“Transparencia, liderazgo, evaluación, innovación, participación, resultados en salud y eficiencia, claves para los futuros directivos”
Joaquín Estévez, presidente de SEDISA, ha concedido una entrevista a EL MÉDICO
C.S.V. | 14 - Septiembre - 2016 13:00 h.
El presidente de SEDISA, Joaquín Estévez, que se presenta el próximo 14 de octubre a la reelección, lo tiene claro: el sector sanitario está cambiando y en ese cambio los acuerdos estratégicos son necesarios para lograr un sistema eficaz, eficiente y profesionalizado.
¿Cuáles son los puntos clave del sector sanitario en los próximos años?
El sector sanitario está cambiando más deprisa que años atrás y son muchos los hitos actuales que están impulsando el cambio. Entre los más importantes está la necesidad de la atención a la cronicidad y de una gestión sanitaria profesionalizada que haga posible la sostenibilidad del sistema, el camino hacia las alianzas estratégicas entre todos los agentes que trabajan en el sector sanitario, el concepto global de innovación que debe imperar en todo lo que se hace, la falta de financiación del sistema y la existencia de un paciente que, cada vez más formado y con más acceso a la información médico-científica, demanda una mayor participación. Como el devenir no puede dejarse en manos del destino, necesitamos directivos de la salud que lideren el cambio y la evolución hacia un sistema de calidad y eficiente.
En este contexto, ¿qué relación deberá imperar entre gestores y proveedores?
Básicamente, la relación ha pasado de ser administración-proveedores a administración-partner. Es un cambio que aún está en proceso, pero que ya está conllevando beneficios a todos los agentes. Así, la colaboración público-privada, el riesgo compartido o el socio tecnológico son ejemplos de cómo se está materializando la relación entre gestores y proveedores; es decir, entre gestores y partner y que beneficia a todos: la industria y gestores negocian la forma de su relación, los proveedores desarrollan una relación de compromiso con el sistema más allá de la venta de su producto, se mejora el acceso a la innovación por parte de los pacientes y los gestores, y la administración mejoran la eficiencia del sistema sanitario.
¿Es viable el binomio innovación-sostenibilidad?
En la actualidad no es viable. Se requiere llevar a cabo algunas medidas obligadas, como realizar previsión a medio plazo de las innovaciones terapéuticas y de tecnología sanitaria y conocer el valor que aportarán, y contar con presupuestos finalistas y que una parte de ellos se destine a la financiación de la innovación. No obstante, también es necesaria la existencia de una sola agencia evaluadora y que se desinvierta en las bolsas de ineficiencia para dirigir esas partidas a lo verdaderamente innovador y eficiente. Se trata de un camino de largo recorrido.
Para llegar a la innovación la investigación es prioritaria. ¿Tienen claro los directivos de la salud este punto? ¿Cómo influirá el nuevo Real Decreto de Ensayos Clínicos al respecto?
En los últimos años, estamos asistiendo a una mayor implicación de los directivos de la salud, centros públicos y privados y sistemas sanitarios en general en la planificación de ensayos clínicos. Es algo fundamental para la evolución que el modelo sanitario necesita. El Real Decreto modifica, entre otras cosas, los plazos para evaluar los protocolos de investigación, algo fundamental para que los estudios se lleven a cabo y algo que los directivos, en ese marco de alianzas estratégicas que hemos comentado, deben conocer.
En dicho Real Decreto los pacientes cobran un papel importante, ¿cuál es su opinión?
Antes de la publicación del mencionado Real Decreto, los pacientes ya estaban representados en comités de la Unión Europea y en el de la Agencia Europea del Medicamento y está prevista su presencia en la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios. Con el real decreto, deben ser incluidos en los comités éticos de los ensayos clínicos, lo que significa que participarán en la aprobación de su puesta en marcha. Esto da respuesta a algunas realidades, como el hecho de que contamos cada vez con pacientes más formados y organizaciones de pacientes que desempeñan una labor fundamental.
¿Cree que pacientes y asociaciones de pacientes han llegado al punto de participación óptimo?
Llevamos un retraso importante con respecto a otros países. En los últimos años, se están dando algunos factores que promueven que la participación de pacientes y organizaciones de pacientes sea cada vez más una realidad.
¿Qué falta para que de verdad estén en el centro del sistema?
