miércoles, 22 de abril de 2009

La crisis, una amenaza para la salud mundial


EL MÉDICO INTERACTIVO - ESPAÑA
ABRIL,22 2009
INFORMES Y GESTION
INFORMES
La crisis, una amenaza para la salud mundial

La crisis económica lo engulle todo y la salud no es para menos. Ya es un hecho el aumento de los casos de ansiedad, estrés o trastornos alimenticios en unas consultas de Atención Primaria ya de por sí saturadas sin vaivenes económicos. Pero más allá de estos síntomas, los sistemas sanitarios se enfrentan a una amenaza mayor: la fragilidad de la economía mundial provoca que los Estados se replanteen sus inversiones en salud. La OMS está alerta y, desde primeros de año, trabaja en una alianza para mantener uno de los grandes pilares del Estado del Bienestar.
Iñaki Alonso

Madrid (22-4-09).- La crisis financiera amenaza a la estabilidad de la salud mundial. La recesión mundial no tiene fecha de caducidad –las últimas previsiones apuntan al segundo semestre de 2010– y ya empieza a afectar a todo el sistema sanitario en su conjunto, desde la saturación de los centros de salud, donde aumentan las consultas, hasta el peligro de que se produzca un descenso pronunciado de las inversiones ante la falta de liquidez. Ante estos síntomas de alerta, la Organización Mundial de la Salud (OMS) está moviendo los hilos desde principios de año para blindar a las políticas sanitarias y que éstas, por lo menos, aguanten el tipo ante una crisis económica que no tiene parangón con otras del pasado. “Todos los Estados debemos aprovechar cualquier oportunidad para poder proteger a las poblaciones y adelantarnos a los efectos negativos de la crisis en la salud”, trasladó la directora general de la OMS, Margaret Chan, en la reunión de alto nivel que se celebró el 19 de enero en Ginebra y que analizó la crisis financiera y sus efectos en la salud.

Pero, antes de abordar los problemas que acarrea para la prestación de servicio, todos los estados presentes en esta reunión se pararon en analizar el estado de la crisis. Así, pocos fueron los que se negaron a admitir que el mundo está expuesto a “la más grave recesión económica desde los años treinta” y hasta calcularon el impacto en la población: más de cien millones de personas están sumidos en la pobreza. “Afrontamos una grave crisis de dimensiones sin parangón en el mundo que nunca antes había estado tan estrechamente interconectado ni había sido tan interdependiente”, puntualizó Chan en esta reunión.

Todos al centro de salud
Al ser una crisis financiera que se ha gestado en los países desarrollados, los primeros síntomas se detectan en las consultas de Atención Primaria de estos Estados, entre los que se incluye España. Los problemas asociados a la actual coyuntura económica traen, por tanto, un aumento de las consultas por ansiedad, estrés, trastorno alimenticios o el abuso del consumo de sustancias nocivas como el alcohol y el tabaco. “La situación de paro, las dificultades en el pago de hipotecas, la reducción de expectativas de trabajo son acontecimientos estresantes que influyen en el bienestar psicológico de las personas”, mantiene la doctora María Jesús Cerecedo, coordinadora del grupo de Salud Mental de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).

La alerta sobre el incremento de consultas también la aporta la catedrática de Economía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Beatriz González López-Valcárcel. Su impresión es que los casos de ansiedad y depresión son cada vez más constantes en la rutina diaria del médico de familia. Además, incluye en esta lista de patologías al alza los trastornos alimenticios, ya que hay un sector de la población que inicia uso cambios desfavorables en el patrón de consumo de alimentos, con lo que sustituye los alimentos más frescos por otros productos menos saludables.

El 40 por ciento de las mujeres padecen ansiedad, algo que se debe al doble rol de ama de casa y trabajadora, que hace que sienta más responsabilidad ante lo que puede provocar la recesión económica


Y es que, en estos tiempos de incertidumbre, todo afecta. Entre los que más influyen en la salud física y psíquica está, por ejemplo, el verse involucrado en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de tu empresa. El Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de CCOO aclara que las enfermedades laborales se incrementan entre aquellos que han conservado su puesto de trabajo después de un ERE. Así, aportan un estudio publicado por el British Medical Journal por el cual desvela que cuatro años después de un despido colectivo, las muertes por enfermedades cardiovasculares habían aumentado.

