Nace HypertensionCare, una plataforma para el abordaje de la hipertensión arterial
Javier Granda Revilla
Impulsada por Daiichi-Sankyo, ha sido presentada en Praga, en el marco de un encuentro científico que ha reunido a médicos y representantes de la prensa sanitaria de toda Europa
Praga (25-5-11).- La plataforma HypertensionCare, una herramienta para profesionales sanitarios que incluye productos, servicios y conocimiento para la personalizar el tratamiento y lograr así los objetivos de presión arterial propuestos, ha sido presentada en la capital checa, en el marco de un encuentro científico que ha reunido a médicos y representantes de la prensa sanitaria de toda Europa.
Además de información sobre los diferentes fármacos basados en olmesartán, la plataforma -impulsada por Daiichi-Sankyo- cuenta con materiales formativos como el Programa de Educación Médica sobre Microalbuminuria (MAU), una iniciativa europea que tiene como meta promover la detección de este marcador de enfermedad renal, uno de los principales predictores de daño orgánico relacionado con hipertensión, previniendo sus riesgos.
Otra iniciativa destacada es el programa SHARE, siglas en inglés de Apoyo a la concienciación e investigación sobre hipertensión en Europa, que tiene como objetivo compartir las mejores prácticas, promoviendo el conocimiento sobre los retos que los profesionales sanitarios afrontan en el tratamiento de esta enfermedad y las razones por las que eligen una u otra terapia. Además, se han puesto en marcha diferentes actividades a nivel local.
Como recordó en el acto de presentación de la plataforma el profesor Krzyszof Narkiewicz, de la Universidad Médica de Gdansk (Polonia), “pese a que uno de cada tres adultos en el mundo tiene hipertensión, no se le reconoce su gravedad a este enfermedad, que puede causar infarto, fallo renal o ictus. La presión arterial elevada causa daño en órganos vitales como corazón y cerebro, en los vasos sanguineos y en el riñón”.
Las cifras de los estudios epidemiológicos muestran que el 35 por ciento de las muertes en Europa se debe a la hipertensión, lo que la convierte en la primera causa de muerte, con 4,3 millones al año. “Una cifra que dobla a la del cáncer”, añadió el experto.
Abordaje específico
Para el profesor Alejandro de la Sierra, de la Universidad de Barcelona, una de las mayores dificultades en este campo es que la hipertensión arterial no es una enfermedad “en el sentido clásico”, ya que no sigue el modelo de causa que lleva a síntoma y de ahí al tratamiento y a la cura. “Es una enfermedad asintomática y grave, pero el paciente no la sufre en su vida cotidiana. Además, es crónica, por lo que se necesita tratamiento a largo plazo. También debe aumentar la concienciación, conociendo lo que supone el riesgo y, en este sentido, los médicos y profesionales sanitarios juegan un papel clave en el diagnóstico y manejo de la enfermedad”, opinó.
El doctor de la Sierra recordó los datos de una encuesta europea que señalaba que el 35 por ciento de los entrevistados no sabían que la presión sanguínea elevada es un factor de riesgo de enfermedad cardíaca y apenas el 9 por ciento de los que tenían factores de riesgo creían tener la posibilidad de desarrollar enfermedad cardíaca.
Otro aspecto relevante es la dificultad de confiar en las mediciones de presión arterial realizadas en consulta. Los motivos son diversos: la poca fiabilidad de las lecturas únicas, la variación natural de la presión arterial en 24 horas, el denominado "efecto bata blanca", el hecho de que la presión pueda disminuir en consulta por problemas de sueño o estrés o el tamaño de la circunferencia del brazo, entre otros.
“Un punto clave es la reacción del paciente al diagnóstico, porque se siente sano. La enfermedad también aumenta el absentismo laboral y puede hacer que se adopte un papel de enfermo, con deterioro de la vida marital y doméstica”, advirtió.
Barreras para el éxito del tratamiento
Por su parte, el profesor Michel Burnier, del Centre Hospitalier Universitaire Vaudois de Lausana (Suiza), recalcó que la hipertensión es una enfermedad “tratable, pero no curable”, con numerosas barreras que impiden el éxito del tratamiento, relacionadas con la terapia, el sistema sanitario o el paciente.
De nuevo, el profesional sanitario juega un papel importante, ya que no debe dejarse llevar por la inercia clínica, debe potenciar la comunicación y aumentar la concienciación. “La actitud del paciente es crucial y, al tratarse de una enfermedad crónica, el automanejo es muy importante, junto a la adherencia y su comportamiento hacia el tratamiento y grado de cumplimiento, ya que puede mejorar si entiende los beneficios del citado tratamiento y cómo manejar los efectos adversos”, concluyó.
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martes, 24 de mayo de 2011
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