Un juez de Texas ordena desconectar a una embarazada con muerte cerebral
El hospital tiene de plazo hasta el lunes a las cinco de la tarde (las seis, en la costa Este) para cumplir la resolución
CAROLINA GARCÍA Washington 25 ENE 2014 - 01:33 CET
Marlise Muñoz, texana de 33 años y embarazada, se encuentra en muerte cerebral tras sufrir un colapso el pasado noviembre cuando se encontraba en la semana 14 de gestación y, desde entonces, está siendo mantenida con vida por decisión del hospital que la trata, a pesar de la oposición persistente de su familia que había demandado al centro médico.
Este viernes, el juez R.H. Wallace ha sentenciado que el hospital John Peter Smith, situado en Fort Worth (Texas), debe cesar el soporte vital artificial a la mujer. Durante el juicio, en el que el magistrado ha escuchado los argumentos de ambas partes, los médicos han reconocido que el feto era inviable, informa AP. El centro médico tiene de plazo hasta el lunes a las cinco de la tarde (las seis, en la costa Este) para cumplir la resolución del juez.
El hospital tiene la opción de apelar esta decisión o retirar el soporte vital a Muñoz antes de esta fecha. "John Peter Health Network aprecia el impacto potencial de la sentencia tomada y la importancia para todas las partes implicadas. Vamos a buscar la asesoría de la oficina del Fiscal del Distrito del Condado de Tarrant para llegar a la mejor solución", ha explicado el centro médico en un comunicado.
El marido de la mujer, Erik, ha llorado de emoción tras escuchar el veredicto. Éste ya había declarado, en varias ocasiones, el deseo de la pareja, ambos paramédicos, de retirar la ayuda artificial si se daba esta fatídica situación en algún momento. La defensa del matrimonio había expresado que "mantener a la mujer con vida podría afectar a otras mujeres embarazadas en la misma situación".
El caso ha llamado la atención internacional y durante meses ha sido foco de debate entre los profesionales provida y aquellos que argumentan que cuando "se sufre muerte cerebral", el sujeto está muerto. Efectivamente, cuando un paciente se encuentra en este estado, éste sufre el cese total de la actividad en el cerebro y en el tronco encefálico -constituido por el mesencéfalo, la protuberancia y el bulbo raquídeo y es la mayor ruta de comunicación entre el cerebro anterior, la médula espinal y los nervios periféricos-, aunque pueden persistir reflejos neuronales procedentes de la médula espinal.
Los médicos del John Peter Smith Hospital de Fort Worth (Texas) siempre han defendido sus acciones acogiéndose a la ley estatal, que indica que retirar la ventilación artificial dañaría el feto, ahora en su 20 semana de gestación. “Nuestra obligación era proteger la vida del niño por nacer”, han argumentado. La situación de Muñoz ha abierto un intenso debate sobre los principios éticos que rigen este tipo de decisiones. La legislación en Texas obliga desde 1999 a mantener las funciones vitales de la madre mientras el feto sea viable. Durante el juicio, el magistrado no ha determinado si la ley de Texas es constitucional.
Ante estas declaraciones, otros expertos habían sostenido que el centro médico no estaba aplicando de forma correcta la regulación. En 48 Estados de los 50 que conforman la nación, los médicos no necesitan autorización de la familia para retirar la ayuda artificial al enfermo. Tan solo Nueva York y Nueva Jersey tienen en cuenta, por ley, las creencias religiosas y los deseos de los allegados de estos enfermos, según informa The New York Times.
No hay comentarios:
Publicar un comentario