sábado, 12 de octubre de 2019

La industria farmacéutica, un sector estratégico en Europa

La industria farmacéutica, un sector estratégico en Europa

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La industria farmacéutica, un sector estratégico en Europa

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En muchas ocasiones, el valor de la industria para los pacientes y la sociedad se pierde entre el debate público sobre los precios de los medicamentos. El estudio “Economic and societal footprint of the pharmaceutical industry in Europe”, de PwC para la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia) busca resaltar el valor más amplio que la industria ofrece, en general, a la comunidad europea.
Durante los últimos 20 años, la industria farmacéutica ha sido pionera en la investigación de una amplia gama de medicamentos y vacunas que salvan vidas, allanando el camino para nuevos tratamientos en áreas clave, que afectan a millones de personas.
Gracias a estos avances, se han podido abordar enfermedades complejas de manera mucho más efectiva y con más precisión que nunca. Sin embargo, estas innovaciones son costosas. Teniendo en cuenta aquellos medicamentos fallidos, el coste promedio de llevar un nuevo fármaco al mercado se estima en más de 2.000 millones de euros.
Los precios de los medicamentos se establecen mediante negociaciones con los gobiernos, en las que se tiene en cuenta el valor proporcionado a los sistemas de salud y a los pacientes. A diferencia de otros ámbitos del sistema sanitario, están sujetos a rigurosas evaluaciones de valía antes de ser reembolsados. Pese a esto, dichas evaluaciones pueden pasar por alto los beneficios directos e indirectos de la innovación farmacéutica, tanto en el campo de la medicina como para la población de pacientes en general, sus carreras, la comunidad y la economía.
Para comprender mejor la contribución directa e indirecta de la industria farmacéutica en Europa, el estudio Economic and Societal footprint of the pharmaceutical industry in Europe se basa en tres áreas clave: el impacto económico; los impactos sociales y de salud, y el entorno propicio para continuar invirtiendo en innovación.
Impacto económico
La industria farmacéutica es un importante contribuyente a la economía europea. Se estima que, en 2016, en total aportó 206.000 millones de euros en valor añadido bruto (VAB) y 2,5 millones de empleos, lo que equivale al 1,4% del PIB combinado de la UE y al 0,9% del empleo.
El sector contrata directamente a un gran número de personal altamente cualificado, cada uno de los cuales realiza una contribución significativa a la economía. Igualmente, aporta un promedio de 156.000 euros de VAB por cada empleado. Esta cifra es significativamente más alta que la del territorio, de 59.000 euros, además de otras industrias (por ejemplo, la automovilística aporta 85.000 euros).
Al desglosar el VAB por países, podemos apreciar que la contribución es mayor en Alemania y Reino Unido, representando un 33% del total creado por la industria en toda la región. La contribución de VAB se concentra en estos territorios, ya que son el hogar de muchas grandes compañías farmacéuticas, que emplean una gran cantidad de personal en puestos de alta productividad. Los puestos de trabajo apoyados por la industria también se concentran en dichos países junto con Francia y, todos ellos, representan casi la mitad (49%) del total de empleos respaldados por la industria en Europa.
Los beneficios de la productividad se extienden más allá de la propia industria: ayudan a elevar el nivel de vida, mantienen los salarios altos y aumentan los ingresos fiscales para el gobierno. La industria farmacéutica, además de aportar con un número significativo de puestos de trabajo, ha estado avanzando en áreas de representación e igualdad de género, teniendo un impacto favorable en comparación con otros sectores de peso.
En 2016, un 46% de las personas empleadas por la industria en la Unión Europea eran mujeres. Este dato puede compararse de forma favorable con, por ejemplo, la distribución de género de los 18 millones de científicos e ingenieros en la UE que son mujeres (41%) o en la fabricación de alta y media tecnología (solamente un 17%).
Beneficios en la salud
Los beneficios que aporta la industria no son exclusivamente económicos, sino que también consiguen mejorar la vida de millones de europeos, a través de sus contribuciones a la asistencia sanitaria pública o mediante otros servicios sociales más amplios. Para ilustrar algunos de estos beneficios, el análisis se basa en dos áreas terapéuticas: el cáncer de mama y el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), mesurando el impacto de una selección de medicamentos en cada estudio de caso.
Antes del 2005, un gran número de mujeres afectadas por cáncer de mama agresivo o avanzado tenía muy pocas posibilidades de supervivencia y las opciones de tratamiento eran limitadas. La resistencia a los medicamentos de estos cánceres significó que las pacientes requerían someterse a sesiones de quimioterapia agotadoras y, en algunas ocasiones, ineficaces.
Sin embargo, una serie de innovaciones llevadas a cabo a partir del 2005 permitieron ofrecer un mejor pronóstico a dichas pacientes. El subconjunto de medicamentos estudiados para las formas HER2+ y HR+ de la enfermedad representan el trayecto hacia la innovación de la cura, ya que capturan tanto las primeras formas de tratamiento como sus evoluciones posteriores. De hecho, la llegada de terapias dirigidas contra el cáncer, diseñadas para tratar genotipos específicos, resultó en un aumento estimado de más de un millón de años de vida saludable en pacientes europeas tratadas entre 2007 y 2017.
Por otro lado, también se han logrado grandes avances en el trata- miento del VIH. Antes de la llegada de la terapia antirretroviral de gran actividad (HAART), un diagnóstico de VIH era prácticamente una sentencia de muerte. El desarrollo de la terapia HAART ha convertido al VIH en una patología tratable, lo cual se evidencia en el aumento de los años de vida saludable y en la productividad que ha traído a la población europea que la padece.
Para los pacientes tratados entre 2007 y 2017, se estima que las terapias HAART analizadas conducen a una ganancia de 800.000 años de vida saludable y 22.000 millones de euros en productividad. Fuera de las ganancias cuantificables en años de vida saludable y productividad, estas innovaciones tienen el potencial de reducir tanto las desigualdades de salud como las tasas de transmisión del virus.
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por  Publimas Digital s.l.

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