Las TICs son un “elemento facilitador esencial” para el desarrollo de los sistemas de información y una “fortaleza” del SNS, según Carmen Moya, directora general de la Agencia de Calidad
Madrid (25/11/2011) - Ana Montero
Así lo ha concluido en el 5º Foro sobre el sistema de información del Sistema Nacional de Salud, donde además se ha identificado como necesidad la "normalización" de la información, planteando como solución la creación de un código único y unas coordenadas únicas, donde entra en juego la integración del sistema con la tarjeta sanitaria como elemento clave, según los expertos
En este sentido, el 5º Foro sobre el sistema de información del Sistema Nacional de Salud ha sido inagurado por Carmen Moya, directora general de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, que ha asegurado que la descentralización de las competencias no debe impedir iniciativas comunes por lo que respecta a los sistemas de información.
Además, Moya ha destacado la necesidad de un "esfuerzo en la normalización" y de un "consenso metodológico" para el tratamiento de los datos para que estos sean "útiles y explicativos". Del mismo modo, ha señalado que las tecnologías de la información y la comunicación son un "elemento facilitador esencial" para el desarrollo de los sistemas de información y una "fortaleza" de nuestro Sistema Nacional de Salud.
Así pues, la primera intervención de la jornada, a cargo de Rosa María Urbanos Garrido, del departamento de Economía aplicada de la facultad de Económicas de la Universidad Complutense de Madrid, se ha centrado en la monitorización de la equidad en la atención sanitaria, para lo que se ha referido a la dimensión socioeconómica y de género y a la dimensión geográfica. En el primer caso, el instrumento clásico para evaluar la equidad sanitaria son las encuestas de salud -regionales, nacionales y europeas- que, tal y como ha manifestado Urbanos, "han experimentado importantes avances". Por un lado, por lo que se refiere a las variables relativas al estado de salud, con una mejor caracterización de la necesidad, y por otro, respecto a las variables socioeconómicas y demográficas, al disponer de más información sobre la renta del individuo; sobre la información del hogar; sobre el entorno familiar y laboral; y sobre las posibles causas de las desigualdades injustificables.
Asimismo, la experta ha señalado que además de las encuestas de salud, como instrumentos de aproximación a la equidad, hay otro instrumento "potente" que son las encuestas de condiciones de vida, "una herramienta longitudinal que permite seguir a los individuos a lo largo del tiempo", como informa Urbanos, pero que todavía son "escasas" en cuanto a información sanitaria. Al hilo, la experta se ha referido a la existencia de una encuesta de condiciones de vida de 2009, llevada a cabo en el País Vasco, donde sí se contempla información sanitaria.
Además, por lo que se refiere a la equidad por grupos de edad, Urbanos ha recordado que desde hace poco tiempo disponemos de SHARE, la encuesta sobre salud y envejecimiento con un método común, una encuesta longitudinal para examinar la equidad sanitaria en personas de 50 años o más.
Por lo que se refiere a la dimensión geográfica, la experta se ha referido a la fuente CMBD (Conjunto Mínimo Básico de Datos) para abordar la equidad desde la perspectiva geográfica, una herramienta en la que también se están llevando a cabo avances.
Potencialmente, según Urbanos, otro sistema de información en el estudio de la equidad es el sistema de información sobre las listas de espera, un dato "importante" de aproximación en el acceso que, tal y como ha asegurado la experta, "varía según comunidades autónomas".
En definitiva, para Urbanos, los avances de las fuentes de información se centran en que se han ampliado las dimensiones de análisis, fundamentalmente en el ámbito del género; también que España se ha podido contextualizar en el ámbito europeo; y que hay un mejor conocimiento desde la perspectiva geográfica, reconociendo la labor de los institutos de información de las diferentes comunidades autónomas y del SNS.
Como retos de mejora en lo referente a la metodología y a los estudios sobre equidad, Urbanos ha identificado la necesidad de "complementar y ensamblar" los estudios más micro con los más macro, "no sólo necesitamos una foto general, tenemos que saber qué es lo que está pasando en cada patología concreta", apostilla; de seguir avanzando en medidas que mejoren la identificación de la necesidad, incorporando indicadores objetivos, no sólo subjetivos; y de adoptar medidas de calidad y de efectividad a los servicios clínicos para reducir y valorar correctamente la inequidad. Además, hay que mejorar en el conocimiento de las causas de las desigualdades y en explorar cómo se traducen esas desigualdades.
Experiencia en Valencia y Asturias
Por su parte, Óscar Zurriaga Lloréns, de la dirección general de Investigación y Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana, ha explicado cómo en las áreas pequeñas también hay información sobre desigualdades de salud, procedente de los institutos de estadística; de la administración sanitaria, autonómica y local; de la tarjeta sanitaria, como elemento clave, y del propio individuo.
En este sentido, Zurriaga ha señalado que hay problemas para trabajar con esa información, por lo que se refiere a la propia orientación de los sistemas de información y vigilancia, "es difícil encontrar aquella información que buscamos y que la encontremos a la primera", añade Zurriaga; a la geocodificación, que va aparejado con el "tremendo" problema que supone el cambio de fronteras administrativas, y donde Zurriaga ha manifestado la urgencia de una "normalización" de la información, junto a la necesidad de la transformación en un único código, unas coordenadas únicas, donde entra en juego la integración del sistema con la tarjeta sanitaria como elemento clave. Al hilo, el experto también se ha referido a la metodología; a la actitud y al "problema grave" que existe en la colaboración e integración entre las fuentes de información, entre la propia Administración y la ciudadanía.
