Casi la mitad de los candidatos a un trasplante hepático prefiere esperar a recibir un órgano de "peor calidad"
Madrid (8-9/12/2011) - E.P.
La decisión de aceptar o rechazar un órgano puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte para los pacientes que se encuentran en la última etapa de la enfermedad
Más del 42 por ciento de los candidatos a recibir un trasplante hepático preferiría seguir en la lista de espera que aceptar un hígado de "peor calidad". Así lo señala un estudio llevado a cabo por investigadores del University of Michigan Health System (Estados Unidos), publicado en la revista Liver Transplantation.
Hasta el 30 de noviembre de 2011, se contabilizaban un total de 16.124 candidatos en lista de espera para recibir un hígado, frente a sólo 5.375 donantes de órganos fallecidos recuperados durante el pasado agosto, según datos de la Organ Procurement and Transplantation Network (OPTN).
Además, hay que tener en cuenta que existen grandes diferencias de 'calidad' entre los hígados de los diferentes donantes, en base a características como la edad, las causas de la muerte y el tiempo de isquemia. Anteriores investigaciones han demostrado que las características del donante pueden marcar entre un 20 y un 40 por ciento en el riesgo de rechazo durante los tres años después del trasplante.
Según explica Michael Volk, del University of Michigan Health System, "la calidad del órgano es un importante asunto para todos los candidatos a recibir un trasplante de hígado, cada vez más, dada la edad del grupo de donantes y el uso cada vez más frecuente de órganos que conllevan un elevado riesgo de fallo".
"La decisión de aceptar o rechazar un órgano puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte para los pacientes que se encuentran en la última etapa de la enfermedad hepática. La comunicación de los riesgos y los beneficios de aceptar un órgano de 'menor calidad' es clave y entender el punto de vista del paciente es esencial para los médicos que cuidan a los candidatos a trasplante", dice.
Para realizar el actual estudio, los investigadores probaron formatos de presentación para comunicar la calidad y los riesgos de un órgano a un paciente, además de los factores que pueden influenciar la voluntad del paciente a aceptar los órganos con mayor riesgo.
Primero, el equipo realizó entrevistas con 10 pacientes que se encontraban en la lista de espera para recibir un hígado. Querían determinar cuál era su conocimiento sobre la calidad del órgano y sus preferencias a la hora de aceptar órganos con un mayor riesgo de fallo. Basándose en la información cualitativa obtenida de las entrevistas, este equipo creó una encuesta 'on line' con 95 candidatos completos.
Demostraron que los pacientes son reacios a aceptar los órganos con mayor riesgo, prefiriendo sólo los 'mejores'. De los que completaron la encuesta, el 58 por ciento sólo aceptaría órganos con un 25 por ciento o menos de riesgo de rechazo y un 18 por ciento aceptaría el menor riesgo posible del 19 por ciento los tres años después del trasplante.
Por géneros, las mujeres fueron levemente más propensas a aceptar órganos de alto riesgo que los hombres.
Los investigadores vieron que la tolerancia al riesgo aumentaba cuando se presentaba la calidad del órgano como una "calidad media", en lugar de "mejor calidad" y proporcionando explicaciones sobre la implicación de estas preferencias sobre la probabilidad de recibir un trasplante.
Además, el 83 por ciento de los candidatos preferían ocupar un papel 'igual' o 'dominante' a la hora de decidir si aceptar un órgano de mayor riesgo. Este hallazgo es sorprendente, debido a que, en la mayoría de los centros de trasplantes, la implicación de los pacientes en estas decisiones es mínima.
Según Volk, "hasta ahora, no ha estado claro cuántos pacientes querían implicarse en estas complicadas decisiones". "Es más, explicar las complejidades de este asunto a los pacientes enfermos es más fácil de decir que de hacer", admite.
"Nuestros descubrimientos ofrecen a los médicos algunas directrices útiles para aconsejar a los candidatos a un trasplante sobre los asuntos relacionados con la calidad de los órganos", añade.
