RECORTES | Problemas económicos
El Fondo Mundial, sin financiación hasta 2014
- Está inmerso en una profunda reforma interna de su estructura
La crisis económica sigue pasando factura. El Fondo Mundial de la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria ha cancelado su última ronda de financiación, ya iniciada con el propósito de conseguir dinero para extender sus proyectos. Debido a la cancelación, tendrá que buscar alternativas para optimizar los recursos actuales y seguir con los programas que ya están en vigor para combatir estas enfermedades.
"Los importantes retos económicos a los que se enfrentan muchos países donantes han afectado de forma significativa a nuestros recursos disponibles, ya que no podrán cumplir con lo que habían prometido", explican en un comunicado. Por ejemplo, EEUU -el principal donante- dará lo comprometido para este año pero no puede asegurar la aportación para los próximos dos. En el caso de España, aún no ha hecho ninguna promesa e Italia lleva dos años sin contribuir.
El organismo, aunque seguirá reuniéndose con Gobiernos para pedir sus aportaciones, calcula que hasta 2014 no podrá ampliar sus fondos, pero insiste en que tratará de ingeniárselas para que los proyectos que ya existen sigan en marcha durante los próximos dos años. "Son unas condiciones muy difíciles, pero no vamos a dejar que las personas que ahora reciben tratamientos gracias a nuestra ayuda se queden sin ellos", declara a ELMUNDO.es Andrew Hurst, portavoz del Fondo Mundial.
El Fondo financia programas a cinco años y algunos de ellos vencen ahora. Los países que estén en esta situación pueden solicitar un dinero extra y el organismo se compromete a "garantizar los servicios esenciales de esos proyectos". Eso sí, hay lugares como México o China que aún reciben ayuda del Fondo Mundial pero que ya han entrado a formar parte de los países con renta media-alta. "En estos casos, no podrán pedir una ayuda extra porque ellos por sí mismos ya pueden financiar sus programas. De ahí ahorraremos unos 800 millones de dólares que irán en beneficio de los países más pobres entre los pobres, los que más necesiten nuestra aportación", señala Hurst.
Los problemas económicos acechan al Fondo Mundial desde hace algún tiempo. El pasado año no logró conseguir los 13.000 millones de dólares (unos 9.800 millones de euros) que estimaban necesarios para ampliar sus proyectos. Además, los problemas de corrupción que han reconocido -cuatro países hicieron un mal uso de su dinero- afectaron a su credibilidad y fue utilizado por algunos donantes para cancelar su ayuda.
Por todos estos contratiempos, el organismo lleva meses replanteándose su futuro y su estructura.
Además de cambiar la forma en la que maneja la financiación, ha anunciado que creará un nuevo cargo directivo que se encargará de cuestiones de responsabilidad y será independiente de la dirección ejecutiva, que ostenta Michel Kazatchkine.
Hasta la fecha, el organismo ha repartido 22.400 millones de dólares en 150 países. En la actualidad hay 510 programas en marcha.
Decepción general
"Es extremadamente preocupante que millones de personas que sufren enfermedades que ponen en peligro sus vidas vayan a pagar el precio de la crisis financiera", señala Michel Kazatchkine.La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha reaccionado a este anuncio del Fondo Mundial pidiendo a los países donantes que aseguren, al menos, el dinero que garantice la continuidad de los programas actuales.
"Hay una gran incongruencia entre las promesas políticas y científicas en el campo del sida y la aportación de fondos para la causa", afirma Tido von Schoen-Angerer, de MSF. "Los donantes están tirando demasiado de la manta y poniendo en peligro la vida de los pacientes con VIH".
La Ecumenical Advocacy Alliance (EAA), una alianza de 80 iglesias y organizaciones benéficas, se ha mostrado alarmada por la decisión, que consideran que llega en el peor momento, justo cuando se sabe que se puede estar ante el principio del fin de la epidemia.
"A principios de semana asistimos a la buena noticia de que casi la mitad de los seropositivos que necesitan tratamiento en países de medios y bajos ingresos lo recibe y que esto además de salvar vidas frena las infecciones. Y un día después descubrimos que en lugar de hacer un esfuerzo para lograr acabar con el sida, preferimos tirar por tierra los progresos", declara Karen Plater, encargada de la estrategia del Sida de la EAA.
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