La Academia Pontificia para la Vida subraya la necesidad de reconocer los cuidados paliativos como un derecho básico
14 noviembre
13:572018
Según un documento publicado, cada año 27 millones de personas que necesitan cuidados paliativos, no tienen acceso a ellos
La Academia Pontificia para la Vida ha publicado en la revista científica Journal of Palliative Medicine un documento con su posición oficial respecto a la promoción global de los cuidados paliativos. En su elaboración ha trabajado un grupo de expertos internacionales, coordinado por el Programa ATLANTES del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra.
De acuerdo con los datos aportados en dicho documento, cada año 27 millones de personas, que necesitan cuidados paliativos, no tienen acceso a ellos. El documento cita estudios que estiman que para el año 2040 la proporción de habitantes que necesitarán estos cuidados se incrementará del 25% al 47%, debido al aumento de la esperanza de vida y la persistencia de enfermedades crónicas e infecciosas. Así, lamentan que “una mayoría de la población, especialmente en países en vías de desarrollo, no tiene acceso a cuidados paliativos”.
El documento subraya la necesidad de reconocer los cuidados paliativos como un derecho básico de la persona y la familia. Los autores han identificado 13 grupos clave para el desarrollo de cuidados paliativos y recogen diversas sugerencias para cada uno, como estrategias básicas que se pueden adaptar a la realidad de cada país y región.
A los responsables políticos se les recomienda “modificar estructuras sanitarias, políticas y modos de evaluar los resultados para garantizar un acceso universal a los cuidados paliativos para todos aquellos que los necesitan”.
En cuanto a las universidades y facultades, insisten en que deben incluir “cursos obligatorios de paliativos como parte del currículo de pregrado en las titulaciones relacionadas con la salud”. Sugieren que enfaticen el trabajo interdisciplinar y que combinen teoría y práctica.
Formación continua
Por otro lado, apuestan por que los profesionales de paliativos “reciban la certificación apropiada”, lo que implica reconocer el proceso de especialización para esta disciplina, y que se realicen cursos de formación continua para todo tipo de profesionales.
Así mismo, se pide a los hospitales y centros de salud garantizar un acceso rápido a los medicamentos que la OMS considera esenciales, especialmente la morfina de liberación inmediata, y aceptar en su estructura los servicios de paliativos “como un imperativo ético y moral”.
Las asociaciones de cuidados paliativos son otro grupo clave. El documento de la Academia insiste en el papel de las asociaciones para la promoción eficaz y la colaboración con los gobiernos a la hora de implementar estos cuidados en el marco político internacional, “incluyendo las convenciones, resoluciones y declaraciones en sus respectivos países”.
Estos cinco grupos son los agentes de primer nivel. El segundo nivel lo componen las organizaciones internacionales, los medios de comunicación, las organizaciones filantrópicas y de calidad, las autoridades farmacéuticas, los pacientes y grupos de pacientes, los profesionales del cuidado espiritual, las asociaciones y sociedades profesionales que no son de cuidados paliativos, y los farmacéuticos. Para cada uno de estos colectivos se señala una tarea prioritaria.
Esta iniciativa se enmarca en el proyecto PAL-LIFE, un grupo de trabajo internacional que la Pontificia Academia para la Vida puso en marcha en 2017 para asesorar a la Iglesia Católica en el desarrollo continuado de los cuidados paliativos en el mundo. También aspira a promover una cultura de comprensión hacia la enfermedad y el sufrimiento que favorezca que los pacientes acepten la muerte con serenidad y los profesionales sanitarios cuiden de forma integral a los pacientes con enfermedades avanzadas.
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