PRIMER PLANO
El ejemplo inglés: mejor organización, pero también más 'papeleo'
Médicos del Reino Unido dicen que las evaluaciones permiten marcar objetivos, pero puede haber sesgos.
Nuria Monsó. Madrid | nuria.monso@unidadeditorial.es | 05/09/2016 00:00
La recertificación ya es una realidad en otros países, como en el Reino Unido, donde formalmente se puso en marcha en 2012. Hasta julio de este año, se han revalidado a 155.689 médicos y se ha quitado la licencia a 3.236. Según facultativos contactados por DM, el proceso permite organizar el trabajo diario, pero la carga burocrática es mayor y puede haber sesgos.
La renovación de la licencia para el ejercicio profesional en este país se produce generalmente cada 5 años, según la recomendación de un responsable de la organización para la que trabaja el facultativo, generalmente su director médico. Esta recomendación estaría basada en las evaluaciones anuales que se realizan internamente en los centros.
Según los estándares establecidos por el General Medical Council (GMC), estas evaluaciones anuales (que se realizan mediante una entrevista personal) deben estar basadas en documentación sobre formación continuada, mejora de la calidad, el análisis de eventos significativos (generalmente sobre casos con complicaciones graves o muertes para saber qué ha aprendido el médico de sus propios errores), valoraciones de otros sanitarios y pacientes (al menos 35 usuarios y 15 compañeros, una vez cada 5 años) y revisión tanto de quejas como de felicitaciones recibidas en el ámbito profesional.
Antonio Martín Ucar, cirujano torácico en el Nottingham University Hospital, dice que el proceso requiere que el médico reúna "mucha documentación, ya que además de la lista de actividades, hay que reflexionar por escrito sobre éstas. Se puede hacer al día o en el último momento; estimaría que media hora por semana es suficiente para mantener el portafolio al día".
Organización
Santiago Vilar, oncólogo en el Queen Alexandra Hospital, explica que en las evaluaciones anuales "habitualmente se suele indicar que cada año te enfoques en dos áreas de desarrollo, uno por ejemplo en la docencia y actualización de conocimientos, otro en formación y gestión, etc., con objetivos que se intenta que sean realistas".
Santiago Vilar, oncólogo en el Queen Alexandra Hospital, explica que en las evaluaciones anuales "habitualmente se suele indicar que cada año te enfoques en dos áreas de desarrollo, uno por ejemplo en la docencia y actualización de conocimientos, otro en formación y gestión, etc., con objetivos que se intenta que sean realistas".
Ambos coinciden en que el proceso permite organizar sus actividades año a año, pero también en que supone cierta carga burocrática y que puede haber cierta subjetividad en las evaluaciones: "Es un poco un paripé, porque puedes buscarle las vueltas, como por ejemplo al elegir quién responde a las encuestas. Por lo demás, te ayuda un poco a ordenar tu trabajo y objetivos, pero a última hora se vuelve un proceso farragoso, y casi punitivo y controlador más que incitar al desarrollo, dándote mucho trabajo porque debes presentar certificados y pruebas de todo", opina Vilar.
Martín indica que el proceso "tiene errores por proximidad, pues al hacerse en el ámbito local en lugar del nacional, las buenas relaciones personales con los responsables ayudan mucho", perotambién en ocasiones "es utilizado como una vía para el acoso laboral". Además, lamenta que el proceso no examine conocimientos y habilidades.
Según un sondeo de una comisión independiente para la evaluación de la recertificación en el Reino Unido, en el que participaron 26.171 profesionales, las opiniones sobre sus efectos son divergentes. Por ejemplo, un 48,1 por ciento afirmó que las evaluaciones anuales son útiles para mejorar su práctica clínica y, de hecho, un 57,6 por ciento declaró que no había realizado ningún cambio.
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