Aún queda mucho trabajo en este ámbito y algunos retos importantes que superar, como materializar la participación en el sistema. Desde el punto de vista de la gestión sanitaria, innovación, resultados en salud, profesionalización y calidad son términos que carecen de significado y de sentido si el paciente no está en el centro de la actividad y organización asistencial que los directivos de la salud llevamos a cabo. Este debe ser nuestro principal objetivo, en una ecuación en la que la satisfacción del usuario de los servicios sanitarios, los resultados económicos y los resultados en salud sumen perfectamente la eficiencia y la calidad que la sostenibilidad del sistema nos demanda.
¿Cómo afectará la transparencia aplicada por el sector empresarial farmacéutico a las sociedades científicas y profesionales?
Tenemos que trabajar en el mismo sentido de transparencia. La industria farmacéutica y de tecnología sanitaria colabora con las sociedades profesionales del sector, de igual forma que ocurre en otros sectores; por nuestra parte, debemos transmitir el valor que aportamos con dichas colaboraciones, a nivel de realización de proyectos y encuentros y, con ello, qué valor añadimos a la profesión, al sector, a los pacientes y a la sociedad en general.
¿Está preparado el sistema para el cambio de asistencia que se perfila: más crónicos, menos agudos?
El volumen de crónicos y agudos es el que es y el porcentaje de crónicos irá creciendo cada vez más en los próximos años. Hoy, la mitad de la población en España padece al menos una enfermedad crónica, cifra que se espera siga aumentando teniendo en cuenta el envejecimiento de la población. Más del 70 por ciento de los mayores de 65 años tiene alguna enfermedad crónica, con una media de cuatro patologías por persona. Estos datos son importantes en dos sentidos: el 80 por ciento del gasto sanitario está dedicado a los pacientes crónicos y necesitamos seguir reorientando ya, en el presente, el sistema y modelo sanitario a la cronicidad, en términos de calidad, eficiencia, resultados de salud y sostenibilidad.
¿Cómo se debe abordar la cronicidad?
Sin duda exige hablar de rediseño del sistema sanitario, con participación, intercambio, interoperabilidad y gestión clínica, con un modelo de actuación que parta de la identificación y estratificación del riesgo, con implicación de profesionales sanitarios y de enfermería, con la consideración de la carga de la comorbilidad y multi morbilidad para prever complicaciones asistenciales al final de la vida, en la generalización de herramientas de apoyo a las decisiones clínicas y la explotación de los beneficios de los sistemas de información clínica basados en las tecnologías de la información y la comunicación. Para ello, es necesaria la colaboración de directivos, profesionales sanitarios, administraciones central y autonómicas y pacientes, en el marco del establecimiento de modelos colaborativos entre la industria farmacéutica y tecnológica y la administración. Todo esto no es posible sin la profesionalización de la gestión sanitaria. Con directivos de la salud que realicen su labor por objetivos, con evaluación. Sin que los cambios de gobierno conlleven ceses injustificados o nombramientos sin base profesional.
¿Cómo están afectando a la gestión sanitaria los cambios de las elecciones autonómicas del año pasado?
Respecto a la gestión sanitaria, quitando algunos casos en los que se está trabajando hacia la evaluación y transparencia en el modelo sanitario sigue siendo uno de los temas con mayor protagonismo en el discurso o discusiones de los políticos. Según el Mapa de Modelos de Gestión de los Hospitales de Utilización Pública en España, que elaboramos antes del verano junto con la Sociedad Catalana de Gestión Sanitaria (SCGS), el 58 por ciento de los hospitales está vinculado con el sistema de la red sanitaria pública. El modelo de hospital público de gestión directa es muy mayoritario, excepto en Cataluña. Además, el sector privado representa 1 de cada 5 hospitales de la red hospitalaria de utilización pública. Mayoritariamente, los hospitales privados de esta red son benéficos sin ánimo de lucro (70 por ciento), mientras que los hospitales con ánimo de lucro son poco significativos en esta red. Las concesiones administrativas con gestión clínica sólo están presentes en Valencia, Madrid y Galicia. Los cambios de gobierno autonómico volvieron a suponer ceses de directivos por razones políticas, sin evaluación objetiva del cumplimiento de objetivos.
¿Se ha llevado a cabo alguna iniciativa considerable?
