sábado, 9 de julio de 2011

radioembolización en pacientes con cáncer hepático :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

:: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::: "Un estudio demuestra la eficacia de la radioembolización en pacientes con cáncer hepático

Redacción

Los resultados de la investigación ponen de manifiesto las posibilidades de supervivencia en pacientes en los que la enfermedad está más avanzada o en los casos que no se contemplan otras opciones terapéuticas



Madrid (9/11-7-11).- La revista Hepatology ha publicado en su versión online los resultados del estudio multicéntrico llevado a cabo por la European Network on Radioembolisation (ENRY) en el que se analizaba tanto la supervivencia como la seguridad de la radioembolización (también llamada terapia de radiación interna selectiva o SIRT) utilizando SIR-Spheres en pacientes con tumores hepáticos primarios no candidatos a cirugía.

En el estudio han participado 325 pacientes diagnosticados de carcinoma hepatocelular no reseccionable tratados por un amplio equipo de especialistas compuesto por hepatólogos, oncólogos, radiólogos y médicos de medicina nuclear en ocho centros de Alemania, Italia y España. Según el doctor Bruno Sangro, jefe de la Unidad de Hepatología de la Clínica Universitaria de Pamplona, profesor en la facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, y presidente del grupo ENRY, 'se ha demostrado evidencia de supervivencia en pacientes tratados con radioembolización, incluso en aquellos casos en los que la enfermedad ya estaba avanzada o había escasas opciones de tratamiento”.


El carcinoma hepatocelular (HCC) es uno de los diez tumores más comunes del mundo, con casi 750.000 casos diagnosticados al año siendo, además, la tercera causa de muerte. Asimismo, esta patología tiene mayor incidencia en el Asia-Pacífico y en el sur de Europa, donde la hepatitis es más común.

El cáncer hepatocelular puede curarse mediante cirugía, o por transplante. Estas intervenciones, sin embargo, no son practicables en la gran mayoría de los pacientes, cuya supervivencia puede oscilar de unos pocos meses a dos o más años en función del estado del hígado en el momento del diagnóstico y de la extensión de la invasión tumoral.

La mayoría de los pacientes (82,5por ciento) evaluados en el ensayo presentaba enfermedad hepática que se compensó medianamente bien, con cirrosis (78,5por ciento) y buen estado funcional en la escala ECOG, que mide la calidad de vida de los pacientes oncológicos. Sin embargo, muchos de ellos presentaban múltiples nódulos tumorales, presencia de la enfermedad en ambos lóbulos del hígado y/o oclusión de la vena porta, en cada rama de la vena o de la vena principal.


Más del 40 por ciento de los pacientes mejoró después de someterse a uno o más tratamientos antes de la radioembolización con SIR-Spheres, incluyendo cirugía o transplante de hígado, procedimientos percutáneos como la inyección de etanol, la ablación por radiofrecuencia de los tumores hepáticos individuales, los procedimientos vasculares como la embolización transarterial (TAE) o la quimioembolización (TACE) que bloquea las arterias hepáticas que alimentan los tumores.

Los pacientes tratados con radioembolización recibieron una dosis media de 1,6 GBq de microesferas de resina de itrio-90, en un solo procedimiento trasferido al hígado mediante un catéter por las arterias femorales y hepáticas.

La supervivencia general media de los pacientes tratados con SIRT evaluados por el grupo ENRY fue de 12,8 meses. Sin embargo, varió significativamente por fase de enfermedad: 24,4 meses para pacientes en fase inicial de la enfermedad; 16,9 meses en los casos de enfermedad intermedia; y 10,0 meses en aquellos pacientes de enfermedad avanzada.

'Dado que ENRY no era un estudio prospectivo, nuestros resultados deben interpretarse de forma conservadora', explicó el profesor Sangro. 'Lo que podemos afirmar, según nuestra evaluación de un amplio rango de pacientes con carcinoma hepatocelular tratados en práctica clínica rutinaria, es que la radioembolización utilizando SIR-Spheres se dirige directamente a los tumores y tejidos hepáticos viables de separar, lo que nos permite reducir la carga de la enfermedad y aumentar potencialmente la supervivencia y calidad de vida del paciente. El mayor beneficio de supervivencia puede esperarse de los pacientes con mejor estado funcional, menos nódulos tumorales y sin oclusión de la vena porta”.

Este análisis también demuestra que la radioembolización puede ser particularmente útil en cuatro grupos de pacientes específicos. Estos incluyen, principalmente, pacientes que pueden considerarse para quimioembolización (TACE) pero que pueden beneficiarse de SIR-Spheres; los pacientes que son peores candidatos para TACE debido al mayor número de nódulos tumorales (>5) o propagados por ambos lóbulos del hígado, los pacientes que previamente no han respondido a la TACE, y, finalmente, los pacientes aptos para TACE debido a la oclusión de vena porta y que tienen menos posibilidades de tratamiento.

El grupo ENRY pone de manifiesto que los pacientes tratados con radioembolización toleraron el tratamiento. Los efectos adversos más comunes fueron: fatiga (54,5 por ciento), nauseas (32,0 por ciento), dolor abdominal (27,1 por ciento) y uno de cada diez pacientes experimentó fiebre alta. Sin embargo, los síntomas fueron pasajeros en todos los casos.

Por otro lado, una pequeña muestra de pacientes (3,7 por ciento) sufrió ulceración gastrointestinal, que puede producirse cuando algunas microesferas pasan inadvertidamente a la arteria gástrica.

Según el estudio ENRY, concluyen los investigadores, la radioembolización puede ser utilizada de forma rutinaria en una serie de pacientes con cáncer hepático primario. La radioembolización puede también ser una opción cuando se combina con tratamientos farmacológicos más nuevos.




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