lunes, 19 de diciembre de 2011

Una sostenibilidad compartida por todos los agentes del sistema sanitario - DiarioMedico.com

tribuna. josé manuel bajo arenas, de FACME

Una sostenibilidad compartida por todos los agentes del sistema sanitario

El sistema sanitario está herido y todos debemos contribuir para cuidarlo. A juicio del autor, el futuro del Sistema Nacional de Salud depende en igual medida de políticos, magistrados, profesionales y pacientes; cada uno de ellos, desde su capacidad, deberá poner de su parte para que el SNS mantenga su calidad y sostenibilidad.
José Manuel Bajo Arenas. Presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME)   |  19/12/2011 00:00

Pasadas ya las elecciones generales, es tiempo de tomar decisiones para hacer frente a una sanidad que arrastra un fuerte déficit. Para ello será imprescindible aunar los esfuerzos de todos los implicados: la clase política, los médicos, el personal sanitario, los jueces y los magistrados, y los ciudadanos en su conjunto.

Los primeros en actuar deben ser los políticos, ya que en sus manos está la capacidad de decidir sobre las inversiones. Las comunidades autónomas deben poner en marcha políticas racionales y transparentes con presupuestos ajustados que no incrementen la deuda ya existente. Seguramente se precisará una inyección económica para mantener el nivel de excelencia de nuestro actual sistema sanitario y los políticos tendrán el deber moral de contárselo a los ciudadanos ya que afectará a otras áreas y servicios.

En este terreno es fundamental que se conceda una mayor capacidad de actuación al Consejo Interterritorial para garantizar que todos los esfuerzos vayan en la misma dirección y se proporcione una mayor cohesión al Sistema Nacional de Salud.

Otro de los grandes compromisos debe venir de la mano de los médicos, responsables directos del proceso diagnóstico y terapéutico del paciente, y quienes deben proporcionar siempre la mejor opción de tratamiento.

En estos momentos de crisis, procede más que nunca adoptar medidas que contribuyan a controlar el gasto sanitario y favorezcan el uso eficiente de los recursos. Por eso, las sociedades científicas tenemos que dictar -de acuerdo con los protocolos, conocimientos y buen hacer-, los procedimientos más correctos y con menor coste; en definitiva, los más eficaces, sin comprometer nunca el bienestar del paciente.

Confluir en la misma dirección
Esta labor debe ser realizada de forma conjunta con el resto de profesionales sanitarios, en especial con la enfermería. No es momento de establecer rivalidades ni exigir derechos o competencias; todo lo contrario: debemos intentar que los vectores confluyan en la misma dirección que no puede ser otra que salvar el sistema. El trabajo en equipo evitará duplicidades y permitirá rentabilizar al máximo las sinergias y disminuir al mínimo los trámites.
  • ''No es momento de establecer rivalidades, todo lo contrario: el trabajo en equipo rentabilizará las sinergias y disminuirá los trámites''
Jueces y magistrados han de contribuir a este empeño desde la sensatez, lo que obliga a revisar sentencias en las que se obvia la lex artis ad hoc y se afirma que no basta el cumplimiento protocolar sino que la actividad de diagnosticar, así como la de sanar, han de prestarse con la aportación profesional más completa y entrega decidida, sin regateo de medios ni esfuerzos. Sobran sentencias que culpan a los profesionales médicos por practicar sólo las pruebas necesarias y no todas las que se dictan en el protocolo. Este tipo de acusaciones no contribuyen a la eficiencia del sistema, todo lo contrario: son una invitación a la medicina defensiva, tan inútil como costosa.

Por último, hemos de concienciar de su compromiso a los sanos frecuentadores de estos servicios. Disfrutamos de una sanidad excelente, pero para mantenerla es necesario optimizar los recursos y no abusar de un sistema herido y sobresaturado. Seguramente la implantación de la factura sombra, aprobada por el Consejo Interterritorial el año pasado, podrá ayudar a racionalizar la utilización de los servicios que el sistema sanitario pone a disposición de los ciudadanos. A los que no cabe exigirles nada es a los enfermos.
Ellos lo merecen todo.

Es el futuro de la sanidad lo que está en juego. Es nuestra herencia para las próximas generaciones y somos nosotros quienes estamos cincelando cómo será. Como profesionales sanitarios estamos acostumbrados a luchar a sabiendas de que hay guerras pérdidas, pero éste no es el caso. Somos usufructuarios de un sistema sanitario envidiado más allá de nuestras fronteras. Ahora está enfermo y necesita los esfuerzos de todos.
Una sostenibilidad compartida por todos los agentes del sistema sanitario - DiarioMedico.com

No hay comentarios: