miércoles, 5 de agosto de 2009
Juan José Badiola: "Cada vez van a existir más enfermedades comunes en animales y humanos"
Diariomedico.com
ESPAÑA
Juan José Badiola: "Cada vez van a existir más enfermedades comunes en animales y humanos"
Las enfermedades de origen animal han estado presentes siempre. Muestra de ello son las tan conocidas tuberculosis, triquinosis o brucelosis. Sin embargo, en los próximos años podríamos registrar un aumento de las mismas en Europa.
Ángeles Blanco - Lunes, 3 de Agosto de 2009 - Actualizado a las 10:43h.
llaves conceptuales:
1. “La movilidad de las personas entraña un riesgo para la transmisión de enfermedades”.
2. Al tratarse de un insecto puede ser complicado controlar la transmisión debido a que “no es fácil evitar que un mosquito te pique”. “Lo importante es la pronta detección”.
Hace unos años asistimos a la expansión de la encefalopatía espongiforme bovina o mal de las vacas locas, pocos años después sufrimos la llegada de la gripe aviar y en la actualidad hacemos frente al nuevo virus de la gripe A. Hoy en día se conocen cerca de 300 enfermedades transmisibles de animales a personas y esta realidad podría seguir incrementándose debido a la existencia de animales que actúan como vehículo de agentes biológicos patógenos, especialmente insectos y garrapatas. Según Juan José Badiola, presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España y director del Laboratorio de Enfermedades Emergentes de Zaragoza, "los factores que pueden propiciar el incremento de enfermedades dependen de cada caso. Algunas, como la salmonelosis, se producen vía alimentaria y otras, como el mal de las vacas locas, son resultado de una contaminación que luego es transmitida a las personas".
El canal de transmisión es diferente en cada patología. En algunas como la salmonelosis es una bacteria quien causa la enfermedad y en otras, como en las gripes, se trata de un virus que se adapta a las personas. Sin embargo, en cualquier caso, se pueden determinar una serie de causas que influyen a la hora de explicar el incremento de estas enfermedades. Estos factores hacen referencia a realidades sociales y medioambientales como la globalización y el cambio climático. En palabras de Badiola, "la movilidad de las personas entraña un riesgo para la transmisión de enfermedades". Existen algunas cuyo foco se encuentra en otras zonas que pueden llegar a propagarse por otros territorios debido al turismo. Asimismo, el cambio climático tiene también un papel en este proceso, ya que podría ofrecer posibilidades de adaptación que antes eran impensables. La implantación del mosquito tigre en la zona de la costa mediterránea, especialmente en Cataluña y Valencia, es un ejemplo. Según Badiola "los cambios parciales influyen porque determinan el traslado de insectos. Esto supone una mayor expansión y, por consiguiente, una mayor posibilidad de transmisión de enfermedades".
El mosquito tigre en España
Este mosquito puede actuar como vehículo de agentes biológicos patógenos de virus como el chikungunya y el del oeste del Nilo. En el caso del chikungunya, se dio el caso de un turista italiano que viajó a la India y se contagió del virus. Al regresar a su país, pese a tener síntomas, no se puso en contacto con ningún especialista sanitario y desencadenó un brote que alcanzó a entre 200 y 300 italianos.
Asimismo, otro destacado virus es el de la fiebre del oeste del Nilo. La ecología de este patógeno fue identificada por primera vez en Uganda en el año 1937 y fue reconocido como causa de encefalitis humana durante un brote ocurrido en Israel en 1957. Recientemente, en el año 1999 EE.UU. asistió a un nuevo brote que afectó a 61 personas y supuso la muerte de abundantes pájaros salvajes de la zona.
Este virus pertenece a la familia Flaviviridae y las aves constituyen su reservorio principal. Se transmite a los humanos a través de distintas especies de mosquitos y garrapatas susceptibles a la infección. Una vez infectado, el inicio de la enfermedad tiene un periodo de incubación de 5 a 15 días y su sintomatología se caracteriza por un cuadro pseudogripal con fiebre moderada o alta, odinofagia, cefalea, lumbalgia, artromialgia y cansancio o fatiga. A veces, suele acompañarse también de conjuntivitis, erupción cutánea y adenopatías. En los casos más graves puede presentar, asimismo, meningo-encefalitis. Según Badiola "la presencia de este virus es elevada en la zona de Centroamérica y EE.UU, dando lugar a sintomatologías leves en la mayoría de los casos y a situaciones más graves en personas que superan los 50 años".
En España, por el momento, se han dado solo dos casos de este tipo de infección vírica en Tarragona y Badajoz. Sin embargo, una de las mayores preocupaciones frente a ésta y otras viriasis transmitidas por artrópodos es que son enfermedades de fácil transmisión. Al tratarse de un insecto puede ser complicado controlar la transmisión debido a que "no es fácil evitar que un mosquito te pique". Por ello, en opinión de Badiola, "lo importante es la pronta detección". La presencia del mosquito tigre u otro tipo de posible vector no se puede controlar tan fácilmente debido a las circunstancias medioambientales propiciadas por el cambio climático. Asimismo, el contagio es una realidad que surge como resultado de la movilidad humana, pero es fundamental que, dado el caso, la detección sea temprana. A este respecto, Badiola destaca el papel de los médicos de atención primaria. "Es importante que estén alerta porque actúan como primera barrera". Además, debido al momento estacional que estamos viviendo " añade que es posible que pudiera darse algún caso esporádico de alguna enfermedad tropical". Por el momento, el caso del virus del oeste del Nilo no tiene destacada presencia en España y según Badiola esto puede deberse a que, "afortunadamente, puede que la variante de este virus no sea patógena aquí".
Sea cuál sea la enfermedad transmitida, la actuación debe ser siempre la misma. En muchos de estos casos no existe vacuna, por lo que es fundamental que sean localizados rápidamente. Una vez detectados y debidamente diagnosticados, el paciente debe ser aislado y vigilado. Para que estas medidas sean efectivas, Badiola destaca la participación de los veterinarios de los servicios de sanidad animal y la colaboración de los médicos de salud pública y los veterinarios de salud pública. Para el experto es "cada vez más necesaria esta colaboración, ya que cada vez van a existir más enfermedades comunes en animales y humanos".
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