¿Es ético el uso de organoides similares al embrión humano en experimentación?
03 junio
11:072019
La utilización de embrioides o modelos embrionarios para estudiar el desarrollo embrionario y distintos fármacos, puede constituir una alternativa al uso de embriones humanos, lo cual es muy positivo.
Un artículo publicado en Nature, firmado por importantes personalidades del área de la bioética, discute las implicaciones éticas de los embrioides o modelos embrionarios, agregaciones celulares in vitro que modelan diversas regiones del embrión para permitir su estudio.
Estas investigaciones se enmarcan en el creciente campo de los organoides (ver AQUI), que son pequeñísimos modelos de distintos órganos en 3D, obtenidos in vitro a partir de células madre. Ya se han conseguido organoides de múltiples órganos y tejidos, tales como organoides cerebrales, renales, estomacales, intestinales, etc.
Los organoides presentan grandes posibilidades en medicina, tanto en investigación de la función orgánica como en el desarrollo de fármacos. Así mismo, se espera que en el futuro puedan ser usados para trasplante. En cuanto a los embrioides, entre sus utilidades se encuentran el estudio de las causas y tratamiento de la infertilidad y la investigación de diferentes enfermedades o trastornos que puede sufrir el embrión temprano durante el embarazo, así como el diseño de nuevos contraceptivos y el perfeccionamiento de la fecundación in vitro.
Desde el punto de vista ético, los organoides no presentan inconvenientes, con ciertas salvedades, como la posibilidad de que se utilicen células madre embrionarias (ver valoración ética del uso de las células madre embrionarias AQUÍ) en su producción o la posibilidad futura de que los organoides cerebrales desarrollen cierto grado de conciencia (ver AQUÍ). No obstante, los modelos embrionarios humanos presentan algunas cuestiones adicionales, sobre todo cuando se plantea la posibilidad de que estos modelos vayan asemejándose cada vez más a los embriones reales. En este sentido, los modelos están perfeccionándose, habiéndose conseguido en ratones incorporar tejidos que emulan estructuras extraembrionarias, como el saco amniótico y la placenta.
En conclusión, la utilización de embrioides o modelos embrionarios para estudiar el desarrollo embrionario y distintos fármacos, puede constituir una alternativa al uso de embriones humanos, lo cual es muy positivo. No obstante, si para la producción de estos modelos se parte de células madre embrionarias, esta ventaja se vería oscurecida en gran medida. Por otra parte, si en un futuro estos embrioides se perfeccionaran hasta poder llegar a considerarse individuos vivos, la experimentación con ellos no sería éticamente aceptable.
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