"No hay hospitales adecuados para atender a tanta facultad"

El presidente de los decanos urge la renovación del profesorado clínico. La oportunidad de revisar los planes docentes, principal activo de Bolonia.

F. Goiri. Madrid | fjgoiri@diariomedico.com | 20/01/2014 00:00

Coincidiendo con el cuestionario que DM ha remitido a los decanos, el órgano que les agrupa, la Conferencia Nacional de Decanos, y el Consejo de Estudiantes de Medicina, arropados por el Foro de la Profesión (del que ambos forman parte), han presentado un duro informe contra la proliferación de facultades y exigiendo el mantenimiento del numerus clausus. Las quejas de Ricardo Rigual, presidente de la Conferencia y decano de la Facultad de Valladolid, son un compendio de ese informe y, en esencia, coinciden con el diagnóstico de buena parte de sus colegas.

"No es sólo que en la última década hayamos pasado de 28 a 40 facultades, es que, además, hay varias con planes de estudio verificados (Baleares, Jaén, Almería y Huelva) que ya se plantean abrir nuevos centros; otras, como la Antonio de Nebrija, que están en trámites de verificación, y otro grupo (Católica y Mare Nostrum, en Alicante, y Universidad de Vic, en Cataluña) que tienen como objetivo impartir el grado de Medicina", resume Rigual. El presidente de los decanos argumenta que el numerus clausus es imperativo en una titulación que obliga a mantener un equilibrio entre plazas de grado y posgrado, "es decir, una titulación donde el grado y la etapa MIR se deben considerar unitariamente para evitar una bolsa de egresados sin posibilidad de acceder al mercado de trabajo".

Falta homogeneidad
El exceso de centros y alumnos tiene, según Rigual, un reflejo directo en otra pata clave de la docencia: el hospital universitario: "De hecho, no disponemos ya de hospitales con las necesarias características docentes, asistenciales y de investigación para atender a tantas facultades, lo que genera interferencias entre los centros existentes que van en detrimento de la calidad formativa de los médicos".

Entre las ventajas de Bolonia, Rigual coincide con la mayoría de los decanos en que ha permitido revisar los programas educativos y ha dado mayor peso al alumno, fomentando el autoaprendizaje. Por contra, "se ha perdido homogeneidad entre las facultades, las asignaturas básicas se han visto encorsetadas por normas generales de otros grados sanitarios y las dificultades presupuestarias han afectado a recursos, instalaciones y profesorado". Precisamente, la renovación de profesores en algunas disciplinas es, según Rigual, un imperativo ineludible.