domingo, 27 de marzo de 2011

La biotecnología roja o sanitaria no sólo resiste sino que avanza :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

REPORTAJE: Buenas expectativas. La biotecnología roja o sanitaria no sólo resiste sino que avanza con paso firme a pesar de la recesión económica

Mónica de Haro

Según la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO), la biotecnología en España evoluciona favorablemente, con un crecimiento exponencial muy significativo en los últimos diez años y actualmente está centrada en la internacionalización (“ya vamos teniendo un nombre fuera”) y en la búsqueda de financiación. EL Médico analiza la situación actual de un sector que cotiza a la alza para saber exactamente en qué punto nos encontramos y qué nos deparará el futuro



Madrid (26/28-3-11).- Que el sector de la biotecnología está adquiriendo cada vez mayor notoriedad a nivel mundial es un hecho incuestionable. Sus avances pueden reportar importantes beneficios sociales y económicos, con multitud de campos de aplicación en sectores tan dispares como la alimentación, la Sanidad, el medioambiente, la energía y los procesos industriales.

De todas las posibles aplicaciones de la biotecnología, la roja es la que probablemente está causando y causará un mayor impacto en nuestra manera de vivir porque dicho llanamente “sirve para curar”. Sin duda, la biotecnología influye sobre la cadena del medicamento, tanto en ventas y crecimiento anual, como en la generación de nuevos productos y como vector del descubrimiento de fármacos para el tratamiento de enfermedades que antes no tenían medicamentos.

De hecho, el desarrollo de la biotecnología aplicada a la Sanidad humana ha sido el más rápido, tanto en el campo de la terapéutica, como en el diagnóstico de enfermedades. Se estima que en 2015 más de la mitad de los nuevos medicamentos tendrán origen biotecnológico. Según el informe Burrill 2008 (The Billion-Plus Blockbuster: The Top 25 Biotech Drugs, BioWorld, 2009) de tendencias del sector, en l2006 y 2007 el 75 por ciento de productos aprobados para nuevas indicaciones fueron de tipo biotecnológico.

En este contexto, se estima que el sector biotecnológico va a representar el 2,7 por ciento del PIB de los países de la OCDE, y según datos del Ministerio de Ciencia e Innovación, el impacto macroeconómico de la biotecnología ascendió en 2010 el 1,2 por ciento del PIB nacional.

Peso y presencia en el mercado mundial

Actualmente España es el segundo país de la OCDE -detrás de EE.UU., el referente del sector- que más recursos públicos dedica a la I+D+i sanitaria. Además, según se reveló en el quinto encuentro internacional, BioSpain 2010 (Pamplona), el mercado biofarmacéutico representa más del 20 por ciento de toda la I+D que se realiza en España y el desarrollo de nuevas moléculas implica un proceso tecnológico e industrial muy importante.

Es más, de entre todos los miembros de la OCDE, España experimentó el mayor crecimiento entre 2004 y 2006 en número de empresas con actividad biotecnológica (+53 por ciento) y en empresas completamente biotecnológicas (+30 por ciento). En 2006, España ocupaba el 8º lugar en número de empresas completamente biotecnológicas, justo detrás de Holanda y delante de países como Suiza, Finlandia y Austria, según datos de OCDE recogidos por ASEBIO.

Por tanto, podemos afirmar que sector biotecnológico español ha dado pasos importantes en los últimos años, y según Isabel García, secretaria general de ASEBIO, “tiene un presente y un futuro prometedor. Basta con observar cómo se acerca el ámbito internacional a los proyectos de nuestras empresas y cómo de cualificado es nuestro personal. En la última edición de BioSpain tuvimos muestra de ello, con una participación internacional del 25 por ciento”.

En efecto, los expertos consideran que la relevancia del trabajo de las empresas biotecnológicas españolas fuera de nuestras fronteras “ya juega un papel protagonista en el avance del sector, gracias a su esfuerzo, al que sumado el trabajo de numerosas entidades intermedias, se ve traducido en que nuestras compañías sean altamente reconocidas fuera de nuestras fronteras”.

Aproximadamente un 35 por ciento de los socios de ASEBIO realiza algún tipo de actividad internacional, siendo estas actividades en su mayoría la exportación de productos o servicios, la participación en programas europeos, como el VII Programa Marco de la UE y las alianzas y colaboraciones de investigación internacionales.

La contribución de las actividades internacionales en la facturación de las empresas ha representado de media un 26 por ciento en 2009. El 31 por ciento de las empresas disponía de un departamento de internacional o personal de este ámbito dentro de su estructura y poco a poco van teniendo más presencia en numerosos países fuera de casa, a través de filiales, acuerdos y colaboraciones.