Un caso particular de las consecuencias de la crisis se encuentra en otro estudio reciente realizado por el Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer, que se centra en cómo afecta la crisis a la población femenina. Así, más del 40 por ciento de las mujeres padece problemas de ansiedad, algo que, según los responsables del estudio, se debe a que el doble rol que asume la mujer –el de ama de casa y el de trabajadora– hace que sienta más responsabilidad ante lo que puede provocar la recesión económica. Además, los casos se multiplican cuanta más edad, ya que casi la mitad de las pacientes mayores de 40 años que se han prestado a la encuesta están afectadas por un cuadro de ansiedad. Pero no sólo se trata de ansiedad, sino que también se han detectado casos de insomnio, fatiga, un menor deseo sexual, depresión y un aumento de visitas al médico de cabecera.

Aunque es la salud emocional de la mujer la que más se resiente en tiempos de crisis, la recesión también repercute sobre otros ámbitos de la vida. El mismo sondeo detalla que un 35,2 por ciento de las encuestadas afirma que está influyendo directamente en la alimentación. “A la hora de hacer la cesta de la compra la mujer se priva de productos, consumiendo más hidratos de carbono, que son más baratos, y menos proteínas”, apunta el doctor Santiago Palacios, director del Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer.

Los efectos de la crisis en la salud, sobre todo mental, de los españoles no pasa de largo para el Ministerio de Sanidad. En octubre pasado se constituyó del Observatorio Español de Salud Mental, una herramienta que según señalaba el entonces ministro Bernat Soria surgía “en un momento de crisis e incertidumbre económica en el que es especialmente importante extremar la vigilancia sobre estas enfermedades”. El observatorio, que se prevé que esté a pleno rendimiento a lo largo del presente año, hace hincapié en la salud mental en la actividad laboral y en los movimientos migratorios como respuesta a la actual coyuntura.

Cambio de la privada a la pública
La OMS también hace hincapié en el aumento de las consultas, pero no sólo porque se estén dando más casos de ansiedad y depresión. Y es que la actual crisis financiera trae una consecuencia clara: el trasvase de la Sanidad privada a la pública. Así, el gasto en el sector privado tiende a disminuir durante las crisis económicas, pues los pacientes optan por renunciar a la atención por completo o pasan del sector privado al público con idea de ahorrar costes. “La reducción del gasto sanitario, el encarecimiento del tratamiento y la disminución de las rentas de las familias tienen como efecto más común la reducción de la demanda de servicios de atención privada y la consiguiente transferencia al sector público”, explica el documento consultivo aprobado por la OMS en enero.

Este trasvase tiene una consecuencia a medio plazo, según la propia OMS, que es que la calidad asistencial se pueda ver perjudicada. En este punto, poner especial atención a los países en los que los servicios de financiación pública están sometidos a cierta presión, como puede ser el caso de España, en el que son muchas las voces, incluso del propio Ministerio de Sanidad, que alertan de la presión asistencial de las consultas y la necesidad de incorporar más profesionales sanitarios al Sistema Nacional de Salud.

Preparados ante las inclemencias
Las sociedades científicas, ante esta situación de inestabilidad tienen a dar consejos para que la crisis no suponga un cataclismo para los centros de salud y, sobre todo, para los pacientes. Tanto es así que la semFYC, con el psicólogo y profesor de neuropsicología de la Universidad Autónoma de Madrid Paco Rodríguez y el catedrático de Inmunología del hospital universitario Trias i Pujol de Barcelona August Coromines a la cabeza, establece para la población unas recomendaciones prácticas para hacer frente a una de las consecuencias principales de la mala coyuntura económica: el estrés.

