Rosalía Sierra. Barcelona | 07/06/2018 18:06
En 2016, la Gerencia Territorial de Gerona del Instituto Catalán de la Salud (ICS) y el Instituto de Asistencia Sanitaria (IAS) de Salt, en Gerona, firmaron una alianza que venía a reforzar una colaboración iniciada una década antes. De este modo, la asistencia sanitaria en la provincia de Gerona pasaba a funcionar como una gran gerencia única, integrando la atención primaria y cuatro centros hospitalarios: el Dr. Josep Trueta (en Gerona, hospital de referencia), el Hospital Santa Catalina (en Salt) y los centros privados Clínica Girona y Clínica Salus.
Esta integración ha permitido "establecer una
lista de espera quirúrgica única gracias a la movilidad de pacientes y profesionales entre los cuatro centros, donde se comparten protocolos y todo se hace de la misma forma", ha explicado
Antonio Codina, jefe del Servicio de Cirugía General del Dr. Trueta, durante su intervención en las XIV Jornadas de Gestión y Evaluación en Salud, que la Fundación Signo
está celebrando en Barcelona.
Así, la alta complejidad se interviene en el hospital de referencia, mientras que el resto se ocupan de la cirugía mayor ambulatoria y la de corta estancia. Este modelo ha permitido "operar a más de un centenar de pacientes que llevaban dos o tres años de espera en el Dr. Trueta".
Por ello, Codina considera que "la integración ha mejorado los resultados asistenciales de cara a la ciudadanía", aunque no ha sido un camino de rosas: "Lo más difícil fue convencer a los profesionales del cambio. Se han ampliado los horarios de quirófano, se han modificado las jornadas, se ha introducido un liderazgo externo y se han distribuido las cirugías, especializando a cada centro en algunos procesos".
Está claro que, en cualquier cambio organizativo, lo más difícil es lidiar con las personas. "La principal amenaza es la falta de colaboración o entendimiento entre los profesionales", ha asegurado Gerardo Conesa, jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital del Mar, de Barcelona.
Conesa ha lidiado recientemente con un proceso de integración en su especialidad con el Hospital de la Santa Cruz, ya que "una Neurocirugía competente debe tener una masa crítica suficiente". Entre ambos centros suman una población de referencia cercana al medio millón de habitantes, poco según las guías, pero que les ha permitido "no perder las patologías de terciarismo".
Frente a la amenaza del no entendimiento, esta colaboración se ha sustentado en lo que Conesa considera las principales fortalezas: "Tener un tamaño similar, que impide que un servicio fagocite al otro, y aprovechar que existía una asimetría en la subespecialización, gracias a lo cual cada uno podemos seguir centrándonos en lo que somos mejores".
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