Los autores han sugerido la necesidad de desarrollar herramientas válidas para formar a los pacientes que puedan mejorar el diálogo entre los facultativos y los pacientes sobre la necesidad de trasplantes de hígado.
Hasta el 30 de noviembre de 2011, se contabilizaban un total de 16.124 candidatos en lista de espera para recibir un hígado, frente a sólo 5.375 donantes de órganos fallecidos recuperados durante el pasado agosto, según datos de la Organ Procurement and Transplantation Network (OPTN).
Además, hay que tener en cuenta que existen grandes diferencias de 'calidad' entre los hígados de los diferentes donantes, en base a características como la edad, las causas de la muerte y el tiempo de isquemia. Anteriores investigaciones han demostrado que las características del donante pueden marcar entre un 20 y un 40 por ciento en el riesgo de rechazo durante los tres años después del trasplante.
Según explica Michael Volk, del University of Michigan Health System, "la calidad del órgano es un importante asunto para todos los candidatos a recibir un trasplante de hígado, cada vez más, dada la edad del grupo de donantes y el uso cada vez más frecuente de órganos que conllevan un elevado riesgo de fallo".
"La decisión de aceptar o rechazar un órgano puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte para los pacientes que se encuentran en la última etapa de la enfermedad hepática. La comunicación de los riesgos y los beneficios de aceptar un órgano de 'menor calidad' es clave y entender el punto de vista del paciente es esencial para los médicos que cuidan a los candidatos a trasplante", dice.
Para realizar el actual estudio, los investigadores probaron formatos de presentación para comunicar la calidad y los riesgos de un órgano a un paciente, además de los factores que pueden influenciar la voluntad del paciente a aceptar los órganos con mayor riesgo.
Primero, el equipo realizó entrevistas con 10 pacientes que se encontraban en la lista de espera para recibir un hígado. Querían determinar cuál era su conocimiento sobre la calidad del órgano y sus preferencias a la hora de aceptar órganos con un mayor riesgo de fallo. Basándose en la información cualitativa obtenida de las entrevistas, este equipo creó una encuesta 'on line' con 95 candidatos completos.
Demostraron que los pacientes son reacios a aceptar los órganos con mayor riesgo, prefiriendo sólo los 'mejores'. De los que completaron la encuesta, el 58 por ciento sólo aceptaría órganos con un 25 por ciento o menos de riesgo de rechazo y un 18 por ciento aceptaría el menor riesgo posible del 19 por ciento los tres años después del trasplante.
Por géneros, las mujeres fueron levemente más propensas a aceptar órganos de alto riesgo que los hombres.
Los investigadores vieron que la tolerancia al riesgo aumentaba cuando se presentaba la calidad del órgano como una "calidad media", en lugar de "mejor calidad" y proporcionando explicaciones sobre la implicación de estas preferencias sobre la probabilidad de recibir un trasplante.
Además, el 83 por ciento de los candidatos preferían ocupar un papel 'igual' o 'dominante' a la hora de decidir si aceptar un órgano de mayor riesgo. Este hallazgo es sorprendente, debido a que, en la mayoría de los centros de trasplantes, la implicación de los pacientes en estas decisiones es mínima.
Según Volk, "hasta ahora, no ha estado claro cuántos pacientes querían implicarse en estas complicadas decisiones". "Es más, explicar las complejidades de este asunto a los pacientes enfermos es más fácil de decir que de hacer", admite.
"Nuestros descubrimientos ofrecen a los médicos algunas directrices útiles para aconsejar a los candidatos a un trasplante sobre los asuntos relacionados con la calidad de los órganos", añade.
Los autores han sugerido la necesidad de desarrollar herramientas válidas para formar a los pacientes que puedan mejorar el diálogo entre los facultativos y los pacientes sobre la necesidad de trasplantes de hígado.
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