En este sentido, los responsables de semFYC abogan por mantener una promoción de los hábitos saludables que permita un mejor estado de salud físico y psicológico. Así, sugiere una alimentación basada en la dieta mediterránea y que esté exenta de sustancias estimulantes como el alcohol, el tabaco o bebidas excitantes como el té o el café, además de ejercicio físico como andar, montar en bicicleta o hacer yoga. De igual manera, estos estudiosos recomiendan un horario de sueño regular, pensando que lo conveniente son ocho horas; y un esfuerzo para evitar la automedicación. En este punto, desde semFYC ya se ha puesto la voz de alarma por el consumo elevado de benzodiacepinas en España, donde se produce un incremento interanual de en torno al 7 por ciento. De hecho, según los datos últimos, un millón de españoles presenta un problema de uso crónico de tranquilizantes o ansiolíticos y cerca del 20 por ciento de la población los consume de forma esporádica.

Por último, Rodríguez y Coromines hacen hincapié en que el paciente debe mantener una relación abierta y de confianza con el médico de familia para enfocar correctamente los problemas de salud. Y es que el personal sanitario de los centros de salud está en una situación de privilegio para identificar los impactos de la crisis en la persona afectada y su entorno familiar, por lo quien más posibilidades tiene para atajar el problema a partir de una serie de pautas y de su experiencia adquirida. “El médico de familia es el gran proveedor de atención de salud y su papel consiste en prestar, entre otros servicios, una atención preventiva y enseñar estilos de vida saludables”, manifiestan.

La prevención, la gran amenaza
Las recomendaciones de semFYC no se han abordado al azar, sino que supone todo un aviso a navegantes que ya fue tratado en la ya mencionada reunión de la OMS. El gasto sanitario sigue en aumento, pero en tiempos de crisis –y más de esa magnitud–, se tiende a la larga a pensar en posibles recortes económicos en políticas de salud. Y en lo primero que se ataja es en la prevención. Por eso, los países asistentes a la reunión incidieron en que para promover una mayor eficacia del gasto sanitario se convierte en un factor clave e hecho de mantener el apoyo a las acciones preventiva. “La atención curativa atrae más atención política y es tentador sacrificar las actividades de prevención cuando se sufren presiones presupuestarias, por lo que conseguir el adecuado equilibrio entre mantener los servicios curativos esenciales y el apoyo a los programas preventivos es indispensable en la gestión del sector sanitario”, concluyen, no sin antes hacer hincapié en que éstos no debe quedar en una mera declaración de intenciones, sino que se debe convencer a los economistas de los ministerios de finanzas acerca del valor de las acciones preventivas.

Según datos informales de la OMS, son muy pocos los ministerios que han recibido indicaciones expresas para reducir el gasto, la tendencia apunta, incluso, a aumentar las inversiones públicas a favor de la salud

En todo caso, la prevención siempre dependerá del gasto sanitario, que está expuesto a sufrir también las consecuencias de la crisis. Además del ya alertado incremento de las consultas de Atención Primaria, hay un dato que es vital para la supervivencia de los sistemas sanitarios: los recursos económicos que nutren a los sistemas de salud cada vez están más al límite. La propia directora general de la OMS, Margaret Chan, advirtió de la posibilidad que los estados se vean obligados a disminuir las inversiones en salud. “Hay un cierto temor de que la situación sanitaria en los países, cualquiera que sea su nivel de desarrollo, se agrave a medida que el desempleo aumente, las rede de protección social empiecen a fallar, los ahorros y los fondos de pensiones se vean erosionados y, por tanto, el gasto en salud disminuya”, explica Chan.

La catedrática González López-Valcárcel traslada esta voz de alarma a la estabilidad del Sistema Nacional de Salud. Así, el estado español arrastra un déficit público que crece en torno a los 800 millones de euros diarios, debido a una bajada de las cotizaciones por el paro. El problema, según la profesora, es que este déficit tiene un límite, por lo que instó a una protección de las políticas sociales para hacer frente a la crisis.

