sábado, 12 de diciembre de 2015

Los niños más pobres son casi tres veces más propensos a ser obesos - DiarioMedico.com

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LA MEDICIONES SE REALIZARON CUANDO LOS NIÑOS TENÍAN 5 Y 11 AÑOS DE EDAD

Los niños más pobres son casi tres veces más propensos a ser obesos

Una investigación, realizada por la University College of London y la London School of Economics, en Reino Unido, que se publica hoy en European Journal of Public Health ha demostrado que los niños más pobres son casi tres veces más proclives a padecer sobrepeso. El estudio ha empleado datos del Estudio de la Cohorte del Milenio.
Europa Press. Madrid   |  11/12/2015 10:59
 
 

Un nuevo estudio, realizado por investigadores de University College of London y la London School of Economics, en Reino Unido, que se publica hoy en European Journal of Public Health, ha mostrado que los niños más pobres son casi tres veces más propensos a ser obesos. Los autores de esta investigación utilizaron datos del Estudio de la Cohorte del Milenio (MCS, por sus siglas en inglés), que sigue a cerca de 20.000 familias de Reino Unido. El estudio utilizó mediciones hechas cuando los niños tenían 5 años y 11 años.
El vínculo entre la pobreza relativa y la obesidad infantil fue importante. A los 5 años de edad, los niños pobres eran casi dos veces más proclives a padecer sobrepeso en comparación con sus compañeros más pudientes y el 6,6 por ciento de los menores de familias en el quintil más pobre de la muestra era obeso, frente al 3,5 por ciento del quintil más rico de la muestra.
A los 11 años de edad, la brecha se amplió casi triplicándose: hasta el 7,9 por ciento del quintil más pobre son obesos, mientras que en el lado opuesto, la tasa es del 2,9 por ciento, según los resultados del estudio. Para saber por qué sucede esta diferencia, los investigadores examinaron muchos aspectos de comportamientos ambientales y de salud en un niño.
Se analizaron aspectos ambientales y datos acerca de si la madre había fumado durante el embarazo, cuánto tiempo realizaron la lactancia materna y si se introdujeron los alimentos sólidos en el niño antes de los cuatro meses. También se tuvieron en cuenta cuestiones como si la propia madre tenía algún grado de obesidad o sobrepeso.
Yvonne Kelly, autora principal de la investigación ha explicado que "la intervención en los primeros años, cuando el entorno familiar puede influir de manera más profunda en el desarrollo saludable de los niños, tiene el potencial de ser particularmente eficaz".
Para evaluar el impacto del comportamiento físico, el estudio comparó la frecuencia con la que se realizaba deporte o ejercicio, el juego activo con un padre, las horas dedicadas a ver la televisión o jugar en un equipo, los viajes en bicicleta y la hora a la que los niños se iban a la cama. También se analizaron los hábitos alimenticios, como por ejemplo si el niño se saltaba el desayuno, así como el consumo de frutas y bebidas dulces.
La autora ha destacado en que se tienen que abordar las causas estructurales de las desigualdades socioeconómicas junto con la lucha contra la obesidad ‘heredada' a través del estilo de vida que tienden a ir con ingresos más bajos. "La intervención temprana con los padres tiene claramente un enorme potencial. Y la evidencia de nuestro trabajo sugiere que esto debe comenzar antes del nacimiento o incluso de la concepción", ha afirmado.
El trabajo demostró que hacer deporte más de tres veces a la semana juega un papel importante, igual que acostarse más temprano y consumir regularmente frutas.
Sin embargo, el tabaquismo materno durante el embarazo y el índice de masa corporal (IMC) de la madre se asocia negativamente con una reducción en las categorías de peso. En general, el estudio mostró que los marcadores de la forma de vida 'poco saludable' aquí podrían significar tanto como un riesgo adicional del 20 por ciento de obesidad para un niño.

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