RENOVACIÓN DEL PROFESIONAL
Las tecnologías de gestión de datos transformarán el trabajo del laboratorio
Varios jefes de laboratorio de España se han reunido para debatir sobre las nuevas posibilidades que abre la tecnología aplicada al laboratorio: un espacio más eficiente y más presente en la toma de decisiones con respecto a los pacientes.
Juan Rodríguez de Rivera. La Granja de San Ildefonso | 04/06/2018 14:01
Jefes de laboratorio de la red nacional y representantes de Abbott en el encuentro Innovators Exchange: Descubriendo el potencial oculto de los datos del laboratorio, impulsado por Abbott. ()
El sistema sanitario actual se enfrenta a una gestión masiva de datos clínicos que cada vez son más numerosos y más detallados. Entre los agentes que generan datos en el sistema destaca el papel del laboratorio como encargado de realizar grandes cantidades de análisis al año cuyos resultados se almacenarán posteriormente.
El laboratorio, por tanto, atraviesa una época de cambio marcada principalmente por la implementación de nuevas tecnologías empleadas para mejorar tanto la calidad de los análisis como la gestión de los datos derivados. "Los laboratorios deben hacer un cambio en su modelo de trabajo de y de gestión con la ayuda de la tecnología. Una correcta explotación de los datos puede ayudarnos a garantizar un sistema sanitario sostenible en el que todas las pruebas del laboratorio generen valor. Para ello, el papel del médico como corresponsable junto al gestor sanitario es muy relevante y un aspecto que, probablemente, haya que mejorar", ha asegurado Isabel Llompart, jefa del servicio de Análisis Clínicos del Hospital Universitario Son Espases de Mallorca que, además, es centro evaluador de nuevas tecnologías.
Para compartir experiencias entre los principales jefes de laboratorio de España, los laboratorios Abbott han celebrado el encuentro Innovators Exchanges donde también han presentado una herramienta de gestión de datos conocida como AlinIQ. Este instrumento recopila y gestiona los datos clínicos comenzando por los que son generados por el laboratorio. Estos datos representan la mayor parte de la historia clínica cuantificada y explotada actualmente, y se utilizan hasta en el 70 por ciento de las decisiones clínicas. AlinIQ es capaz de almacenar otros datos clínicos, demográficos y administrativos más a allá de los biomarcadores. "Lo primero que hace este sistema al implementarse es auditar la calidad de los datos, los procesos y los recursos humanos del laboratorio. Una vez se configura pone a disposición del usuario datos estadísticos y organizativos con pocos clicks. Estos avances permiten ahorrar tiempo en la elaboración de memorias de actividad anuales o reorganizar la plantilla del laboratorio para que sea más eficiente", ha explicado Daniel Morell, del servicio de Análisis Clínicos del Hospital Universitario Son Espases.
Un laboratorio más eficiente
Los datos sanitarios de los sistemas públicos presentan un gran problema de manejo precisamente por su carácter masivo y el empleo de una tecnología que no abarca estas cantidades. "Es cierto que algunos sistemas de información cuentan con módulos de estadística, sin embargo, estos nuevos sistemas son completamente novedosos porque analizan el rendimiento del equipamiento y, además, esto lo conjugan con la observación de horarios. Es decir, el programa es capaz de determinar qué tiempos son tiempos muertos y cómo están distribuidos los recursos, humanos y tecnológicos, en los diversos sectores. Este modelo de explotación conjunta aporta valor en la planificación estratégica del laboratorio que llevan a una mayor eficiencia en el presupuesto de la asistencia y que puede reinvertirse en docencia e investigación. Estos sistemas que parecen futuristas son, en realidad, el presente de la profesión y tenemos que generar un cambio de mentalidad que le dé el valor que merece a los datos, a su explotación y a su protección", ha manifestado Llompart.
Nuevos perfiles
El laboratorio del futuro necesitará además nuevos tipos de perfiles profesionales de manera que en él trabajen grupos profesionales multidisciplinares y trasversales. Una de las razones fundamentales por las que deberían integrarse estos nuevos grupos es, precisamente, por la incorporación de nuevas tecnologías y la necesidad de especialistas capaces de interpretar nuevos datos y trasladarlos al clínico. "Los nuevos avances en diagnóstico, como la secuenciación genómica masiva, son aspectos de los que debemos ocuparnos y que requieren de especialistas como bioinformáticos. La propia evolución de este sistema irá demostrando la necesidad de nuevos perfiles que, actualmente, no están definidos", ha comentado Llompart.
Además, el perfil del trabajador de laboratorio podría ir evolucionando como un consultor de los clínicos en las recomendaciones de pruebas analíticas a medida que se consolida el cambio de modelo en los laboratorios. "El tiempo que se reducirá en ciertas tareas podría invertirse en esta función. Los clínicos podrían mandarnos una solicitud de análisis y los trabajadores de laboratorio analizaríamos si se trata de la opción más eficiente o si, por el contrario, ese paciente en concreto necesita otra prueba o la ampliación de una que ya se le ha realizado". Llompart ha recordado que los cambios que tengan lugar en el laboratorio no deben de hacer perder el norte a los profesionales implicados: "El laboratorio no es una factoría, los nuevos beneficios que reporte la integración de la tecnología deben servir para mejorar el trato al paciente, tal y como establecen los principios de la profesión médica".
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