lunes, 9 de mayo de 2011

El infarto de miocardio se adelanta 12 años en los fumadores :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

El infarto de miocardio se adelanta 12 años en los fumadores, según se ha puesto de manifiesto en la Reunión de la Sección de Hipertensión Arterial de la SEC

Redacción

Entre otras novedades, en el encuentro se han presentado los resultados del estudio TABARCA, que ha analizado la influencia del tabaco en las complicaciones cardiovasculares de pacientes que ingresan en un hospital por un síndrome coronario agudo



Madrid (10-5-11).- La Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha celebrado en Madrid la reunión anual de la Sección de Hipertensión Arterial que ha reunido a más de 100 expertos cardiólogos, internistas y nefrólogos. Entre otras novedades, en el encuentro se han presentado los resultados del estudio TABARCA, que ha analizado la influencia del tabaco en las complicaciones cardiovasculares de pacientes que ingresan en un hospital por un síndrome coronario agudo.

En el estudio se han analizado a 825 pacientes ingresados en 42 hospitales de toda España por infarto de miocardio; de los que el 50 por ciebnto eran fumadores y el otro 50 por ciento no lo eran.

Tras analizar todos los ingresos, se observó que el infarto sufrido entre los pacientes que eran fumadores ocurría con una edad media 12 años inferior a la de los pacientes que no consumían tabaco.

“Una vez más, se ha demostrado el peligro que deriva del hábito tabáquico, ya que el estudio TABARCA no sólo ha reflejado una mayor juventud entre las personas que fuman y que sufren un infarto, sino que también el pronóstico a un año de estas personas es más desfavorable que el de las personas que padecen un síndrome coronario agudo pero que no fuman” destaca la doctora Pilar Mazón, presidenta de la Sección de Hipertensión Arterial de la SEC.

“Es labor de todos el seguir concienciando a los fumadores de que el tabaco es muy perjudicial para el corazón, ya que el estudio también ha reflejado que tras tres meses de sufrir un infarto, el 27 por ciento de los fumadores seguía fumando y que esta cifra aumentó al 29 por ciento al cabo de un año”, advierte la doctora.

El estudio también ha reflejado que la mayor mortalidad por infarto de miocardio entre los pacientes estudiados se ha dado entre los mayores de 75 años y fumadores con un 19 por ciento, seguido de los mayores de 75 años no fumadores con un 5,8 por ciento.

La hipertensión arterial (HTA) es el factor de riesgo cardiovascular más prevalente; en España más del 60 por ciento de las personas mayores de 65 años son hipertensas; es decir, tienen un incremento continuo de las cifras de presión sanguínea en las arterias, y su repercusión en el corazón las hace más propensas a padecer fibrilación auricular (FA), que es la arritmia cardiaca más frecuente.

Uno de los temas que se abordará en la reunión es la relación que existe entre la hipertensión arterial y la fibrilación auricular, ya que según el estudio VIIDa realizado por la sección de Hipertensión Arterial de la SEC, el 24 por ciento de los pacientes que padecen HTA también acaban desarrollando FA. La relación inversa es todavía más evidente, ya que según el estudio Cardiotens 2009, el 88 por ciento de los pacientes con FA eran hipertensos.

“La fibrilación auricular es una complicación frecuente y grave de la hipertensión arterial, tanto por el deterioro que supone en sí la presencia de la arritmia como por el elevado riesgo de sufrir otras complicaciones potencialmente mortales e invalidantes como la insuficiencia cardiaca o el ictus. Por lo tanto, el adecuado control de la tensión arterial en este ámbito ha demostrado beneficios importantes en la prevención de dichas complicaciones”, anuncia la Dra. Mazón.

Los expertos concluyen que para asegurar esta prevención, las cifras de la presión arterial deben situarse por debajo de 140/90 mmHg en estos pacientes y el tratamiento a veces puede incluir hasta 2 ó 3 antihipertensivos. Además, deberán utilizarse los fármacos que han demostrado mayor beneficio, fundamentalmente los inhibidores del sistema renina-angiotensina y en ocasiones los betabloqueantes.
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