Tocado pero no hundido

Este podría ser el diagnóstico actual del sector biotech en España, que ha pasado de ser ‘incipiente’ al motor fundamental del crecimiento económico. Según el informe anual de la Asociación Española de Bioempresas, la biotecnología española resiste mejor la crisis que la mayoría de los sectores a pesar de que el índice ASEBIO, que valora la temperatura del sector, ha disminuido considerablemente en este último año debido a la coyuntura económica poco favorable para el sector y al apoyo de la Administración pública puntuado muy bajo por los encuestados consultados para la elaboración de este índice.

“Estamos muy contentos con la evolución del mercado biotecnológico en España, no obstante, necesitamos un marco de estabilidad para desarrollar nuestras inversiones y más atención de parte de todos los actores del país involucrados en el sector, no sólo del Gobierno central y Administraciones sino también de inversores privados”, subraya el presidente de ASEBIO, José María Fernández Sousa-Faro.

El número de empresas que realizan actividades relacionadas con la biotecnología asciende a 942 en 2008, con una tasa de crecimiento del 23,3 por ciento. De ellas, 305 empresas han desarrollado la biotecnología con actividad principal y/o exclusiva; y la mayoría centran sus actividades en el campo de la salud humana.

En ese año, el sector contrató a un 4,3 por ciento más de personal, invirtió un 22,5 por ciento en I+D, hasta 460 millones de euros, y facturó 31.101 millones de euros, un 18,9 por ciento más que en 2007.

Además, en 2009 se crearon 58 nuevas empresas biotecnológicas. Un 26 por ciento del total fueron en Andalucía, seguida de Cataluña, con el 24 por ciento; Valencia, con el 9 por ciento y Madrid, con el por ciento. En España se emplearon a un total de 108.374 trabajadores.

Un arsenal de datos positivos que no dejan lugar a dudas: el sector biotecnológico español goza de buena salud. “Lo importante, dicen los expertos, es mantener y superar estas cifras, lo que se traducirá en muchos éxitos para nuestra sociedad, en empleo y riqueza para nuestro país”.

“Nuestras empresas continúan con sus proyectos en marcha, con gran actividad, tanto nacional como internacional si bien ciertas acciones se han visto reducidas por falta de financiación”, explica la secretaria general de ASEBIO.

Aunque la situación económico-financiera no es la óptima, la biotecnología es un sector de oportunidades en las que invertir. “La crisis que estamos sufriendo es algo coyuntural que afecta a sus procesos, no estructural, aunque sí puede influir en la ralentización de los ensayos clínicos por falta de financiación”.

Desde ASEBIO se muestran positivos y aseguran que los proyectos interesantes siempre avanzan. “Contamos con una cartera de productos innovadores y con una batería de empresas que invierten activamente en I+D, por lo que esperamos que se continúe apostando cada vez más fuertemente por este sector”, añade.

En concreto, las red biotech de nuestro país desarrollan su actividad principal en las áreas de oncología, patologías infecciosas, inflamación, trastornos cardiovasculares y enfermedades neurológicas. Además, la industria biotecnológica es uno de los motores más potente en la investigación de tratamientos para enfermedades raras. Así como en el desarrollo y la comercialización de medicamentos huérfanos para su tratamientos. Un pipeline que incluye 57 compañías que aportan un total de 239 proyectos correspondientes a medicamentos, si bien es cierto que muchos se encuentran en fase de investigación preclínica, y sistemas de diagnóstico para uso humano.

El cáncer, la diana principal

Gran parte de la investigación se centra en el descubrimiento y desarrollo de terapias innovadoras para tratar el cáncer. Según datos de ASEBIO, los fármacos oncológicos ocupan casi el 60 por ciento de los proyectos. Es el caso de Pharmamar, del grupo Zeltia, que continúa sus desarrollos clínicos para dar respuesta a indicaciones oncológicas como el cáncer de mama, de próstata o de pulmón. Entre sus productos destacan Yondelis para el sarcoma de tejidos blandos y para el cáncer de ovario recurrente; Kazajstán para el tratamiento de cáncer de ovario recidivante platino sensible (ROC); Aplidin para linfomas periféricos no cutáneos/mieloma múltiple; y Kahalalide F. Además, cuenta con otros compuestos como Zalypsis, Irvalec y PM01183 que han mostrado signos de eficacia.

GP Pharma, del grupo Lipotec, lanzó en 2009 (Bicalutamida) Lutrate Depot 3,75 mg para el cáncer de próstata avanzado y tiene previsto lanzar Tamsulosina para la hiperplasia benigna de próstata. Por su parte, Chimera Pharma ha finalizado las pruebas de la vacuna curativa contra el cáncer de cérvix y Pharmakine tiene patentadas tres familias de moléculas antimetásticas.

