domingo, 11 de noviembre de 2018

La salud, cosa de todos

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En el 63º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria se ha debatido sobre la importancia de incluir la promoción de la salud en todas las políticas, para conseguir así uno de los objetivos clave: poner vida a los años y no años a la vida.
La segunda jornada del 63º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria ha comenzado con la sesión plenaria dedicada a "La Salud nos mueve", el leitmotiv del congreso. "Nuestro core como farmacéuticos es el medicamento, pero creemos firmemente que tenemos que dar un paso más allá. La cronicidad es un gran reto que tenemos que afrontar, y para dar una atención de calidad tiene que haber una integración real entre la Atención Primaria, la atención sociosanitaria y la farmacia hospitalaria". Así ha abierto la sesión el moderador de la misma, Gabriel Mercadal, quien ha asegurado que el objetivo de lema es "promover una sociedad más sana y unos pacientes menos enfermos".
A continuación Carmen Cabezassubdirectora general de Promoción de la Salud de la Generalitat de Cataluña, se ha mostrado muy clara: "La promoción de la salud al final es una cuestión de políticas en global, no solo de políticas sanitarias". La experta se ha mostrado positiva porque cree que se está avanzando en ello y claros empleo de trabajo en salud pública son la Ley Antitabaco o el Impuesto sobre bebidas azucaradas, instaurado en Cataluña. "Es importante transmitir que hay cosas que si se hacen en el momento adecuado pueden conseguir grandes cambios que llegan a toda la población".
Ha remarcado, asimismo, que ante el reto de la longevidad y de la cronicidad, el objetivo "en promoción en salud no es alargar vida, sino poner vida en los años". Sin embargo, no se puede olvidar las importantes variabilidades entre nivel socioeconómico y esperanza de vida al nacer. "Necesitamos actuaciones que vayan a todos los niveles. Necesitamos personas apoderadas, es cierto, pero también necesitamos que la comunidad y los entornos nos lleven a la salud". Según la pirámide del impacto en salud del doctor Thomas Frieden, los factores que tienen mayor impacto sobre la salud de las personas son los factores socioeconómicos (pobreza, educación, hogar, inequidad). "Ello demuestra que es indispensable un enfoque de salud en todas las políticas". Cabezón ha puesto como ejemplos la realización de políticas con cultura o agricultura.
Entre los objetivos de la promoción de la salud debe estar la reducción del gap entre la esperanza de vida y la esperanza de vida con calidad, y reducir las desigualdades. "El 80% de los determinantes de la salud tienen que ver con cosas que no están en el sistema sanitario", ha aclarado Cabezón. De esta manera, los factores socioeconómicos suponen un 40%; las conductas de las personas el 30% y el entorno físico, el 10%.
Más allá de políticas, Cabezón también considera indispensable "hacer de la opción favorable y sana la opción más fácil y la preferida". "Salud y bienestar no se pueden separar, ni tampoco se puede separar de sostenibilidad". En todo este contexto, el "el farmacéutico hospitalario puede implicarse en ello, haciendo del hospital un lugar promotor de la salud", ha considerado Cabezón para concluir resaltando que "los profesionales tienen que estar formados e implicados en la promoción de la salud; el entorno tiene que ser promotor de la misma; es necesaria la participación de las personas atendidas, incrementando su autonomía, y se tiene que evitar la medicalización innecesario y proponer alternativas no farmacológicas".
Prevención cuaternaria
En cuanto a la prevención cuaternaria, esta tiene dos objetivos: evitar la medicalización y evitar el daño de intervenciones con un balance riesgo/beneficioso dudoso (evitar sobretest, sobrediagnóstico y sobretratamiento). En este último aspecto, Abel Novoaespecialista en medicina familiar y comunitaria y presidente nacional de la Plataforma Ciudadana NoGracias, ha señalado que "hay muchos servicios médicos que están en una zona gris donde el balance riesgo/beneficio tiene que individualizarse, porque no está claro". Ha recordado que todo tiende a que se hagan más intervenciones de las necesarias: no hay demandas por sobretratar, los enfermos prefieren las intervenciones, el marketing al mismo consumidor, los incentivos a los médicos, la santificación de la vida o la convergencia ideológica son algunos de los motivos. "Creo que tenemos que reflexionar críticamente sobre la tecnología, es la que genera mayores expectativas a día de hoy, y está determinando las prioridades del sistema de salud", ha valorado Novoa, quien ha hecho esta reflexión a partir de dos mitos: la neutralidad de la tecnología y la evolución autónoma de la tecnología. En el primer caso, Novoa, ha asegurado que "en medicina hay un monopolio radical del uso de las tecnologías" que nos hace perder el norte y que, en algunos casos como puede ser el de la oncología "está transformando los propios objetivos". Por ejemplo, ha explicado que de los 48 nuevos medicamentos antineoplásicos aprobados por la EMA entre el 2009 y el 2013 para 68 indicaciones distintas, tras un seguimiento de 5,4 años, solo el 51% mostraron mejoras en la supervivencia (la mayoría mínimas) o de calidad de vida.
En el segundo mito que ha tratado, que la evolución de la tecnología es autónoma, ha señalado que "no hay un determinismo tecnocientífico, sino que la innovación obedece a unos esquemas decididos por nosotros". De hecho, "hemos introducido los valores del capitalismo en la tecnocientífica: iniciativa privada; innovación en cerrado, importancia del marketing y monopolio, entre otros". En definitiva, tenemos que mejorar el gobierno del conocimiento biomédico para ser capaces de modular la evolución tecnología.
Ética
La tercera parte ha versado sobre la responsabilidad de la salud: ¿Es un asunto público o privado? En una primera parte, Ángel Puyolprofesor de Ética y Filosofía de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha explicado tres problemas que aparecerían en case de priorizar la salud como algo individual: indiferencia social por los enfermos; privatización de los sistemas sanitarios; y paso de una ética de la justicia a una ética de la caridad. En el caso de que se optase por una responsabilidad social de la salud, los tres problemas que aparecerían serían: riesgo moral –si los individuos no son tan responsables de su salud, aparece un incentivo para que nos desresponsabilicemos y deleguemos nuestro bienestar sobre nuestra salud–; infantilismo moral –acceso a todo y que sea gratis, relajándonos en la necesidad de racionar–, y riesgo de puritanismo moral sobre la salud –se impone la idea estándar de lo que es buena salud y las personas que no siguen este concepto se las estigmatiza–.
En su opinión, Puyol considera que se debe priorizar la responsabilidad social por la salud, pues "lo contrario generaría demasiados problemas". Sin embargo, recuerda que existen problemas de información, la sociedad promueve ciertas conductas de riesgo y algunos están expuestos a riesgos no controlados. En conclusión, "la salud no es algo solo privado; su mala salud no es un asunto suyo, es un asunto de todos".
por  Publimas Digital s.l.

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