La OMS también defiende este blindaje del estado del bienestar y la protección del gasto sanitario. Así lo expusieron en las conclusiones de la reunión celebrada en Ginebra, en la que establecieron un compromiso para abogar por la salud en tiempos de crisis. Para ese objetivo, los ministros de salud de cada país se están reuniendo en los últimos meses con los ministros de economía y finanzas para ahondar en la idea de que hay que preservar las inversiones en esta materia. Por ahora, según sondeos informales que tiene la OMS, son muy pocos los ministerios de salud que han recibido indicaciones expresas para el desarrollo con miras a reducir el gasto sanitario. En cambio, sí hay una tendencia incluso a aumentar las inversiones públicas a favor de la salud.

Sin embargo, esto es sólo una medida a corto plazo y difícil de mantener. La OMS pone en conocimiento que cuando la recesión se acompaña de inflación y devaluación de la moneda, el precio de los medicamentos, materias primas y equipos médicos importados aumenta. Si no hay posibilidad de contrarrestar este encarecimiento –una opción es el empleo de genéricos–, la consecuencia lógica es un aumento en el costo de la atención a los pacientes y, por ende, más dificultades para mantener un sistema sanitario de calidad.

En todo caso, la OMS avanza que la mejor manera de proteger los ingresos en salud es mediante una coordinación de políticas que propicie una protección social sanitaria. Es decir, emprender acciones que estabilicen los precios, reduzcan el coste de los alimentos y ayuden a las personas a seguir pagando los seguros de salud.

El ahogo de los países en desarrollo
Pero si hay una zona en la que la crisis pueda ocasión más daño será en los países que están en vías de desarrollo y que dependen de la ayuda de los donantes. “La crisis sin duda tendrá un impacto sobre la salud en los países en desarrollo, con unos efectos inmediatos como el menor gasto privado en salud y presupuestos más restrictivos que limitarán los gastos de salud pública”, explica Richard Newfarmer, representante especial de Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio. Pero si existe un condicionante para el bienestar de los países en desarrollo está en las donaciones. Como ejemplo, en estados como Etiopía y Ruanda la aportación de los donantes contribuye al 50 por ciento del gasto público y de la totalidad de la inversión destinada a la salud. Newfarmer aporta más datos, en los que se pone de manifiesto que 23 países tenían más del 30 por ciento del total del gasto sanitario financiado pro fuentes externas en el año 2006.

La OMS no oculta que la asistencia oficial para el desarrollo destinada a la salud tiene a disminuir en tiempos de crisis. No obstante, este caso cambia después de que dirigentes de países desarrollados y en desarrollo y las instituciones financieras hayan asumido el compromiso público y político en el ámbito de la salud y el desarrollo. Los países de la OCDE y la Unión Europea han hecho promesas de no recortar la ayuda.

En esa línea, el Banco Mundial destaca la necesidad de velar para que el gasto sanitario esté orientado a los pobres, pues “la experiencia demuestra que los beneficios del gasto en salud, de otro modo, pueden ser absorbidos por los hogares más favorecidos”.

CCOO ha llegado a la conclusión de que las enfermedades laborales se incrementan en aquéllos que han conservado su puesto de trabajo tras un ERE

Pero, de todos modos, los estados no se quedan de brazos cruzados pensando que esta inversión de los donantes es suficiente para mantener las inversiones en salud en los países en vías de desarrollo. Al contrario, son conscientes de la importancia de fijar una financiación previsible y flexible. En ese sentido, se constituyó hace ya varios meses un ente llamado Grupo Especial de Alto Nivel sobre Formas Innovadoras de Financiación de los Sistemas de Salud, cuyo cometido prioritario es el de explorar nuevas fuentes de financiación de la salud en los países en desarrollo. Por último, abogan por una Alianza Sanitaria Internacional para promover la eficacia de la ayuda y los programas de acción en el sector sanitario.

