La SEE avisa: los peores efectos de la crisis sobre la salud aún no se han visto

La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) alerta en la presentación de su congreso de los efectos perjudiciales para la salud que tendrán los recortes y que se verán en la generación de niños de la crisis.

Carmen Cáceres | Sevilla | 13/09/2016 14:53

Juan Ramón Lacalle, Soledad Márquez e Ildefonso Hernández, este martes en Sevilla, en la presentación del congreso de la SEE. (Carmen Cáceres)

Soledad Márquez, presidenta del Comité Científico del XXXIV Congreso de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), que se celebra desde este martes en Sevilla, ha alertado durante la presentación del congreso que la crisis económica ha afectado a la salud, pero sus peores efectos aún no se han visto, "los veremos en la generación de los niños de la crisis".

En su opinión, deberíamos haber atendido a estudios de crisis anteriores en otros países que apuntaban que los efectos de la crisis son más matizados cuando hay buenas políticas de protección social.

Con este aviso sobre la mesa, la Sociedad Española de Epidemiología ha presentado su congreso anual, en el que no han faltado críticas a las políticas públicas (o ausencia de ellas), los organismos reguladores y la propia comunidad investigadora por dejarse manipular por cuestiones ajenas al interés social. En este sentido, el ex director de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Ildefonso Hernández, ha afirmado sin tapujos que "intereses industriales manipulan los resultados de la investigación, consiguiendo que estos les sean favorables" ya que que las corporaciones industriales determinan qué se investiga y cómo se definen los problemas.

En este sentido, ha puesto como ejemplo el tema de la obesidad, que se presenta el problema como una cuestión puramente individual, "lo que desemboca en cuestiones como la que estamos viviendo en Reino Unido, donde se culpa a los obesos de sus problemas y se les puede retrasar la atención sanitaria". Una situación que el ex director general de Salud Pública tacha de "insensatez" y de "injusticia" y al considerar que "lo responsable públicamente es crear entornos saludables para que la salud sea más fácil".

Según Hernández, las influencias en la agenda de investigación hacen que lo que más se evalúe sean tecnologías sanitarias basadas en patentes. "Hay muchas evidencias científicas de fármacos y dispositivos sanitarios pero pocas de innovación social, como la prevención en caídas en ancianos", ha remarcado. De tal manera que la investigación deja que los intereses económicos lleven su agenda. En esta misma línea ha detallado que, por ejemplo, "es mucho más fácil que haya investigaciones sobre brotes epidémicos de gripe que no sobre la violencia machista, pese a que "ésta es un problema mucho más grave.

A este problema se añade el hecho de que influencias también ajenas al interés público hacen que las instituciones a veces no respondan al interés de la sociedad. En esta línea ha detallado que "las agencias europeas de salud, como la de nutrición y la del medicamento han sido las que más reproches han tenido por la falta de calidad -conflictos de intereses, puertas giratorias, etc.", de forma que personas que han estado como responsables de estas agencias después se han ido a la federación de industrias que hacen lobby para que no se regulen".

La SEE alerta de influencia de intereses económicos en la agenda de investigación en salud

Algo similar ha ocurrido en España: "la directora de la agencia de seguridad alimentaria y nutrición era una persona que venía de llevar asuntos jurídicos y científicos de Coca Cola", ha expuesto Hernández, lo que puede provocar que las instituciones no vayan en la dirección correcta.

Por otra parte, ha destacado que la OMS cada vez está más capturada por intereses ajenos a la salud de la población y es menos independiente: "La privatización progresiva de su financiación hace que haya otros que manejen su agenda de salud".

En este sentido, ha explicado que a posteriori se ha visto que en el caso de la gripe A no se habían revelado datos suficientes de los ensayos clínicos. No obstante, Hernández manifiesta que poco a poco las agencias de medicamentos están obligadas a hacer públicos los datos en los que se basan los ensayos de las industrias: "Esa transparencia y apertura es lo que reivindicamos", matiza. Precisamente, gracias a esa transparencia se ha podido ver cómo en ese momento las pruebas científicas no eran tan sólidas.

"A veces, las influencias de las corporaciones traslacionales -explica Hernández- alteran la calidad de las instituciones y a los investigadores, haciendo que la ciencia y los resultados se acerquen más a sus intereses". La respuesta de la SEE es que cuanta mayor vigilancia de los conflictos de interés, mejor. "No es aceptable -ha resaltado- que un director del virus de la gripe de la OMS salga de ese puesto y vaya a una productora de vacunas de la gripe".

En línea parecida, Juan Ramón Lacalle, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla y presidente del Comité Organizador del congreso ha afirmado que "asistimos desde hace un par de años a un proceso político en Bruselas donde, bajo el paraguas de que debemos ser muy competitivos para no perder el liderazgo de Europa a la hora de desarrollar medicamentos, lo que se ha percibido por parte de las autoridades políticas -y todos pensamos que está detrás la industria farmacéutica- es un intento de desmontar todo ese rigor metodológico de los ensayos clínicos para controlar el desarrollo de los fármacos".

Otra de las fuertes críticas que se han vertido este martes en la presentación del congreso de Epidemiología ha sido el hecho de que no se cumplen las leyes sanitarias vigentes aprobadas por unanimidad, cuestión que Hernández ha tachado de "grave". Según ha afirmado, el Ministerio de Sanidad tiene conocimiento de ello "porque les hemos reclamado desde la Sociedad que desarrollen los reglamentos de las leyes".

Con estas palabras Hernández se refiere fundamentalmente a dos casos: la Ley de Seguridad Alimentaria, "que se está incumpliendo" y es la que tiene que desarrollar los límites máximos de ciertos contenidos en alimentos infantiles en los colegios y la Ley de Salud Pública, que tampoco se ha desarrollado.