Mallorca importa 30.000 toneladas de basura de Irlanda para incinerarla
"No queremos ser el vertedero de Europa", dicen ecologistas y vecinos
ANDREU MANRESA Palma de Mallorca 8 MAY 2014 - 19:08 CET
Residuos sólidos recuperados que se generan y no se queman o entierran en Irlanda serán transportados por mar hasta la isla de Mallorca para ser incinerados. No es basura, sino “combustible” para quemar en una gran incineradora a la que se ha dado en llamar “planta de valorización energética” para eludir la batalla política que genera este asunto. La mayoría conservadora que domina todas las instituciones baleares ha aprobado este jueves, en solitario, en el Consell de Mallorca, la operación de importación de hasta 30.000 toneladas decombustible sólido de origen irlandés. El Gobierno balear autorizará finalmente la importación.
Desde hace meses, el Consell de Mallorca busca material y negocio en el mercado de los excedentes de residuos tratados de Europa. Ya se queman en la isla 60.000 toneladas de restos previamente tratados en Cataluña, de Molins de Rei y Sabadell.
“No es ningún desastre, ni afecta a nuestra vida cotidiana de ciudadanos”, advierte Catalina Soler, consejera del PP. El año pasado se programaron masivos transportes de basuras tratadas desde Italia hasta el puerto de Palma pero la operación fracasó, con estrépito, en 2013, al revelarse las implicaciones mafiosas de los empresarios italianos concertados. Otro negocio colateral es la cremación de lodos de las depuradoras de aguas residuales. También la venta de las escorias resultado de la cremación de basuras que deben ser revendidas según su calidad férrica.
La decisión de quemar en Mallorca restos que no se tratan y eliminan en los territorios donde se originan genera el rechazo de la oposición, de los ecologistas y de grupos vecinales cercanos a la planta. "No queremos ser el vertedero de Europa", dicen. “Esta operación es una trampa, para lograr apenas unos céntimos por ciudadano”, advierte Mercedes Garrido, del PSOE. El Partido Popular justifica la importación en la necesidad de rentabilizar en temporada turística baja los hornos de la planta incineradora de Mallorca y no tener que subir las tarifas de tratamiento que se cargan a los municipios y consumidores. El PP vendió que con la quema de basura/combustible externa bajaría la carga de tasas a los ciudadanos. Ahora solo habla de congelar las tarifas.
La incineradora es de la empresa Tirme, que genera electricidad y está controlada por Enel - antes Endesa- con un 40%, mientras que Iberdrola, Urbaser y FCC tienen un 20% cada una. La factoría fue ampliada en pleno boom de la burbuja inmobiliaria y de crecimiento del consumo, pero con las crisis, las expectativas de actividad no se cumplieron. La planta tiene medio año de déficit estando en actividad en zona de valle, en invierno, sin los residuos que generan los diez millones de turistas anuales, meramente veraniegos.
La cremación ayuda a generar electricidad. En un año de importaciones, el beneficio para el Consell puede ser de unos seis millones de euros que deben ayudar a estabilizar la tarifa de tratamiento de residuos.
El negocio de la incineradora se basa en una concesión del Consell hasta 2041. Mallorca genera 400.000 toneladas de residuos urbanos recogidos al año y la capacidad de la planta es de 700.000 toneladas. Tirme y el Consell fijaron la tarifa en 131,3 euros la tonelada de basura quemada. El déficit tarifario en 2013, entre el coste y el cobro a los ciudadanos, fue de 23 millones de euros.
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