La crisis, causa de mortalidad
La promesa de los donantes de mantener las inversiones no oculta que la crisis pone en riesgo a estos países y, en especial, a madres y bebés, que son poblaciones vulnerables. “Las mujeres y los niños pequeños están entre los primeros en verse afectados por el deterioro de las circunstancias financieras y la disponibilidad de alimentos”, remarca Chan. Pero estos serán los primeros en sufrir las consecuencias de una crisis que, por lo general y según los casos estudiados, puede contribuir a un aumento de la mortalidad. La experta González López-Valcárcel señala como el ejemplo más claro Rusia, donde “la mortalidad estandarizada por edad aumentó un 30 por ciento de 1990 a 1994, especialmente la de varones en edad laboral”, que sufrían casos de alcoholismo o malnutrición, entre otras patologías. Tales fueron las consecuencias de la caída del comunismo que la esperanza de vida de los hombres en Rusia cayó de 64 a 58 años en este corto espacio de tiempo.

En cualquier caso, López-Valcarcel coincide con la OMS en que todavía es pronto para diagnosticar un posible incremento de la mortabilidad como consecuencia de la crisis firnanciera. De hecho, aclaró que los datos sobre los cambios de mortalidad en tiempos de crisis son escasos y, a veces, contradictorios. Mientras que hay casos como Perú o Tailandia, que han sufrido más muertes en tiempos de mala coyuntura económica, e los Estados Unidos o en Europa se observan hechos sorprendentes, como que se reduzca la tasa de mortalidad. La razón en la que se escudan los organismos internacionales es que esto venga derivado de otras causas, como el menor consumo de tabaco y alcohol ante la falta de dinero para su adquisición, el menor uso del coche al no tener que trasladarse al lugar de trabajo o el mayor tiempo disponible para el cuidado de los niños.


El Observatorio de Salud Mental es una herramienta que surgía en un momento económico en el que es importante extremar
la vigilancia sobre estas enfermedades

Una oportunidad para la cobertura universal
La crisis económica nunca acarrea noticias positivas para nadie, pero sí que hace que se plantee una reforma de las políticas de salud mundiales. La OMS indica que la necesidad de una mayor eficiencia del gasto sanitario puede facilitar la introducción de formas de trabajar nuevas. Un gran ejemplo de esta tendencia es EEUU, que ve en esta coyuntura económica “una oportunidad” para cambiar su sistema de salud. El actual presidente de EEUU, Barack Obama, planteó desde su llegada a la Casa Blanca una reforma con la que quiere implantar la cobertura sanitaria universal.

“La Atención Primaria de salud y su objetivo de avanzar hacia la cobertura universal siguen siendo elementos apremiantes en las políticas sanitarias en tiempos de crisis”, señalan los dirigentes de la Organización Mundial de la Salud, que consideran que estas etapas, más que ser un escollo para avanzar, supone un estímulo para iniciar la reforma, que debe partir de una serie de premisas como la equidad, la solidaridad o el género, así como la posibilidad de disponer de los recursos suficientes para su puesta en marcha.

Ante la situación mundial, la propia directora de la OMS, la Dra. Chan, ha advertido de la posibilidad de que los Estados se vean obligados a disminuir las inversiones en salud

En esta visión se encuentra España. El hasta hace pocos días ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, insistió en que la crisis era una oportunidad y destacó el papel relevante que está jugando el Sistema Nacional de Salud (SNS) en estos meses con acciones como, por ejemplo, la creación de 40.000 puestos de trabajo generados en el sector de la salud, al contrario que otros sectores productivos, en el que se ha destruido empleo. Por ello, insistió en que el SNS genera riqueza en ámbitos como la industria farmacéutica, el biotecnológico y el de las tecnologías médicas, entre otras materias.

Tanto los efectos y consecuencias de la crisis están dibujados sobre el papel, así como las salidas que tienen los sistemas de salud para salir airosos de una situación inédita para el mundo. Pero la verdad es que la incertidumbre de la crisis hace que toda política llevada a cabo esté cogida con alfileres. Por eso, además de los retos que se ha marcado tanto la OMS como otros organismo internacionales, al final todo pasa por que los países realicen evaluaciones rápidas e tengan un intercambio de experiencias y mecanismos de trabajo eficaces para que la Sanidad mundial salga indemne.

