Rosalía Sierra. Madrid | 10/01/2014 00:00
El Instituto de Medicina de Estados Unidos (IOM, por sus siglas en inglés) ha celebrado una reunión sobre el valor de la asistencia sanitaria basada en la evidencia, y ha llegado a la conclusión de que "la información digitalizada es un pilar para mejorar la efectividad, eficiencia y seguridad de la asistencia, básica para implantar un sistema sanitario que aprende de sí mismo gracias a la gran cantidad de datos que se recogen en las historias clínicas electrónicas (HCE)", según explica uno de los representantes del IOM, Jonathan Perlin, en un artículo publicado en el último número de Health Affairs.
Por ello, los expertos del IOM consideran prioritario "acelerar la adopción de modelos de HCE para mejorar la eficiencia de los sistemas sanitarios". Sin embargo, reconocen que "uno de los principales argumentos contra esta adopción es el propio coste de los sistemas de información".
Además, el propio argumento de que la HCE mejora la eficiencia no basta, dado que la literatura disponible sobre el retorno de la inversión (ROI) de la implantación de sistemas de información es escasa, con "más opinión que evidencia", y los estudios son, a juicio de Perlin, "difícilmente comparables".
Así las cosas, el IOM pide a las organizaciones que han implantado modelos de HCE que evalúen su desempeño y el ROI de sus proyectos, y no se queda en la simple petición: la entidad, dependiente de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense, ha desarrollado un modelo de evaluación del ROI de los proyectos de informatización que ha colgado en su página web (www.iom.edu) para que pueda ser utilizado por los proveedores sanitarios.
El modelo, diseñado por un equipo de médicos, investigadores, gestores e informáticos, propone "un marco donde cuantificar tanto los costes -con 28 indicadores- como los beneficios -con 32- de la implantación de la HCE". Entre estos últimos incluye tanto los ahorros directos -en papel, por ejemplo- como indirectos, que abarcan desde la reducción de pruebas repetidas a la mejora de la calidad asistencial, de la seguridad clínica y de la gestión de materiales y equipos.
Señalan los expertos que medir estos parámetros supondría beneficios no sólo para los proveedores sanitarios, sino también para los pacientes, los médicos, los financiadores y todos los agentes del sistema.
En el diseño de la herramienta de evaluación se han utilizado varios casos de éxito en la implantación de HCE en Estados Unidos, como los de Kaiser Permanente, que ha reducido sus costes un 2,3 por ciento y aumentado sus beneficios un 0,6 gracias a la informatización.
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