Por establecer una referencia, Estados Unidos, con una población 9 veces mayor que España, tiene 159 facultades (sólo 4 veces más) y 16.000 alumnos de nuevo ingreso sobre un total de 67.000.

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