"Debemos incentivar un marco de I+D estable a medio y largo plazo"
La biotecnología parece no crecer en los últimos años al ritmo y con la fuerza que debería para ser un sector competitivo. Desde Asebio, su director general está convencido de que un marco de Investigación y Desarrollo funcional y estable es fundamental para lograr rendimientos importantes para el sector.
A pesar de que la crisis en España afectó al sector de la biotecnología con efectos retardados, al manifestarse de manera más intensa en 2013, a partir de 2014 se inició una recuperación que se ha ido consolidando a lo largo de los últimos años. El director general de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), Ion Arocena, apunta que los últimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), de 2016, constatan esa recuperación, que se manifiesta sobre todo en el ámbito de la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D). Aun así, se lamenta de que "el despegue no se produce con la intensidad que nos gustaría", y añade que el año 2017 presenta los peores registros de la historia en cuanto a creación de nuevas empresas, creciendo muy poco, con respecto al año anterior, el número total de empresas "biotech". "Eso indica que la crisis ha pasado factura al sector y ha dañado una parte de su tejido empresarial", aclara.
Cuestión muy diferente es la valoración desde una perspectiva internacional. Al respecto, Arocena señala que los estudios internacionales "nos posicionan en un lugar muy competitivo" respecto de las publicaciones y de la producción científica. "Actualmente ocupamos el décimo lugar entre los países de mayor producción científica", recalca. Y en lo que se refiere a la inversión privada en I+D en biotecnología, comenta: "Estamos en el séptimo lugar según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con lo que nos situaríamos en la posición que nos corresponde en relación al peso que tiene España en el conjunto de la economía global".
Espacio de mejora
Desde su punto de vista, siempre hay espacio de mejora, y más en el ámbito de la biotecnología, donde la posibilidad de continuar creciendo y de ganar posiciones en el contexto global depende de que "seamos capaces de articular un marco de incentivación del I+D saludable y estable a medio y largo plazo". En relación con ello, apunta que un estudio realizado con el Instituto Español de Comercio Exterior (Icex), donde se analizan los motivos globales que llevan a las empresas a querer instalarse en España, el factor peor valorado es el de I+D+i. "Las empresas lo perciben como el factor menos favorable para implantarse en nuestro país", dice Ion Arocena, quien agrega que es un dato muy representativo de que "algo no estamos haciendo bien", y de que el "entorno regulatorio y el marco de ayudas y de fiscalidad son aspectos mejorables de cara a lograr ventaja competitiva en relación a países de nuestro entorno".
Más inversión extranjera
Para este experto, el aumento de las inversiones internacionales sería el cambio más notable de los últimos años en el sector. En este sentido, recuerda dos operaciones realizadas en 2014 que han hecho que la biotecnología española pase a estar en el punto de mira de los inversores internacionales: el acuerdo de licencia de Oryzon Genomics con Roche para el desarrollo de medicamentos contra la leucemia, por el importe de 15 millones de euros, y otro acuerdo de licencia de Novartis con Palo Biofarma, por 15 millones también. "Estas operaciones, junto con la maduración del ecosistema de inversores especializados en España que va generando inversiones exitosas, consiguen catalizar la entrada de inversores internacionales en el sector", afirma.
Además, en opinión del portavoz de Asebio, "seguimos teniendo un impacto relevante en el PIB del país". Según sus últimos datos econométricos, las compañías dedicadas íntegramente a la bio- tecnología están aportando en torno al 0,7% del PIB, mientras que en términos de empleo, se encuentran más o menos en el mismo peso respecto del empleo total. "Si se incluyen las empresas que tienen la biotecnología como forma de producción secundaria, como parte de su proceso productivo o de forma transversal, la cifra sería del 7,8 % del PIB", comenta.
Adquisiciones de impacto
En cuanto a las tendencias dentro del sector que más atraen a los inversores, Ion Arocena declara que no hay algo que destaque sobre lo demás, sino que "hemos visto hechos relevantes en el sector, prácticamente en todas las áreas terapéuticas mayoritarias". Como ejemplos, destaca la compra, el pasado mes de julio, de la compañía de terapia celular TiGenix por parte de Takeda por 520 millones de euros, "la adquisición más importante en la historia de la biotecnología española", y en enero, la de la empresa de diagnóstico Stat-Diagnostica por el grupo holandés Qiagen, por 154 millones de euros. "Estas dos operaciones recientes son de las más importantes que se han producido en el ámbito de la biotecnología en nuestro país", matiza.
Con este panorama descrito por el director general de Asebio, queda claro que, a pesar de las dificultades y del entorno de crisis que ha tenido que afrontar el sector de la biotecnología, ha demostrado en numerosas ocasiones de lo que es capaz: "De continuar generando impacto económico y seguir creando empleo de calidad así como empresas muy productivas". Pero también desde la asociación están convencidos de la necesidad de seguir pensando qué requiere un sector como éste para consolidarse y continuar creciendo. "Al respecto, creemos que el marco de la Investigación y Desarrollo, y que éste sea funcional y competitivo, es fundamental para lograr rendimientos importantes para el sector", concluye. Y agrega: "Si tuviéramos un entorno favorable y más ayuda, las cosas irían todavía mejor".
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por IM Médico Publimas Digital s.l.
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