Carmen Pérez: "Es difícil la 'marea blanca' en Cataluña"

La presidenta del Comité del San Pablo ve falta de apoyo en el COMB. Critica que desde la sanidad pública se favorezca el beneficio privado.

Carmen Fernández. Barcelona | carmenfer@diariomedico.com | 07/10/2013 00:00

Carmen Pérez, presidenta del Comité de Empresa del San Pablo. (Jaume Cosialls)

"No estoy de acuerdo con los proyectos de privatización de la Comunidad de Madrid porque son una imposición política e ideológica; pero creo que es más ilícito lo que sucede en Cataluña, porque aquí no se privatiza la sanidad pero se favorece el beneficio privado y se da el fenómeno de la puerta giratoria de manera escandalosa; eso es pura corrupción, no ideología", ha declarado a Diario Médico Carmen Pérez, la radióloga y presidenta del Comité de Empresa del Hospital de San Pablo, de Barcelona, que ha puesto en jaque a la cúpula directiva del centro, varios exgestores y la propia Administración sanitaria autonómica con una amplia demanda (de tres partes) en la vía penal, que interpuso a título personal.

He recibido muchas presiones, y descalificaciones, y me han investigado para ver qué encontraban en mi contra. Pero me siento muy apoyada"

"Lo hice así porque pensé que sólo yo podría soportar las presiones; he recibido muchas, y descalificaciones, y me han investigado para ver qué encontraban en mi contra. Pero me siento muy apoyada por todos los trabajadores y por los médicos", ha apuntado.

¿Por qué en Cataluña, después de un recorte presupuestario del 20 por ciento en tan solo tres años y con escándalos continuados por presuntos casos de corrupción, no se ha organizado ya una marea blanca como la de Madrid? "Es difícil. La diferencia fundamental es que el Colegio de Médicos de Madrid, a diferencia del de Barcelona, se ha implicado en la defensa del modelo sanitario público y de las condiciones de los médicos y demás profesionales del sistema. Médicos de Cataluña es el único que ha hecho alguna cosa aquí. Los médicos son difíciles de movilizar de manera colectiva, a pesar de que hay mucho malestar. Hay otra diferencia por la que aquí no han dimitido en bloque jefes de servicio, como sucedió en Madrid: el sector concertado es mayoritario y esos cargos se eligen a dedo, lo cual influye".

Pérez empezó a ejercer como radióloga en el San Pablo en 1979, donde también trabajó tres años en la Dirección de Recursos Humanos del centro; y desde hace doce años es, además, abogada especialista en temas laborales. En 2011 ganó las elecciones al comité de empresa, en el que hay mayoría de sanitarios (incluidos siete médicos de la Asociación Profesional del Cuerpo Facultativo).

El San Pablo lleva décadas de crisis a causa de su infrafinanciación y el divorcio sistémico entre los gestores y el cuerpo facultativo, pero en 2010 alcanzó su pico de máxima tensión, tras aplicarle la dirección a la plantilla (personal laboral) el 5 por ciento del recorte salarial de los empleados públicos. Los trabajadores entienden que el centro es privado y, por tanto, que no les corresponde asumir ese recorte del sector público. El San Pablo es desde 1991 titularidad de una fundación (en su patronato están a parte iguales la Generalitat, el Ayuntamiento y el Arzobispado de Barcelona) y está gestionado por otra (tres representantes de la Generalitat, uno el Ayuntamiento y uno del Arzobispado).

Queremos defender el modelo de hospital, depurar responsabilidades y que se mejoren su financiación y gestión y condiciones laborales"

"Nunca se habían aplicado normas de hospital público en el San Pablo, ni se habían hecho concursos de compras, ni había bolsa de trabajo,...y por eso consideramos que era un fraude", dice Pérez. Después vino un intento de expediente de regulación de empleo temporal de 15 días que afectaba a casi toda la plantilla, incluidos los miembros de la dirección; y que en el caso de 50 profesionales era de 15 meses. "Esto último entendimos que se trataba de jubilaciones forzosas, y no lo aceptamos porque era fraude a la Seguridad Social. Y a todo eso, se seguían haciendo horas extras, por lo que el planteamiento era absurdo".

'Indicios delictivos'
A partir de ahí, la plantilla se movilizó en busca de indicios delictivos y, entre otras, descubrieron en el censo de trabajadores personas que aparentemente no trabajaban en el centro (contratos presuntamente ficticios); desviaciones en las obras del nuevo hospital y la transferencia de recursos entre las fundaciones patrimonial y de gestión del centro. El Juzgado de Instrucción número 22 de Barcelona abrió la instrucción del caso y dos sindicatos profesionales y el comité de empresa se personaron como acción popular. El juez, por ahora, ha sobreseido provisionalmente las acusaciones contra varios exgestores en lo que respecta a las contrataciones sobre las que ha dicho que "se abren consideraciones sobre su oportunidad y necesidad pero no puede decirse que se trate de una ficción".

Con esta batalla, "nuestro objetivo es defender el modelo de hospital, depurar responsabilidades y que se mejore la financiación y la gestión y las condiciones laborales. A más del 50 por ciento del colectivo médico le han bajado un 45 por ciento el sueldo. Ha habido un encarnizamiento con los médicos, que ahora ganan menos que muchas enfermeras e, incluso, que varios administrativos".