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VER TAMBIÉN: En este mismo BLOG: desde la crisis financiera a la crisis sanitaria.-


Observatorio
Evitar el paso de la crisis financiera a la sanitaria
10 Abril 2009 · Alberto Vivar

La actual situación económica mundial ha generado un nuevo reto: impedir que se desencadene también una aguda crisis sanitaria. Evitarlo es en estos momentos el objetivo de la OMS, que acaba de hacer público un nuevo informe sobre el impacto de la situación económica en la salud mundial. El trabajo fue presentado en una reciente reunión celebrada en Ginebra y tiene 3 puntos clave: fomentar la toma de conciencia sobre los mecanismos que a consecuencia de la crisis pueden incidir en el gasto sanitario; defender la necesidad de mantener las inversiones en salud y determinar medidas que, desde el punto de vista sanitario, ayuden a mitigar el impacto negativo de la hecatombe financiera.

Durante este encuentro, se anunció, además, que los países de la Región de Europa de la OMS se van a reunir el próximo mes de abril en Oslo (Noruega) para debatir en torno al impacto de la crisis financiera en la salud de la población. Los Estados miembros están de acuerdo en que el mundo está en cierta medida mejor preparado que en los años 80 para afrontar una crisis de esta envergadura, pero temen una característica fundamental de ésta, “la velocidad a la que evoluciona y la consiguiente incertidumbre a la que se enfrentan los planificadores de las políticas”.

Por esta razón, y aunque reconocen la necesidad de adoptar medidas a corto plazo que aminoren las consecuencias negativas de la crisis, también se mostraron de acuerdo en la adopción de una perspectiva a más largo plazo que permita al sector sanitario adaptarse mejor al futuro. Es por ello que las estrategias encaminadas a mitigar el impacto de la crisis financiera deben verse también como “oportunidades para la reforma”, sobre todo en cuanto a la manera en que se financian y organizan los servicios.

Como resumen de la reunión se han marcado 5 esferas de actuación para velar porque el sector sanitario salga de la crisis en las mejores condiciones:

-Liderazgo: los dirigentes sanitarios deben estar dispuestos a hablar de forma clara e inequívoca, basándose en datos sólidos para abogar por la salud en tiempos de crisis.

-Seguimiento y análisis: El análisis específico de cada Estado será indispensable para orientar las políticas y para evaluar el impacto potencial en distintas poblaciones e instituciones.

-Gasto público a favor de los pobres y de la salud: El reto consiste en asegurar que parte del gasto se destine realmente a los más desfavorecidos, y que, en la medida de lo posible, tenga un efecto positivo en la salud.

-Políticas para el sector sanitario: Centrarse en la atención primaria porque ofrece un enfoque global de las políticas en tiempos de crisis financiera, al estar sustentada en valores como la equidad, la solidaridad y la integración.

-Nuevas formas de trabajar en la salud internacional: El avance dependerá en buena parte de las medidas que se adopten en los niveles mundial, regional y nacional. La OMS también se compromete a aumentar su propia eficacia


SALUD EQUITATIVA desea expresar lo que sigue a continuación: durante muchos años he estudiado las variables que afectan a la salud pública en nuestro país (Argentina), así como en los países con economías sustentables. Muchos de dichos trabajos dan vueltas por el mundo mediante internet o impresos y son motivo de consulta de aquello que no se debe hacer si se pretende asumir una política pública seria en la materia salud. Durante muchos años (>10) he escrito en la REVISTA MÉDICOS, MEDICINA GLOBAL (www.revistamedicos.com.ar) desde cuyas páginas he expresado mis ideas y convicciones sobre el particular... Durante los últimos dos años me he dedicado a evaluar las falencias del modelo americano comparándolas con otros sistemas y últimamente mi objetivo se había centrado en abordar los equilibrios y los desequilibrios en salud entre los modelos de Estados Unidos de Norteamérica respecto de los Europa, pero las circunstancias de público dominio me han obligado a realizar un abrupto corte a efectos de tratar la gravedad de la crisis que transita el mundo y por ende la salud de la población marginada, aislada, empobrecida, e incluso de los que aún permanecen incluidos.