Por último, Mario Margolles Martins, de la dirección general de Salud Pública, de la Consejería de Sanidad del gobierno del Principado de Asturias, ha explicado cómo en su comunidad han puesto en marcha un modelo de información donde se expresan los resultados y los determinantes de salud, bajo un mapa geográfico determinado. Este modelo, tal y como ha informado Margolles, ha detectado que existen diferencias entre resultados y determinantes, por lo que han desarrollado el plan "Asturias Actúa" que recoge un repertorio de 106 actuaciones que modifican determinantes que según el paradigma modifican los resultados de salud.
Además, Moya ha destacado la necesidad de un "esfuerzo en la normalización" y de un "consenso metodológico" para el tratamiento de los datos para que estos sean "útiles y explicativos". Del mismo modo, ha señalado que las tecnologías de la información y la comunicación son un "elemento facilitador esencial" para el desarrollo de los sistemas de información y una "fortaleza" de nuestro Sistema Nacional de Salud.
Así pues, la primera intervención de la jornada, a cargo de Rosa María Urbanos Garrido, del departamento de Economía aplicada de la facultad de Económicas de la Universidad Complutense de Madrid, se ha centrado en la monitorización de la equidad en la atención sanitaria, para lo que se ha referido a la dimensión socioeconómica y de género y a la dimensión geográfica. En el primer caso, el instrumento clásico para evaluar la equidad sanitaria son las encuestas de salud -regionales, nacionales y europeas- que, tal y como ha manifestado Urbanos, "han experimentado importantes avances". Por un lado, por lo que se refiere a las variables relativas al estado de salud, con una mejor caracterización de la necesidad, y por otro, respecto a las variables socioeconómicas y demográficas, al disponer de más información sobre la renta del individuo; sobre la información del hogar; sobre el entorno familiar y laboral; y sobre las posibles causas de las desigualdades injustificables.
Asimismo, la experta ha señalado que además de las encuestas de salud, como instrumentos de aproximación a la equidad, hay otro instrumento "potente" que son las encuestas de condiciones de vida, "una herramienta longitudinal que permite seguir a los individuos a lo largo del tiempo", como informa Urbanos, pero que todavía son "escasas" en cuanto a información sanitaria. Al hilo, la experta se ha referido a la existencia de una encuesta de condiciones de vida de 2009, llevada a cabo en el País Vasco, donde sí se contempla información sanitaria.
Además, por lo que se refiere a la equidad por grupos de edad, Urbanos ha recordado que desde hace poco tiempo disponemos de SHARE, la encuesta sobre salud y envejecimiento con un método común, una encuesta longitudinal para examinar la equidad sanitaria en personas de 50 años o más.
Por lo que se refiere a la dimensión geográfica, la experta se ha referido a la fuente CMBD (Conjunto Mínimo Básico de Datos) para abordar la equidad desde la perspectiva geográfica, una herramienta en la que también se están llevando a cabo avances.
Potencialmente, según Urbanos, otro sistema de información en el estudio de la equidad es el sistema de información sobre las listas de espera, un dato "importante" de aproximación en el acceso que, tal y como ha asegurado la experta, "varía según comunidades autónomas".
En definitiva, para Urbanos, los avances de las fuentes de información se centran en que se han ampliado las dimensiones de análisis, fundamentalmente en el ámbito del género; también que España se ha podido contextualizar en el ámbito europeo; y que hay un mejor conocimiento desde la perspectiva geográfica, reconociendo la labor de los institutos de información de las diferentes comunidades autónomas y del SNS.
Como retos de mejora en lo referente a la metodología y a los estudios sobre equidad, Urbanos ha identificado la necesidad de "complementar y ensamblar" los estudios más micro con los más macro, "no sólo necesitamos una foto general, tenemos que saber qué es lo que está pasando en cada patología concreta", apostilla; de seguir avanzando en medidas que mejoren la identificación de la necesidad, incorporando indicadores objetivos, no sólo subjetivos; y de adoptar medidas de calidad y de efectividad a los servicios clínicos para reducir y valorar correctamente la inequidad. Además, hay que mejorar en el conocimiento de las causas de las desigualdades y en explorar cómo se traducen esas desigualdades.
Experiencia en Valencia y Asturias
Por su parte, Óscar Zurriaga Lloréns, de la dirección general de Investigación y Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana, ha explicado cómo en las áreas pequeñas también hay información sobre desigualdades de salud, procedente de los institutos de estadística; de la administración sanitaria, autonómica y local; de la tarjeta sanitaria, como elemento clave, y del propio individuo.
En este sentido, Zurriaga ha señalado que hay problemas para trabajar con esa información, por lo que se refiere a la propia orientación de los sistemas de información y vigilancia, "es difícil encontrar aquella información que buscamos y que la encontremos a la primera", añade Zurriaga; a la geocodificación, que va aparejado con el "tremendo" problema que supone el cambio de fronteras administrativas, y donde Zurriaga ha manifestado la urgencia de una "normalización" de la información, junto a la necesidad de la transformación en un único código, unas coordenadas únicas, donde entra en juego la integración del sistema con la tarjeta sanitaria como elemento clave. Al hilo, el experto también se ha referido a la metodología; a la actitud y al "problema grave" que existe en la colaboración e integración entre las fuentes de información, entre la propia Administración y la ciudadanía.
Por último, Mario Margolles Martins, de la dirección general de Salud Pública, de la Consejería de Sanidad del gobierno del Principado de Asturias, ha explicado cómo en su comunidad han puesto en marcha un modelo de información donde se expresan los resultados y los determinantes de salud, bajo un mapa geográfico determinado. Este modelo, tal y como ha informado Margolles, ha detectado que existen diferencias entre resultados y determinantes, por lo que han desarrollado el plan "Asturias Actúa" que recoge un repertorio de 106 actuaciones que modifican determinantes que según el paradigma modifican los resultados de salud.
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