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ESPAÑA
programa de inmersión clínica precoz
Medicina basada en la vida misma
La Facultad de Medicina de la Francisco de Vitoria, de Madrid acaba de culminar una experiencia docente novedosa que parece basada en el sentido común. Se trata de un Programa de Inmersión Clínica Precoz que ha acercado a sus alumnos de primero a la vida misma de los centros de salud, hospitales y dispositivos del Summa 112. Más allá de la teoría que inunda los libros de texto en el primer curso de Medicina, los estudiantes de este centro madrileño han aprendido a contemplar su futuro profesional con una visión privilegiada a medio camino entre la del médico y la de los pacientes.
Álvaro Sánchez León - Miércoles, 25 de Mayo de 2011 - Actualizado a las 00:00h.
Fernando Caballero, director académico de Medicina de la Francisco de Vitoria, ante la fachada de estas aulas innovadoras.
El Plan Bolonia es un gran texto de consensuadas intenciones muerto si faltan medios personales y económicos para que cuaje la reforma docente de una universidad aburguesada. En Medicina también. Si se trata de hacer más práctico el grado y de dar la cobertura exigida a las habilidades profesionales, hay experimentos que no cuestan tanto, no encienden los ánimos utópicos y sirven mucho, como se ha demostrado ya en los países anglosajones.
Un ejemplo elocuente es el Programa de Inmersión Clínica Precoz clausurado en la Facultad de Medicina de la Universidad Francisco de Vitoria, de Madrid. Yendo al grano, esta iniciativa pionera ha sacado a los estudiantes de primero de Medicina de la burbuja de las aulas y los ha puesto en los centros de salud, hospitales y dispositivos del Summa 112. Los ha sacado de los libros de texto y les ha proyectado en directo en su ámbito profesional del futuro. Allí es más fácil que los estudiantes asimilen hasta los pies de foto, porque, si la imagen vale más que mil palabras, el ejemplo diario de los médicos son lecciones aprendidas, quizás, para siempre.
Fernando Caballero es el director académico de Medicina de la Francisco de Vitoria. Él ve este acercamiento a la realidad clínica como una aproximación ingenua. Quizás los recién llegados no aprendan Medicina, pero "sí ganan en sensibilidad y empiezan a reconocer la trascendencia de las habilidades relacionales y de comunicación" que les exigirá en breve la excelencia profesional.
Después de estancias clínicas de 80 horas presenciales entre marzo y mayo, los médicos del futuro se han puesto en la piel del paciente. Han visto su trabajo con la experiencia de sus maestros ocasionales, con la ilusión de un principiante y con las lentes de los enfermos, y esa forma de mirar les ha ayudado a comprender mejor qué es ser médico.
Durante tres meses intensivos los alumnos de la Francisco de Vitoria han observado directamente el contexto, una oportunidad que les ha servido para "la reflexión personal sobre las fortalezas y debilidades del sistema sanitario y sus profesionales, desde la perspectiva del paciente". Han conocido su ámbito laboral y algunos han palpado un conato de desengaño. Asimilando disfunciones, la mayoría ha adquirido la madurez profesional de concluir: Me gusta la Medicina, a pesar de... Más vale conocer y conocerse desde primero, que andar frustrado para siempre.
La inmersión clínica precoz ha servido al estudiante, pero a la vez ha sido un soplo de aire joven para los médicos ya hechos que han guiado a estos novatos. Ver sabia nueva con ganas rejuvenece cualquier ilusión.
La experiencia docente, según los estudiantes
Ver la sanidad en acción desde primero "te motiva"
Victoria Espejo es una de las alumnas participantes en este proyecto pionero. En su opinión, la experiencia "ha sido muy interesante y enriquecedora. Hay muchas cosas que leemos y estudiamos en los libros que no tienen sentido hasta que conoces la realidad clínica. Lo más ilusionante ha sido ponerse más cerca de lo que significa tratar al paciente. Entrar en un quirófano, lavarte por primera vez, estar en una consulta de pediatría, ver la capacidad docentes de los médicos... es algo que te motiva".
Una fórmula para elegir el profesional que quieres ser
Fernando Alonso destaca de este programa que ha visto "médicos que se vuelcan con sus pacientes y otros que sólo están esperando a que acabe su turno". Para él, esta iniciativa sirve para "elegir qué profesional quieres ser en el futuro, ver qué debes reforzar, que deficiencias tienes...". Ha descubierto las urgencias, entre otras cosas. Lo que muchos ven en tercero él lo ha tenido a mano desde el principio. Ahora sabe mejor que estudia Medicina "para tratar personas, no para trabajar con un brazo o una mano".
Palpar la realidad, el mejor empuje para estudiar bien
Hiria Limpo lo tiene claro: "La experiencia ha sido muy buena". Lo más positivo para ella ha sido "el contacto desde el principio con la realidad sanitaria. Llegas a la carrera un poco desmoralizado por la cantidad de cosas que tienes que aprender para ser un buen profesional y pasar por el hospital, y el centro de salud es una forma de darte cuenta de que es esto lo que quiero hacer y para lograrlo haré todo lo que sea necesario". Este modelo docente es para Limpo una fórmula de éxito muy práctica.
Mejoras concretas
Ver sistemas sanitarios con ojos ingenuos da para mucho. Los que están de vuelta ya están acostumbrados a convivir con cosas que sorprenden cuando se llega de nuevas. De esta experiencia de inmersión clínica precoz, los estudiantes de primero de Medicina de la Francisco de Vitoria han destacado las siguientes mejoras concretas:
Relación médico-paciente: Hay comportamientos de veteranos que han llamado la atención de los estudiantes. ¿Han perdido sensibilidad? ¿Han dejado de ver enfermos detrás de cada enfermedad?
Comunicación médico-familia: Los alumnos han visto que algunos familiares de los pacientes dejan la consulta sin atreverse a preguntar las cosas que no entienden. Las dudas no tienen cabida en consultas a contrarreloj. Han propuesto que los hospitales tengan un servicio de atención al paciente que les sirva para aclarar todas sus incertidumbres.
Conexión entre todos los profesionales: Los jóvenes aspirantes ven inconcebible un SNS sin más trabajo en equipo entre todos los profesionales sanitarios.
Participación en las decisiones: Los alumnos detectan que falta implicación de los pacientes en las decisiones sobre su salud.
Conociendo las urgencias: Estar a pie de campo con el Summa 112 les ha abierto a muchos un campo profesional e incluso una vocación futura. Urgencias les ha deslumbrado.
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miércoles, 25 de mayo de 2011
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