Ha sucedido que aquello que se vaticinaba desde distintos sectores, finalmente acaeció… errores acumulados durante la gestión política y económica del primer mundo durante los años noventa y el inicio del nuevo siglo han dado como consecuencia la crisis económica que ha estallado al modo de una olla a presión, con nosotros dentro.

Por estas horas nadie que esté en su sano juicio podrá omitir la gravedad de la coyuntura expresada en empresas en crisis extrema, desempleo, temibles desequilibrios financieros, quiebras de entidades bancarias, pérdida de fuentes laborales, pérdida de hogares a manos de instituciones que han manipulado hipotecas a efectos de desmerecer los esfuerzos ajenos… todo ello multiplicado por cientos de miles de casos, que dan como consecuencia directa millones de personas caídas de un sistema indudablemente inequitativo y perverso.

La circunstancia impone reflexión, moderación, concertación, adaptabilidad, factores imprescindibles para crear un nuevo modelo social y financiero para un mundo en crisis severísima. No obstante ello, se observan carencias políticas suficientes como para pretender sostener el modelo caduco pre-existente a cualquier precio. Léase, los miles de trillones que se pretenden volcar al embudo para salvar lo insalvable no traerá otra cosa que más caos, acrecentando la crisis e instalando por lapsos prolongados. No hay que ser un genio de las matemáticas ni otro de la física para asumir con criterio que cuando un sistema pierde dramáticamente su punto de equilibrio (desplazamiento por fuera del modelo) no hay regreso…

No obstante ello, parece que el virtualismo impuesto en el mundo no habilita a asumir que el problema ya no son las empresas, tampoco los bancos, insalvables por cierto porque se ven sometidos a variables que nadie tuvo la valentía de describir y enseñar, mucho menos prever en modelos de simulación con variables manipuladas para que todo apareciese “lindo” en los power point. Ciertamente, el problema lo constituyen las personas, las gentes que ayer, hoy o mañana se verán (nos veremos) golpeados frontal o tangencialmente, padeciendo las consecuencias de un sistema económico aberrante que fue diseñado para generar exclusión sin vislumbrar que un día alcanzaría a sus propios mentores.

Hoy por hoy no tiene caso salvar a empresas automotrices en un mundo donde las mayorías no tienen suficiente o ningún alimento, agua, servicios esenciales, salud ni educación. Esto que otrora mostraba focos aislados se ha transformado en constante, mal que nos pese.

Los genios de la economía que imponían “recetas” a países como el nuestro han puesto de manifiesto de manera fehaciente sus errores de apreciación, sus fallas a la hora de establecer métodos y sus incapacidades a la hora de gestionar. Pero la cuestión no concluye allí ya que el daño hecho es de tal magnitud que no se limita una mera cuestión económica.

En efecto, las “recetas” de muchos organismos internacionales que participan de la planificación en políticas sanitarias, no ha sido mejor… por el contrario, demuestran adolecer de las mismas y penosas deficiencias. Las entelequias de la comodidad de los escritorios han demostrado no ser funcionalmente propicias para abordar las realidades y mucho menos operativamente eficientes, por ende ineficaces…

Las personas (sociedades incluidas) en condiciones óptimas de salud son cada vez menos, aún cuando no lo queramos aceptar. Hoy, la CRISIS GLOBAL se traduce como RIESGO HUMANITARIO y esto debiera llamar a la reflexión a los gobiernos, a sus funcionarios políticos y a los técnicos, asumiendo que una revisión de urgencia se hace necesaria.

Cabría preguntarse aquí cuántos errores de apreciación se han acumulado en la obviedad de despreciar políticas públicas imprescindibles para atender demandas genuinas que al verse transferidas y desplazadas se han convertido en un tsunami de “demandas contenidas” que amenazan gravemente a los sistemas asistenciales que transitan sus respectivas gestiones con recursos ultra-limitados por decisiones políticas carentes de sentido común.

