lunes, 4 de julio de 2011

2.0: La moderna dimensión del trabajo en equipo - DiarioMedico.com

2.0: La moderna dimensión del trabajo en equipo - DiarioMedico.com: "Pasando consulta a... Miguel Ángel Máñez
2.0: La moderna dimensión del trabajo en equipo

Internet es otro paradigma, también para el médico. Entre otras cosas, ayuda a saltar las barreras físicas para trabajar más en equipo
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A.S.L. | 04/07/2011 00:00

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Miguel Ángel Máñez es subdirector de Recursos Humanos del Departamento de Salud Alicante-San Juan.
* Miguel Ángel Máñez

* Antes había que estar suscritos a todas las revistas científicas de papel. Estar a la última es recibir todo eso en el correo electrónico

Miguel Ángel Máñez es @manyez para los amigos de Twitter. Conocido autor del blog-seller sobre gestión sanitaria Salud con cosas y coordinador de la Oficina 2.0 de la Agencia Valenciana de Salud. Una eminencia en un mundo virtual cada vez más pegado al presente continuo de la sanidad española.

Le llaman gurú de la Salud 2.0. ¿Qué significa para la sanidad todo ese mundo virtual?
-Una oportunidad. La mayoría de la población no se ha dado cuenta aún de que las redes sociales y todo el mundo 2.0 sirven para algo más que para el ocio. Que todavía nos planteemos si un profesional sanitario puede enviarle un e-mail a un paciente, o al revés...

* Con internet, los profesionales se dan cuenta de que pueden ser útiles y lanzan sus ideas, pero chocan con barreras institucionales

¿No cree que internet se ha convertido en una fuente de frustración, también para los profesionales sanitarios: filosofamos, llegamos a un acuerdo y después llega la realidad y pone a cada uno en su sitio?
-En internet está sucediendo un cambio de abajo arriba. Los profesionales se dan cuenta de que pueden ser útiles y lanzan sus ideas, pero acaban chocando con las barreras institucionales: sistemas informáticos no preparados para trabajar en entornos mucho más avanzados de lo que pensábamos, unos sistemas de confidencialidad y seguridad que no permiten absolutamente nada y que, incluso a veces, impiden trabajar fuera del hospital; unas políticas de restricción del uso de internet en el trabajo totalmente ilógicas... Cuando cale esta innovación desde arriba, que no creo que sea una cuestión de meses, es cuando internet y todas las redes sociales se verán como aplicaciones normales. En diez años no hablaremos de esto.

¿Para qué le sirve a un médico estar en la Red?
-Para todo. Vivimos en una empresa de conocimiento. Antes había que estar suscritos a todas las revistas científicas de papel. Ahora, estar a la última es recibir todo eso en el correo electrónico.

¿Ayuda un entorno 2.0 a mejorar la organización del trabajo y a crear equipos en sanidad?
-Sin duda. Los equipos de trabajo están muy restringidos al ámbito físico de un hospital o un centro de salud. Es fundamental abrirlos, de tal forma que un directivo de Albacete y otro de Bilbao puedan trabajar para mejorar un proceso conjunto o una necesidad innovadora común. Un ejemplo muy gráfico es Mi vida sin ti, un proyecto en el que cincuenta personas se pusieron de acuerdo y elaboraron una web sin tener ninguna reunión presencial. Muchos de ellos ni se conocían, sólo les unía intereses comunes. La Red ayuda al que quiere participar.

Aprender y mejorar, una receta clave para el que surca los mares del 2.0. ¿El médico está llegando tarde al diálogo del futuro?
- Un poquito. Todavía estamos descubriendo conceptos que son de los años 90. Llegamos tarde, y por eso ahora tenemos que ir más rápido.

¿Aprenden y mejoran también los directivos de instituciones sanitarias?
- Algunos. Si queremos gestores profesionales hay que formarlos bien. Hacen falta muchas habilidades y algo más que el conocimiento del día a día para trabajar en organizaciones tan grandes. En sanidad estamos con herramientas muy artesanales para dirigir: hay demasiada jerarquía oficial. Existen organizaciones en las que si el directivo no se implica mucho no se nota, porque la gente se ha aprendido sus rutinas. No innovarían, pero a corto plazo siguen funcionando bien. El directivo debe pensar también a largo plazo, y ahora se dedica a apagar fuegos.
Historia clínica

Miguel Ángel Máñez es libre y reflexivo. Ha pensando muchas cosas y algunas de ellas las ha puesto por escrito. Piensa en un mundo que va muy rápido. No tiene miedo a herir sensibilidades, porque su intención es sólo avanzar sin quedarse atrapado en la maraña políticamente correcta, muy propia de los entornos que tienen que ver con la gestión de los recursos humanos sanitarios. Máñez es un adelantado a su tiempo que desde Alicante ha conseguido impulsar una filosofía que le agradecerá con el tiempo el sistema sanitario. Exprimiendo internet y las miles de ventajas de las redes sociales, este economista rodeado de bata blancas ha logrado dar voz a los que tienen cosas que decir. Y no es hablar por hablar -no es la televisión- sino decir para construir. No es de lanzar el verbo y esconder la mano. Si hay innovación sanitaria, muchos de sus artífices están en internet, analizando y armando estructuras desde la Red. Máñez es un curandero a golpe de ratón. Ve futuro donde otros sólo ven ocio. Ve soluciones donde otros sólo ven complicaciones que se deben soportar por el devenir de la inercia. Seguro, de palabra clara a veces en forma de dardos. Valiente de los que repudian el ombliguismo casi obligado; por eso da en el blanco.
En pocas palabras

¿Qué titular sobre salud le gustaría ver pronto en los medios?
Desde la óptica de la gestión, que los políticos se interesen de verdad por la sanidad, y desde el punto de vista de la salud, ya que me toca de cerca, cualquier avance en la lucha contra el Alzheimer sería bienvenido.

¿Alguna vez se le pasó por la cabeza estudiar Medicina?
No. Nunca. Cada persona conoce sus límites. Yo me marearía desde el primer día.

¿Una propuesta sanitaria para ser incluida en los programas electorales de todos los partidos?
Dar voz a quien no la tiene: escuchar a los pacientes y a los profesionales, pero de verdad.

Despolitizaríamos la Sanidad si...
... tuviéramos gestores más profesionales. No se puede planificar la sanidad con un simple horizonte de cuatro años.

¿La enfermedad de la sociedad española?
Mirar la paja en el ojo ajeno.

¿Y su gran arsenal terapéutico?
No nos rendimos. Somos resistentes a largo plazo.

¿Su diagnóstico y tratamiento de la crisis económica, social y de valores que sufre el país?
La envidia y la avaricia institucional, empresarial y de algunos ciudadanos. El tratamiento es ser capaces de materializar nuestras ideas, pero sin esperar a vivir de las ayudas. No podemos generar un entorno de innovación basado en ayudas en forma de vacas lecheras.

¿Su médico de referencia?
Mi hermano.

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