El maíz transgénico vuelve a ser legal en Francia
El Gobierno francés ha advertido que examinará "todos las formas" para renovar la prohibición de este cultivo en el país
ANA TERUEL | París 28/11/2011
El Consejo de Estado francés, la mayor autoridad jurídica administrativa, ha anulado hoy la moratoria sobre el cultivo en Francia de maíz transgénico de Monsanto 810 impuesta de forma preventiva en 2008 por sus posibles riesgos medioambientales. La decisión, basada en la de la Corte de Justicia Europea del pasado mes de septiembre, legaliza de nuevo el polémico cultivo en el país, aunque el ministro de Agricultura, ya ha advertido que el Gobierno examinará "todos las formas" para renovar la prohibición en el territorio francés.
"El Consejo de Estado anota que el ministerio de Agricultura no ha podido justificar su competencia para tomar los decretos, al no haber aportado la prueba de la existencia de un nuevo riesgo particularmente elevado para la salud o el medioambente", indica el Consejo en su comunicado sobre la decisión. El órgano francés sigue así la recomendación del pasado mes de septiembre de la Corte Europea de Justicia, que recordó que para suspender el uso de transgénicos cuya autorización europea está siendo examinada debían probar un peligro urgente para la salud humana, animal o del medioambiente.
Cultivado en España pero prohibido en varios países europeos como Alemania, Grecia y Austria, el cultivo del maíz Monsanto MON 810 fue suspendido en Francia por el gobierno en febrero de 2008, que motivó sus decisiones por los "serios riesgos para el medioambiente" que representaba, a la espera de una decisión a nivel europeo. Monsanto y la Asociación General de Productores de Maíz recurrieron entonces al Consejo de Estado, que a su vez pidió la opinión del Corte Europea. En septiembre, París advirtió que tomaría "nuevas cláusulas de salvaguardia" sobre el maíz en cuestión en caso de anulación.
"Seguimos desfavorables al cultivo de maíz transgénico Monsanto 810 en el territorio francés, (...) porque estimamos que permanecen demasiadas incertidumbres sobre las consecuencias sobre el medioambiente de este cultivo", reaccionó el ministro de Agricultura, Bruno Le Maire, a la prensa. "Examinaremos todas las formas que nos permitan no cultivar (lo) en nuestro territorio". Una primera reunión se ha celebrado esta tarde en la sede del Gobierno, aunque todavía no ha habido ninguna comunicación oficial sobre las posibilidades examinadas.
"Acogemos de forma positiva la decisión del Consejo de Estado", se ha felicitado la asociación francesa a favor del maíz transgénico Iniciativas Biotecnológicas Vegetales (IBV) en un comunicado. "El gobierno debe ahora tomar sus responsabilidades y garantizar a los agricultores de forma concreta la libertad de cultivar transgénicos en Francia", ha añadido.
"Si el gobierno no hace lo necesario, poniendo en marcha una nueva prohibición, nos arriesgamos a ver reaparecer los transgénicos en nuestros campos a partir de la próxima primavera", ha advertido por su parte la asociación Greenpeace en un comunicado. En la misma línea se han manifestado el eurodiputado verde José Bovet, figura clave de la lucha contra los transgénicos en Francia, famoso por sus campañas mediáticas de ataque a los campos de cultivos transgénicos, que sí se cultivan en Francia de forma experimental.
La decisión vuelve a colocar así el espinoso tema de los transgénicos en la agenda política del país, que se encuentra en plena precampaña electoral presidencial. Así, el candidato socialista, François Hollande, no ha tardado en reaccionar pidiendo nuevas medidas al Gobierno. "Los consumidores, y también la gran mayoría de los agricultores, no quieren transgénicos en sus platos ni en sus campos", ha recalcado. Aunque el cultivo está prohibido en Francia, la comercialización de alimentos modificados genéticas procedentes del extranjeros sí está autorizada, pero sometida a la obligación de indicarlo en la etiqueta.
"El Consejo de Estado anota que el ministerio de Agricultura no ha podido justificar su competencia para tomar los decretos, al no haber aportado la prueba de la existencia de un nuevo riesgo particularmente elevado para la salud o el medioambente", indica el Consejo en su comunicado sobre la decisión. El órgano francés sigue así la recomendación del pasado mes de septiembre de la Corte Europea de Justicia, que recordó que para suspender el uso de transgénicos cuya autorización europea está siendo examinada debían probar un peligro urgente para la salud humana, animal o del medioambiente.
Cultivado en España pero prohibido en varios países europeos como Alemania, Grecia y Austria, el cultivo del maíz Monsanto MON 810 fue suspendido en Francia por el gobierno en febrero de 2008, que motivó sus decisiones por los "serios riesgos para el medioambiente" que representaba, a la espera de una decisión a nivel europeo. Monsanto y la Asociación General de Productores de Maíz recurrieron entonces al Consejo de Estado, que a su vez pidió la opinión del Corte Europea. En septiembre, París advirtió que tomaría "nuevas cláusulas de salvaguardia" sobre el maíz en cuestión en caso de anulación.
"Seguimos desfavorables al cultivo de maíz transgénico Monsanto 810 en el territorio francés, (...) porque estimamos que permanecen demasiadas incertidumbres sobre las consecuencias sobre el medioambiente de este cultivo", reaccionó el ministro de Agricultura, Bruno Le Maire, a la prensa. "Examinaremos todas las formas que nos permitan no cultivar (lo) en nuestro territorio". Una primera reunión se ha celebrado esta tarde en la sede del Gobierno, aunque todavía no ha habido ninguna comunicación oficial sobre las posibilidades examinadas.
"Acogemos de forma positiva la decisión del Consejo de Estado", se ha felicitado la asociación francesa a favor del maíz transgénico Iniciativas Biotecnológicas Vegetales (IBV) en un comunicado. "El gobierno debe ahora tomar sus responsabilidades y garantizar a los agricultores de forma concreta la libertad de cultivar transgénicos en Francia", ha añadido.
"Si el gobierno no hace lo necesario, poniendo en marcha una nueva prohibición, nos arriesgamos a ver reaparecer los transgénicos en nuestros campos a partir de la próxima primavera", ha advertido por su parte la asociación Greenpeace en un comunicado. En la misma línea se han manifestado el eurodiputado verde José Bovet, figura clave de la lucha contra los transgénicos en Francia, famoso por sus campañas mediáticas de ataque a los campos de cultivos transgénicos, que sí se cultivan en Francia de forma experimental.
La decisión vuelve a colocar así el espinoso tema de los transgénicos en la agenda política del país, que se encuentra en plena precampaña electoral presidencial. Así, el candidato socialista, François Hollande, no ha tardado en reaccionar pidiendo nuevas medidas al Gobierno. "Los consumidores, y también la gran mayoría de los agricultores, no quieren transgénicos en sus platos ni en sus campos", ha recalcado. Aunque el cultivo está prohibido en Francia, la comercialización de alimentos modificados genéticas procedentes del extranjeros sí está autorizada, pero sometida a la obligación de indicarlo en la etiqueta.
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