Además, las alianzas y la firma de colaboraciones entre diversas entidades están dando sus frutos. Pharmakine, que tiene patentadas tres familias de moléculas antimetásticas, se ha unido a MD Anderson para investigar nuevas terapias contra la leucemia. Mientras que el Centro de Investigación Médico Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra ha identificado dos moléculas que inhiben el crecimiento de tumores.

Avances en terapia celular

España cuenta con otros centros pioneros en investigación de células madres y en terapia celular como el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud (PTS) de Granada, Inbiomed, Amgen o Cellerix, con Ontaril y CX601 para las fistulas perianales complejas.

En cuanto a las enfermedades infecciosas y cardiovasculares, lideran el mercado Palau Pharma e Iberhospitex con los stents Active e Irist, y la compañía biofarmacéutica Archivel Farma con Ruti, para la infección tuberculosa latente.

Oryzon Genomics, 3P Biopharmaceuticals, Genzyme España y el Instituto Biomar, entre otras, están desarrollando productos propios en el campo diagnóstico y terapéutico.

Digna Biotech, en enfermedades hepáticas; Vivia Biotech, en diabetes y cardiovasculares, y Zeltia, en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer (Nypta) también cuentan con fármacos muy adelantados.

Servicios de diagnóstico

La innovación en sistemas de diagnóstico para detectar los estados iniciales de la enfermedad es otra de las grandes metas que se marcan las biotecnológicas españolas. El estudio de ASEBIO contabiliza 80 sistemas de diagnóstico y pronóstico de enfermedades, 34 de ellos se comercializan ya.

En este campo, contamos con grandes referentes como el biomarcador KRAS, para pacientes con cáncer colorectal multicéntrico, o el dispositivo RebiSmart para esclerosis múltiple, ambos de Merk.

Neuropotección es un proyecto tecnológico de Neocodex, que permite el rastreo sistemático de modelos genéticos complejos, que contribuirá a desarrollar nuevas herramientas diagnósticas y terapéuticas aplicables a enfermedades neurológicas comunes.

Genomica comercializa ya varios productos para detectar los virus causantes de las infecciones respiratorias (gripe), y los test rápidos de diagnóstico son una herramienta habitual en los hospitales y centros de salud. De manera continua y exhaustiva se investigan técnicas para detectar afecciones comunes como la intolerancia a la lactosa o la endometriosis.

Futuro prometedor

Datos y cifras que demuestran que tanto el presente como el futuro de las empresas españolas de biotecnología es muy prometedor. Los expertos aseguran que se van a seguir desarrollando nuevas terapias y consideran las alianzas, una dinámica característica del sector, como un camino válido para algunas empresas que ven en la unión de fuerzas con otras empresas nacionales o internacionales y organismos un modo de continuar con sus investigaciones y fortalecerlas. “Las empresas no deben cerrarse ninguna puerta para crecer y desarrollarse, sólo tienen que encontrar su herramienta más válida”, matizan.

No obstante creen necesaria una apuesta más firme por parte de las Administraciones e incentivar a las empresas e inversores para impulsar que el sector sea más dinámico, de modo que las entidades financieras van acercándose a los avances y desarrollos “biotec”.

Por otro lado, se muestran convencidos de que el porvenir es apostar por la biotecnología y que hay que crear expectativas para invertir en el desarrollo de nuevos biofármacos y otros productos que trae consigo la biotecnología, “se trata de una oportunidad que claramente otros países lleva tiempo identificando”.

Aseguran que los inversores tienen su mira puesta en este sector por varias razones: los científicos españoles producen ciencia de calidad, los proyectos de muchas compañías son prometedores, constituye un sector estratégico y tiene nichos de mercado con ventajas competitivas.

De ahora en adelante, señalan, la biotecnología española tiene muchas expectativas: el alineamiento con la futura estrategia en bioeconomía de la Unión Europea, el lanzamiento de nuevos productos, creación de nuevas empresas, consolidación de otras. “Estamos hablando de una clara oportunidad que se nos presenta como mercado ya que contamos con una cartera de productos muy potente, estamos ya demostrando a nivel global cómo avanza la investigación biotecnológica en España en numerosos foros internacionales”.

ASEBIO actúa como plataforma de encuentro entre empresa y Gobierno, entre ciencia y empresa, entre empresa y sociedad, y en palabras de la secretaria general, “nuestra misión es luchar por un marco de estabilidad gubernamental y porque se superen las barreras de financiación para acceder al capital que asegure un tejido productivo basado en la biotecnología. La crisis económica que estamos viviendo no supondrá una amenaza para el sector a menos que se aproveche como oportunidad para el cambio”.

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