PROYECTO EUROPEO 'EU-CARE'
La rehabilitación cardiaca, la medida más coste-efectiva tras un proceso coronario agudo
El Complejo Hospitalario de Santiago (CHUS) es el único centro español que participa en el proyecto europeo EU-CaRE, que tiene por fin impulsar programas de rehabilitación cardiaca en mayores de 65 años.
María R. Lagoa. Vigo | 11/12/2015 14:44
Como en todos los ámbitos de la medicina, la tecnología ha suscitado una enorme fascinación en el área de la Cardiología. Sin embargo, la organización de los procesos clínicos tiene también una enorme relevancia. De hecho, hay evidencia irrefutable de que los programas de rehabilitación cardiaca y prevención secundaria constituyen la medida más coste-efectiva tras un evento agudo del corazón tanto en la reducción de la mortalidad como en la mejora de la calidad de vida de los pacientes y la disminución de los costes sanitarios, según ha subrayado el jefe del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), José Ramón González Juanatey, esta mañana durante la presentación del proyecto europeoEU-CaRE, cuyo objetivo es precisamente servir de palanca para generalizar este tipo de acciones y buscar el mejor protocolo para enfermos de más de 65 años.
En esta estrategia la telemedicina se perfila como un instrumento clave para la obtención de la información por parte del profesional y en la orientación dirigida al paciente. Por lo mismo, es parte esencial del proyecto y es el ámbito en el que se centra el CHUS, único centro español que participa. Los pacientes de la gerencia compostelana de más de 65 años que han sufrido un síndrome coronario agudo son monitorizados durante el ejercicio físico y se les mide la frecuencia cardiaca durante la actividad mediante dispositivos móviles. "Queremos ver cuáles son los sistemas inteligentes que proporcionan más ayuda", explica González Juanatey.
El EU-CaRE se fija en los enfermos de más de 65 años, pero el experto español abre el abanico a personas de cualquier edad que hayan sufrido un infarto, un proceso de insuficiencia cardiaca o hayan sido sometidos a una cirugía cardiaca.
Tras un infarto de miocarido, por ejemplo, del 8 al 10 por ciento de los pacientes tienen otro evento cardiovascular durante el primer año y la mortalidad tras el alta sigue siendo mucho más elevada que en la población general. Se considera que es primordial el control de los factores de riesgo. Estos programas de rehabilitación cardiaca y prevención secundaria son transversales, participan profesionales sanitarios de los dos niveles asistenciales, los pacientes y sus familias; a través de ellos, el paciente adquiere el conocimiento, las competencias y las habilidades para manejar su enfermedad, cambiando hábitos de vida (el ejercicio es básico), cumplimentando la medicación y previniendo descompensaciones; son acciones que influyen sobre la condición física, psíquica y social del paciente, que se convierten incluso en un vehículo de buena conducta sanitaria para su entorno.
La rehabilitación tiene tres fases (hospitalaria, extrahospitalaria y autogestión) y se prolonga hasta que el paciente adquiere un grado adecuado de autonomía.
"Es una prioridad absoluta para las áreas de cardiología", ha dicho González Juanatey. Pero se ha desarrollado poco en nuestro país. El jefe del Servicio de Cardiología del CHUS, que hasta hace poco tiempo fue presidente de la Sociedad Española de Cardiología, ha matizado que en los últimos años se ha multiplicado por tres pero admite que aún hay mucho margen para crecer; son muchos los hospitales de tercer nivel que no tienen implantados estos programas.
Siete países, ocho centros y 1.760 pacientes
El proyecto europeo EU-CaRE forma parte del programa Horizonte 2020 y tiene un presupuesto de 6,5 millones de euros. Participan siete países, ocho centros y un total de 1.760 pacientes de más de 65 años. Cada hospital reclutará del orden de 220 pacientes. Ha comenzado a desarrollarse este año y finalizará dentro de tres. Santiago ya ha incluido a 108 enfermos.
Se compararán y mejorarán los distintos modelos de rehabilitación cardiaca que se aplican para dilucidar cuál es la mejor fórmula. Paralelamente, se hará un estudio médico-económico que permitirá conocer los costes de la atención sanitaria en este grupo de pacientes.
El proyecto europeo EU-CaRE forma parte del programa Horizonte 2020 y tiene un presupuesto de 6,5 millones de euros. Participan siete países, ocho centros y un total de 1.760 pacientes de más de 65 años. Cada hospital reclutará del orden de 220 pacientes. Ha comenzado a desarrollarse este año y finalizará dentro de tres. Santiago ya ha incluido a 108 enfermos.
Se compararán y mejorarán los distintos modelos de rehabilitación cardiaca que se aplican para dilucidar cuál es la mejor fórmula. Paralelamente, se hará un estudio médico-económico que permitirá conocer los costes de la atención sanitaria en este grupo de pacientes.
Otro objetivo es el análisis de las nuevas tecnologías en un estudio randomizado. En Santiago se les ofrece a los pacientes la posibilidad de telemonitorizar el ejercicio físico que practican en su entorno pautado por los profesionales del hospital mediante un smartphone preparado para ejercer de herramienta de entrenamiento para el paciente. Este dispositivo va acompañado de una banda polar con pulsómetro y se comunica a través de bluetooth.
El interfaz del smartphone es muy sencillo, lo que facilita que el paciente seleccione la actividad que va a realizar de entre varias opciones: caminar, correr, actividades domésticas, jardinería, bicicleta, etc. Un botón de iniciar/detener permite grabar la duración de su actividad así como el registro de su frecuencia cardiaca gracias a la banda polar. Al finalizar el entrenamiento, el paciente marca la intensidad del ejercicio ayudado por una escala de color entre rojo muy intenso y verde poco intenso.
Las sesiones de ejercicio son monitorizadas en el hospital por el equipo de cardiología. Los profesionales pueden acceder al historial de actividad de cada enfermo en la página web habilitada sólo para ellos. Así, los responsables del paciente pueden comprobar si está realizando el ejercicio pautado y si la frecuencia cardiaca es la adecuada, pudiendo llamarle para orientarle.
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