Caben destacar los concursos de libre disposición para cargos de gestión, realizados en 2015 en Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía y Murcia, y el Proyecto de Ley que ha aprobado esta semana la Comunidad de Madrid para cambiar el actual sistema de nombramientos para la gestión de los centros asistenciales del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS). Fruto de la moción aprobada por unanimidad de todas las fuerzas políticas de la Asamblea de Madrid es la Ley de Profesionalización de la Gestión en la Comunidad Autónoma de Madrid. Desde SEDISA aportamos de hecho comentarios al texto presentado como entidad representativa de los directivos de la salud, en base a que el reto es conseguir la profesionalización de la gestión sanitaria a través del desarrollo normativo necesario para que vaya más allá de las meras declaraciones de intenciones. Además, en Andalucía se está trabajando en un proyecto que será fundamental en los próximos años: la Estrategia para la Mejora de la Función Directiva en la comunidad autónoma.
¿Cuál es su valoración sobre estas iniciativas a favor de la profesionalización de los directivos de la salud?
Son señal de que la concienciación sobre la profesionalización de los directivos de la salud y de la gestión sanitaria empieza a ser una realidad.
¿Cómo se debe afrontar la gestión de la salud y de la Sanidad desde el punto de vista gubernamental y político?
El sector necesita un gran pacto político que garantice la sostenibilidad, a través de la eficiencia, la innovación como un concepto global y una forma de gestionar. Bajo este pacto, los políticos y gobiernos deben dejar gestionar el sistema a los profesionales de la gestión.
Ante las últimas Elecciones Generales, representantes de los cuatro partidos mayoritarios se comprometieron a trabajar por la profesionalización de los directivos de la salud, ¿qué supone y cómo piensan materializarlo?
En la actualidad, el trabajo realizado desde SEDISA y la concienciación y sensibilización conseguida han repercutido en que casi nadie dude de que la profesionalización de los directivos de la salud y de la gestión sanitaria es el eje vertebral para que el sistema sanitario no solo funcione, sino que lo haga en términos de garantía de resultados en salud y de eficiencia. Desde SEDISA impulsaremos un pacto político por la profesionalización de los directivos de la Salud y la Gestión Sanitaria, a través del trabajo consensuado con los diferentes partidos políticos y que sirva de impulso para la vehiculización y articulación de la profesionalización de los directivos de la salud en cada comunidad autónoma.
El próximo 14 de octubre SEDISA celebra elecciones, ¿qué líneas de trabajo propone su candidatura?
Es una candidatura continuista. Hemos conseguido hacer crecer la sociedad en los últimos años y tenemos que seguir trabajando en la misma línea pero con algunos matices. Seguiremos trabajando para y por la profesionalización de la función directiva, por la formación y la docencia, y por la responsabilidad y compromiso que tenemos con la gestión sanitaria de calidad y eficiente, con el sistema sanitario y con la salud. La relación con otras sociedades y entidades del sector es muy importante. Así, en el último año hemos trabajado y trabajamos con la Federación de Asociaciones Médico-Científicas (FACME), la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) y la Sociedad Española de Nefrología (SEN). En este marco, entendemos que clínicos, farmacéuticos de hospital y directivos deben ir de la mano para conseguir la evolución del modelo sanitario con la implicación de todos. No menos importante es la profesionalización que hemos realizado en la gestión de la propia sociedad, con la creación de la dirección técnica y de comunicación y la consolidación de la secretaría técnica, con una perspectiva más de participación y una parte muy importante de comunicación con los miembros de SEDISA a través de las redes sociales. Esto, en definitiva, revierte en una mejora de atención a los socios y permite e impulsa una mayor participación e interacción.
En el último año, su sociedad ha impulsado el nombramiento de delegados y agrupaciones territoriales. ¿Con qué objetivo?
La gestión sanitaria y la situación de los directivos de la salud varía de unas comunidades autónomas a otras y la realidad en este sentido quienes mejor la conocen son los profesionales que trabajan en cada una de ellas. Esta organización, basada en una visión integradora y participativa, trata de sumar conocimiento tanto interna como externamente a nuestra sociedad. De esta forma, los delegados y agrupaciones territoriales tienen la responsabilidad de representar los objetivos de SEDISA en su comunidad autónoma y potenciar la representatividad de la sociedad en ella.
¿Cómo ve el futuro de los directivos de la salud y de la gestión sanitaria? ¿Qué papel jugará SEDISA en este futuro a medio-largo plazo?
Transparencia, liderazgo, evaluación, innovación, participación, resultados en salud y eficiencia. Estas son y serán las claves del futuro de los directivos de la salud y, por tanto, de la gestión sanitaria. En definitiva, profesionalización. SEDISA seguirá trabajando por ello, como mejor defensa de los directivos, y generando análisis y contenidos que sirvan de base para la profesionalización y la gestión de calidad.
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