AMENAZA MUNDIAL
Las resistencias matarán más que el cáncer
La amenaza mundial salta de la agenda sanitaria a la política. La ONU traza un plan a dos años para combatir las resistencias y movilizar recursos.
Laura G. Ibañes. Madrid | laura.gutierrez@diariomedico.com | 26/09/2016 00:00
Las infecciones causadas por bacterias multirresistentes se cobran ya 700.000 vidas al año y se estima que, de seguir así, causarán diez millones de muertes al año en el mundo en 2050, superando a las defunciones por cáncer.
Las cifras las puso sobre la mesa la pasada semana Rafael Cantón, presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), tratando de explicar con ellas por qué, tras años de lucha infructuosa contra las resistencias antimicrobianas, el problema lejos de haberse atajado representa ya una amenaza mundial.
La amenaza es tal que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se vio obligada hace tan sólo unos días a incluirla en su agenda política; una cuestión que, tal y como informó diariomedico.com, sólo había pasado antes en tres ocasiones con temas sanitarios: el VIH, las enfermedades no transmisibles y el Ébola.
Jaime Esteban, vocal de la Seimc, se felicita por la decisión de la ONU porque significa que "se ha entendido por fin que combatir las resistencias requiere medidas que trascienden el ámbito sanitario, como acciones educativas para la población y controles veterinariossobre el uso de antibióticos en animales; el problema afecta a cuestiones medioambientales, y precisaría apoyo a la industria para el desarrollo de nuevos antibióticos, etc. Pero sobre todo, precisa coordinación y movilización de recursos supranacionales para combatirlas".
Plan urgente
Y ésta es precisamente la misma conclusión a la que han llegado los 193 países miembros de la ONU que han acordado tomar medidas en el plazo máximo de dos años para desarrollar sistemas regulatorios y de vigilancia para el uso y venta de antimicrobianos tanto en seres humanos como en animales, promover la innovación y el desarrollo de nuevos antibióticos y sistemas de diagnóstico rápido y educar tanto a la población como a los profesionales sanitarios sobre cómo prevenir las resistencias bacterianas.
Y ésta es precisamente la misma conclusión a la que han llegado los 193 países miembros de la ONU que han acordado tomar medidas en el plazo máximo de dos años para desarrollar sistemas regulatorios y de vigilancia para el uso y venta de antimicrobianos tanto en seres humanos como en animales, promover la innovación y el desarrollo de nuevos antibióticos y sistemas de diagnóstico rápido y educar tanto a la población como a los profesionales sanitarios sobre cómo prevenir las resistencias bacterianas.
El mensaje trazado por la ONU no es nuevo: hacen falta incentivos a la industria para desarrollar nuevos antibióticos, educar a sanitarios y población sobre su uso adecuado y regular adecuadamente su uso y venta, para evitar el sobreconsumo. Sin embargo, no termina de calar.
No en vano, tras años de campañas informativas (como las que figuran en las imágenes inferiores) en España todavía hay más de un 4 por ciento de la población que consume antibióticos sin prescripción médica y esta cifra se dispara incluso hasta el 17 por ciento de la población entre los más jóvenes, en la franja de edad de 15 a 24 años.
Desconocimiento
Si a ese desdén por las advertencias sanitarias y las normas establecidas se le añade una buena dosis de desconocimiento sobre los antibióticos, como la que refleja el Eurobarómetro (con un 43 por ciento de población que cree que los antibióticos sirven para matar virus y un 56 por ciento que son eficaces ante la gripe y el resfriado) se obtiene la foto que explica por qué las resistencias son un problema creciente.
Si a ese desdén por las advertencias sanitarias y las normas establecidas se le añade una buena dosis de desconocimiento sobre los antibióticos, como la que refleja el Eurobarómetro (con un 43 por ciento de población que cree que los antibióticos sirven para matar virus y un 56 por ciento que son eficaces ante la gripe y el resfriado) se obtiene la foto que explica por qué las resistencias son un problema creciente.
El problema no sólo es de la sociedad civil, también de concienciación de los facultativos, en tanto en España el consumo de antibióticos llega a ser hasta un 48 por ciento superior al de otros países de su entorno, como Alemania, lo que muestra la necesidad de actuar educando, concienciando y protocolizando desde todos los frentes.
En esa línea, la Seimc explica que España aprobó en 2013 un plan de lucha contra las resistencias antimicrobianas, pero asegura que "aún no hay resultados porque el plan no se ha puesto en marcha".
José Miguel Cisneros, vicepresidente de la Seimc, achaca en parte el problema a falta de recursos e insiste en que hace falta "financiación suficiente para hacer frente a la magnitud de las tareas que se recogen en el plan, y formación, porque es la herramienta clave en la lucha contra las resistencias".
En esa línea, la Seimc dice estar trabajando ya con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria en un programa para formación específica de los profesionales sanitarios y certificación de los equipos locales de los programas de optimización de antimicrobianos (PROA).
Sin embargo, se advierte ya que estas medidas no son suficientes y se reclama "el reconocimiento de la especialidad de Enfermedades Infecciosas para formar infectólogos con elmayor nivel de conocimiento y competencias en el buen uso de los antibióticos, el manejo de las infecciones por las bacterias resistentes y la formación transversal de otros especialistas. En segundo lugar, se requiere mantener el excelente nivel científico-técnico de los microbiólogos españoles y retirar la amenaza que para ello supone el Real Decreto de Troncalidad".
Incentivos a investigar
Más allá de las cuestiones locales que atañen sólo a España, Esteban advierte de la necesidad de incentivar la investigación de nuevos antibióticos "porque se trata de productos poco atractivos para la industria por ser tratamientos de apenas unos días de duración. Teniendo en cuenta, además, el largo periodo de investigación que precisan, incluso si se apoya su investigación aún tardaremos mucho en ver los frutos".
Más allá de las cuestiones locales que atañen sólo a España, Esteban advierte de la necesidad de incentivar la investigación de nuevos antibióticos "porque se trata de productos poco atractivos para la industria por ser tratamientos de apenas unos días de duración. Teniendo en cuenta, además, el largo periodo de investigación que precisan, incluso si se apoya su investigación aún tardaremos mucho en ver los frutos".
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