Expertos internacionales defienden la seguridad de los edulcorantes bajos en calorías
Silvia C.Carpallo
La Asociación Internacional de Edulcorantes reúne a diversos expertos internacionales en Bruselas para crear un debate científico sobre la seguridad en la salud de los edulcorantes bajos en calorías, como el aspartamo o la sacarina. Según los estudios científicos presentados, en su mayoría realizados en animales, estos aditivos son seguros y resultan una ayuda eficaz en el control del peso y en la prevención de la obesidad
Bruselas (25-5-11).- Los alimentos light y bajos en calorías inundan el mercado, y diabéticos, y gente que necesita hacer un control más estricto de su dieta se decanta por sustitutivos de alimentos altos en azúcares que han pasado a utilizar edulcorantes bajos en calorías como el aspartamo o la sacarina. Todo ello ha despertado una amplía polémica sobre si estos aditivos resultan o no dañinos para la salud de sus consumidores.
Con este motivo, la Asociación Internacional de Edulcorantes realizó la pasada semana una jornada en Bruselas, en la que diversos expertos europeos y estadounidenses se reunieron con la intención de demostrar que los edulcorantes bajos en calorías son seguros, según pruebas en estudios con animales, y que además pueden llegar a resultar una ayuda eficaz y segura para controlar el peso. Acudían a este encuentro, grandes empresas internacionales nutricionales, como Coca-Cola, de la que asistían representantes de gran parte de sus sedes europeas. Dirigía las conferencias el presentador y escritor culinario de la BBC Stefan Gates, que declaraba que “hay muchos engaños y datos erróneos sobre los Números E que, aunque se desmientan, siguen causando temor, lo que no es bueno, todos tenemos necesitamos conocer mejor la ciencia nutricional y alimentaria”.
Especial atención tenía la ponencia de Andrew Renwick, profesor emérito de la Universidad de Southampton en Reino Unido, que se centraba en los aspectos más técnicos y científicos sobre la influencia del consumo de edulcorantes bajos en calorías en la salud de las personas. Renwick afirmaba que “la seguridad de todos los aditivos alimentarios, incluidos los edulcorantes bajos en calorías, es evaluada por una serie de ensayos in vitro e in vivo, en animales y en humanos, generalmente de forma más limitada”. Estos estudios, según apuntaba el experto “abordan una amplia gama de puntos y pasan por una serie de criterios reconocidos internacionalmente, antes de que los datos puedan ser aceptados”.
Entre las conclusiones de estos estudios, había algunas como que en todos los casos la ingesta media de edulcorantes, en todos los grupos, incluyendo niños y diabéticos, estaba muy por debajo al valor correspondiente de Ingesta Diaria Aceptable (IDA). Especial referencia se hacía durante toda la jornada al aspartamo, un edulcorante no calórico que ha sido objeto de controversia en cuanto a su seguridad desde su aprobación inicial por la FDA. Sobre el mismo explicaban que es el aditivo nutricional sobre el que más estudios se han realizado.
En resumen, a la pregunta de Andrew Renwick sobre “¿por qué podemos tener confianza en que los edulcorantes bajos en calorías son seguros?”, él mismo se contestaba que “porque de la obligación de disponer de datos adecuados sobre la dosis-respuesta, sabemos que el nivel de ingesta diaria que no produce efectos biológicos en los animales”.
Concluía de forma similar el periodista Trevor Butterworth, colaborador habitual de The Financial Times y The Wall Street Journal, que argumentaba, con respecto a la imagen pública de los edulcorantes bajos en calorías, que “ha sido víctima de la pseudociencia, los datos científicos estudiados y los resultados de análisis expertos e independientes muestran una y otra vez que no hay pruebas de riesgo para la salud”.
Ayuda en el control de la obesidad
Otra de las grandes conclusiones de este encuentro es que no es necesario suprimir el deseo de comer alimentos dulces, sino que basta con administrar correctamente su ingesta. Incidía en esta cuestión Tommy Visscher, experto holandés en obesidad, que repasaba los datos obtenidos en las investigaciones sobre la relación entre el equilibrio energético y el peso corporal. Esos datos revelan que una ligera disminución del peso corporal puede tener beneficios notables en las enfermedades relacionadas con la obesidad. Concretamente, según afirmaba Visscher, “se puede reducir hasta en un 58 por ciento el riesgo de diabetes con solo 3 Kg menos”.
Con datos tan reveladores como estos el experto abogaba por realizar una promoción de la salud frente al marketing de la “fast food”, con especial incidencia en la infancia, donde cada vez aumentan más los porcentajes de obesidad, “esta generación es ya más obesa que pasadas generaciones”. Según Visscher existe una relación directa entre la obesidad y el nivel de educación, de manera incluso más visible entre las mujeres, por ello hay que educar en prevención desde las primeras edades. Esta idea también aboga por un beneficio a los propios sistemas sanitarios, ya que la obesidad supone un gran gasto, más incluso que otro tipo de patologías, ya que se relaciona con enfermedades como la diabetes, de alto coste económico para el sistema.
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