Esto se traduce de manera ciertamente simple: para que los números queden en negro (“bonitos”) en los libros contables se sacrifican las necesidades de los muchos. Demencial, sin duda alguna.

Los ejemplos de la gravedad de las consecuencias de inadecuadas observaciones y peores planificaciones afloran a modo de las burbujas del agua hirviendo, por todos lados, estallando en las narices de aquellos que supieron expresar sus soberbias académicas defendiendo lo que a todas luces era indefendible.

Ahora bien, los modelos del seguro social en todo el mundo se sustentaban con aportes personales y patronales administrados a través de instituciones sindicales o sus entidades sociales que ahora se ven afectados por el brutal impacto de la ausencia de aportes suficientes… ¿qué pasará con estos modelos?... no hace falta ser genio de lámpara para vislumbrar un pronto ocaso y un mayor daño social.

Luego de ello la pregunta que se impone es: ¿qué será de la suerte de las personas que se vayan cayendo del sistema?... esencialmente, ¿qué será de su salud?... la clase política del grupo del G-20 ha asumido con ingenuidad sorprendente que la solución está en nacionalizar, y volcar papeles con forma de dineros en una tolva sin fin.

La única solución prudente es reconstruir la SALUD PÚBLICA en todo el orbe, estructurada en base a demandas ciertas y como consecuencia de ello, fundada en presupuestos genuinos, para poder brindar una cobertura que asegure que aquello que está ocurriendo en el mundo puede o podrá ser evitado. ¿A qué me refiero?...

Desde hace algunos años (2003) se comenzó a hacer evidente que el perfil infectológico del planeta que habitamos (único, por otra parte) se estaba modificando progresiva pero dramáticamente. La aparición de la gripe aviaria (SARS) entre otras novedades puso en alerta al sistema sanitario a través de denuncias emanadas desde distintos centros científicos y académicos, incluyendo en ellos a la Organización Mundial de la Salud.

La movilización fue significativa y bien puede ser calificada como “responsable” ya que atinó a informar en primera instancia y formar a medida que avanzaba el conocimiento de las alteraciones detectadas y las que iban surgiendo.

Como consecuencia de la movilización científica algunos de estos problemas comenzaron a circunscribirse sin poder definirse ninguna de las situaciones como “efectivamente controladas” pero sí bajo un criterio de seguimiento que una vez más podría tenerse como “responsable”, aunque muchas veces fuera de la consideración de las políticas públicas (hablo del mundo, no de Argentina).

Los motivos de la aparición de nuevas, extrañas mutaciones y virulentas cepas no son del todo conocidos en especial en lo que respecta a sus fuentes, pero aún cuando sea un secreto a voces no escapa a los medios científicos que algo tiene que ver el cambio climático (quizás mucho) y un poco (quizás mucho) la manipulación genética de virus y bacterias en pos del demencialismo de la guerra bacteriológica, de hecho impracticable si queda un dejo de sentido común a los que se dicen responsables… tengan el color de bandera que sea.

La cuestión, llegado este punto es que la SALUD de los marginados (muchísimos) no es distinta ni tampoco aislable de aquellos otros que no lo son (pocos, cada vez menos). Amerita entonces asumir que las enfermedades que se están propagando rápidamente por un mundo donde no quedan fronteras demanda un nuevo ejercicio de gestión pública, cierto pero esencialmente eficiente de cara al futuro.

Atender a unos pocos en desmedro de los muchos ha demostrado no ser útil al conjunto ya que los pocos se ven afectados de manera semejante a los muchos… en este contexto pretender salvaguardar los intereses de las corporaciones no aparece como muy conveniente. Pero esto, que muchos creen que pasará como una simple tormenta, ha venido para instalarse hasta licuar el sistema que le dio origen. Quién crea lo contrario, está equivocado.- Víctor Norberto Cerasale MBA R&D / 2009-04-10
Copyright by Cerasale, 2009. Derechos reservados. Exclusiva para Revista Médicos, Medicina Global. Prohibida su reproducción sin permiso escrito del autor.-

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