Alerta en Chile por la posible extensión de un virus que ha matado a 11 personas

Varios incendios amenazan con extender el roedor que transmite el patógeno a zonas pobladas

Se quiere proteger a la población del humo que cubre Santiago, Valparaíso, Maule y la Araucanía

AGENCIAS Santiago de Chile 9 ENE 2014 - 11:18 CET

Una nube de humo cubre Santiago de Chile por incendios forestales / EFE

El Gobierno de Chile ha decretado la alerta sanitaria en cuatro zonas del país, incluida la región metropolitana de Santiago, debido a la situación generada por los incendios forestales, cuyas lenguas de humo volvieron a cubrir la capital chilena, de 6,2 millones de habitantes. A ello se suma el riesgo de que cientos de roedores se desplacen hacia zonas pobladas y generen la expansión del virus Hanta, que hasta ahora ha causado la muerte de 11 personas.

La medida se extiende a la región metropolitana de Santiago, de Valparaíso, del Maule y La Araucanía, estas dos últimas en el sur de Chile. El presidente, Sebastián Piñera, ha explicado que la iniciativa, de carácter preventivo, brinda mayores facultades y recursos a la cartera de Salud, que podrían incluir la restricción de vehículos y la paralización de fuentes fijas y móviles que contaminan la ciudad. "Quiero dar una señal de calma a la gente. Hoy tenemos prácticamente duplicada nuestra capacidad de enfrentar incendios forestales", ha añadido Piñera.

La Corporación Nacional Forestal (Conaf) ha informado de que las columnas de humo que cubren Santiago, provienen de al menos dos de los cuatro grandes incendios que afectan al sector costero de Constitución, a unos 500 kilómetros al suroeste de Santiago, y por otros tres siniestros que han estallado en sectores aledaños de esta ciudad.

La capital de Chile ya había sufrido un fenómeno similar el pasado fin de semana debido a un incendio de gran magnitud que se originó en la ciudad de Melipilla, situada a unos 60 kilómetros al suroeste de Santiago, y que incluso cortó una de las autopistas que la unen con el sector costero. En los últimos días, los incendios han consumido más de 30.000 hectáreas de bosques y pastizales, muchos de ellos, según el Gobierno, provocados intencionalmente.