viernes, 6 de febrero de 2009

DONDE TERMINA LA ÉTICA COMIENZAN LOS INTERESES


Mi amigo, hermano del alma, y forista EL OLVIDAO me ha hecho llegar este informe:

Sábado, 17/1/2009 - 18:18
Cómo será la comida del futuro

Por Gustavo Sierra

En Estados Unidos, los científicos ensayan alimentos más proteicos y menos sabrosos, que ya le están dando a los presos. Y buscan recuperar los músculos de los inválidos con una proteína.
Los científicos están vestidos con mameluco, cofia, polainas y guantes de un blanco nieve. El resplandor es de los instrumentos que brillan por sus lentes y metales pulidos. Hay robots que mueven sus espátulas con precisión y hasta cierta elegancia. Los microscopios trabajan con ares de láser. El ambiente está presurizado. Y todo está cubierto por una luz ámbar que termina de dar al lugar una atmósfera de nave espacial. Toda esa actividad se ve desde grandes ventanales. No se puede ingresar de ninguna manera, aunque se puede seguir todo el movimiento en una sucesión mientras se camina por un larguísimo pasillo por el que van apareciendo los laboratorios. El director técnico de todo este complejo del Centro de Sistemas en Nanoescala de la Universidad de Harvard es Eric Martin, que mira a sus pupilos con un indisimulable dejo de orgullo. Es que aquí se trabaja en los adelantos científicos que van a transformar el mundo en los próximos 25 años.
Sin duda nuestra infraestructura informática va a cambiar radicalmente, dice Martin mientras saluda a cada científico que trabaja detrás de los ventanales. Habrá una interacción entre el hombre y las computadoras. La infraestructura en comunicación también va a cambiar. La disponibilidad de nuevas frecuencias para radio y aplicaciones de detección van a cambiar nuestra vida, así como ahora damos por sentado que tenemos fuentes baratas de radiación de infrarrojos. Este descubrimiento cambió nuestra vida en los últimos veinte años en cosas simples: aparecieron los controles remotos, los reproductores de CD baratos, las fuentes ópticas visibles, el almacenamiento de alta densidad. Aquí estamos trabajando en fuentes de longitud de onda de dos milímetros, algo que modificará totalmente las comunicaciones y el entretenimiento. Habrá cambios absolutos en la aplicación de medicinas y diagnóstico médico. Ya aquí tenemos la posibilidad de tomar tomografías de alta resolución en 3D. Un tema muy común de trabajo también es la investigación de las fototecnologías y de energía solar. Hay decenas de grupos trabajando en la búsqueda de fuentes limpias de energía. En 25 años todo esto estará al alcance del hombre común".
El de Martin es apenas uno de los más de cincuenta laboratorios que se suceden en las 30 cuadras de esta zona de Cambridge, frente a Boston, donde se levantan los campus del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y Harvard, dos de las más prestigiosas universidades del mundo. Clarín vino hasta aquí a ver cuáles serán los avances que transformarán nuestras vidas en el próximo cuarto de siglo.
Tomando la Red Line del subterráneo y a sólo dos estaciones, en Kendall, nos acercamos a la Sloan School of Management, donde trabaja un grupo de estudiantes de doctorado provenientes de la India, Pakistán, China y Malasia, dedicados a explorar la transformación de la producción agrícola y ganadera. "Hace 20 años logramos desactivar la bomba de la sobrepoblación con una revolución verde. Los fertilizantes, pesticidas, herbicidas y las nuevas técnicas de cultivo hicieron posible que pudiéramos cosechar alimentos en forma suficiente para esa población en expansión, particularmente en Asia. Pero la demanda continúa y es más rápida que nunca antes en la Historia. Ahora tenemos que hacer posible una nueva revolución basada en la biotecnología y la genética. Y veremos su resultado en menos de dos décadas", explica el malayo Azizah. De acuerdo a estos doctorandos, se trata de producir en forma más eficiente. Por ejemplo, los 550 millones de hamburguesas Big Mac que se consumen en Estados Unidos cada año tienen un costo de energía de 297 millones de dólares y largan a la atmósfera más de un billón de kilos de dióxido de carbono y metano. Hay que producir y consumir otro tipo de alimentos, dicen. "Ya no se puede vivir como en la época de los romanos, produciendo aceite de oliva, vino y cereales, criando ganado en forma libre y pescando indiscriminadamente", explica una chica india. Y como ejemplo pone unas raciones de lo que llaman "nutraloaf", una especie de torta que contiene porotos, espinacas, leche, papas, pasta de tomates, zanahorias, pasas de uva, queso y aceite vegetal. Es la supuesta ración perfecta para la mejor nutrición del ser humano y la menos contaminante de producir para el medio ambiente. Ya se les está dando como experimento a los presos de algunas cárceles de California. Pero su gusto y su aroma son tan desagradables que hubo varios juicios contra el Estado, por alimentar a los reclusos con "desechos orgánicos". Sin embargo, esa pareciera que va a ser la tendencia de lo que vamos a comer dentro de un cuarto de siglo. "Tenemos que criar vacas cada vez más eficientes en cuanto al tipo de carne que nos dan, y faenarlas con el menor impacto ambiental posible. Y este principio será el mismo para toda la cadena alimenticia. Vamos a ver granjas de producción ubicadas muy cerca de las comunidades que consuman sus productos para minimizar los fletes, campos donde se podrá plantar en diferentes niveles para ahorrar espacio y mayor producción en los mares, verdaderas granjas acuáticas", asegura Azizah.

NOTA DEL BLOG: cuando se transgreden los límites de la lógica y el sentido común todo lo que ocurra no será común y mucho menos responderá a lógica alguna... El ser humano, así como los animales (mal llamados) y vegetales, responden a patrones creados por la naturaleza a efectos de su vida. Ello demanda un equilibrio biológico cuyas pautas esenciales aún hoy nos son desconocidas. Estas aventuras pseudo científicas responden a intereses antes que a necesidades ciertas. El hambre en el mundo no se paliará utilizando técnicas que van contra la naturaleza del mismo ser humano. No es esta la solución. Cuanto más daño se agregue al estrés que ya padecemos por las incapacidades de gestión de los políticos... cuanto más daño se induzca en el metabolismo endocrino... cuántas más alteraciones se produzcan en nuestros cuerpos sólo para beneficiar intereses de unos pocos (que dicho sea de paso, seguirán comiendo los mejores bifes, tomates, lechugas, papas, etc., como siempre), peores serán las consecuencias sociales e individuales, ni qué hablar de la salud de las personas, animales y plantas. Crear un PLANETA DE MACETA es una entelequia propio de las miserias humanas y cuanto más interés esconden estas miserias, peor es. Cuidado, esta CIENCIA no es tal, se ha caído de la ÉTICA y no responde a ninguna pauta elemental del sentido común... ¿se entiende? o ¿hay que explicarlo mejor?. Cerasale. Febrero 2009.

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